Un avión de Volaris sufre fuertes turbulencias al quedar atrapado en una tormenta
El piloto tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia después de que se quebrase el parabrisas delantero
Los tripulantes del vuelo 512 estaban aterrorizados. El avión de Volaris en el que viajaban de Tijuana a Monterrey el viernes pasado se vio atrapado en una tormenta de granizo, fuertes vientos y descargas eléctricas que dejó paralizado incluso al más valiente. En los vídeos se muestra a un padre agarrado con fuerza de la mano a sus dos hijos y una señora que se graba justo en el momento en que el avión da un pequeño salto. Ella se eleva ligeramente de su asiento y da un grito de terror. Por las ventanas abiertas entran los destellos de los relámpagos y en el interior del avión se escucha solo ...
Los tripulantes del vuelo 512 estaban aterrorizados. El avión de Volaris en el que viajaban de Tijuana a Monterrey el viernes pasado se vio atrapado en una tormenta de granizo, fuertes vientos y descargas eléctricas que dejó paralizado incluso al más valiente. En los vídeos se muestra a un padre agarrado con fuerza de la mano a sus dos hijos y una señora que se graba justo en el momento en que el avión da un pequeño salto. Ella se eleva ligeramente de su asiento y da un grito de terror. Por las ventanas abiertas entran los destellos de los relámpagos y en el interior del avión se escucha solo el ruido atronador de la tormenta de granizo.
“Tenemos los parabrisas quebrados”, dice el piloto a la cabina de control, en un audio que ha trascendido de la conversación que tuvieron en medio del vuelo. El piloto se da cuenta de que no puede aterrizar en Monterrey y solicita permiso para descender en otro lugar más alejado de la tormenta. El avión, de la compañía Volaris, finalmente realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Torreón, en el Estado de Coahuila, a la 1.30 de la madrugada del sábado. Todos los tripulantes están a salvo y a las pocas horas abordaron un nuevo avión que les llevó a Monterrey. En efecto, el parabrisas frontal izquierdo está agrietado y la punta del avión está desgastada por el impacto constante del granizo.
Uno de los tripulantes, Ricardo Espeleta, cuenta al periódico El Norte que, por unos momentos, los pasajeros temieron lo peor. Espeleta asegura que antes de llegar a Monterrey, el piloto fue informado de la tormenta que había en la ruta y se le dieron dos alternativas, desviarse y aterrizar en Zacatecas o sobrevolar Saltillo hasta que pasara la tormenta. Tomó la segunda opción y luego intentó aterrizar, aunque las condiciones meteorológicas no habían mejorado, asegura el testimonio. Volaris no ha informado sobre las razones que tenía el piloto para intentar el aterrizaje si sabía de la fuerte tormenta que había en superficie.
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