Rubén Moreira respalda a Alito Moreno: “Si decide ir a la reelección, yo lo voy a apoyar”
La pugna al interior del PRI crece después de que el presidente nacional cambiara los estatutos para poder reelegirse. El coordinador del tricolor en la cámara baja asegura que Moreno es el que dará rumbo al partido
El priismo vive días decisivos para su futuro y lo hace bajo el escrutinio del ojo público y con una guerra interna que crece tras conocerse el resultado que obtuvo el partido en las elecciones del pasado 2 de junio, en las que logró solo un 10% de la votación, el peor en su historia. Este miércoles, uno de los pesos pesados del tricolor, el coordinador de sus diputados y exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira, ha salido a defender a Alejandro Moreno, presidente nacional, después de que el pasado 7 de julio, en una reunión de la militancia a puerta cerrada, Moreno aprobara cambiar los estatutos internos y de esa manera abrir la puerta a la reelección al frente de la formación, y asegurarse la permanencia hasta el 2032. “Si él decide ir a la reelección, yo lo voy a apoyar. Necesitamos una dirigencia que dé rumbo al mandato de cambiar al partido, y con todos los personajes que yo he visto enfrente ninguno le daría esa viabilidad”, aseguró Moreira, en una entrevista con Radio Fórmula.
Las declaraciones del exgobernador se dan después de que otras voces importantes en el priismo, como el excandidato presidencial Francisco Labastida, o el senador electo por Sonora, Manlio Favio Beltrones, arremetieran contra Alito Moreno tras la modificación de los estatutos: “No se votó una reelección. Se quitó un candado, como se han quitado otros [...], este permite que quienes hemos sido dirigentes, en un Estado, como yo y mucha gente, podamos volver a competir”, ha insistido Moreira, en defensa del dirigente nacional.
Este mismo miércoles por la noche se tiene previsto que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dé a conocer el método para elegir a quien encabezará el partido de cara a un nuevo Gobierno de Morena en la presidencia, encabezado por Claudia Sheinbaum, al que el tricolor tendrá que hacer frente con números rojos y una guerra interna. Moreira ha aclarado que esta definición forma parte de los estatutos del partido y que el calendario de renovación “no es un secreto”. “La renovación del partido tiene que ser a más tardar el 18 de agosto”, ha puntualizado.
En entrevistas a medios de comunicación, Beltrones y Labastida han cuestionado la actitud de Alito Moreno, después de que este se lanzara en contra de quienes se mostraron en contra de su polémica decisión del pasado 7 de julio, y que provocó que antiguos dirigentes anticiparan la muerte del partido en caso de una reelección de Moreno. “Me han difamado y me han calumniado todos los días, atacan a su dirigente y lastiman al PRI”, dijo Moreno en una conferencia de prensa la tarde del lunes, en la que advirtió que podría expulsar a antiguos dirigentes, entre ellos Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Francisco Labastida. “Esta bola de cínicos”, acusó antes de lanzar nombres —como Sauri o Labastida —“destruyeron al partido, díganme qué hicieron en el PRI, qué impulsaron”, reclamó.
Después de ser señalado por distintos delitos y acusaciones por parte de Alito Moreno, Beltrones advirtió que el mensaje del dirigente podría significar que busque una reelección incluso más allá del mandato a renovar, y recordó que la naturaleza del PRI fue, históricamente, la no reelección: “Puede ser hasta el 2050, así como estamos, cambiando a capricho y a contentillo los estatutos del partido, por qué no pensar que en el 2023 [Alito] tenga otra idea”, dijo al periodista López Dóriga. El punto está en que hay quienes sostenemos que el espíritu del partido originalmente es el antirreeleccionismo y también un partido que distribuya facultades entre sus militancias y sus dirigencias”, dijo.
En opinión de Moreira, Alito Moreno representa una “dirección fuerte” capaz de cambiar el rumbo del partido ante la debacle tras los resultados de la pasada elección. “Yo estoy con él porque con los otros personajes no romperíamos con el neoliberalismo, porque los otros personajes no conocen a la militancia”, dijo.
Alito allana su camino para controlar el partido por un periodo de tiempo extraordinario. Después de las elecciones, el tricolor apenas mantiene el Gobierno de dos estados: Durango y Coahuila. En el Congreso, su representación mengua a cada elección, al punto de ser casi marginal. La desbandada de militantes en los últimos años ha sido constante. El mismo Alito ha expulsado a algunos, como Alfredo Del Mazo, por “traidor”.
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