Mariana Mazzucato, economista: “El crecimiento económico no es una misión, es el resultado de una misión”
En su visita a México, la profesora del University College de Londres, influyente entre presidentes sudamericanos, urge a Latinoamérica a repensar sus presupuestos y sus bancas del desarrollo
Abrió su ponencia con una advertencia. “Espero incomodar a muchos en la sala, tanto a decanos y profesores, como a ustedes, los estudiantes”, dijo la economista italiana-estadounidense Mariana Mazzucato, una de las más influyentes del momento, ante una sala llena (con capacidad de casi 2.000 personas) en Monterrey. En una breve visita a la ciudad mexicana, Mazzucato propuso desechar ideas tan arraigadas como el crecimiento como objetivo final, la legitimi...
Abrió su ponencia con una advertencia. “Espero incomodar a muchos en la sala, tanto a decanos y profesores, como a ustedes, los estudiantes”, dijo la economista italiana-estadounidense Mariana Mazzucato, una de las más influyentes del momento, ante una sala llena (con capacidad de casi 2.000 personas) en Monterrey. En una breve visita a la ciudad mexicana, Mazzucato propuso desechar ideas tan arraigadas como el crecimiento como objetivo final, la legitimidad de las ganancias en exceso y la idea de que las firmas de consultoría aportan soluciones a problemas de políticas públicas.
La profesora de Economía de la Innovación y Valor Público en el University College de Londres (UCL) visitó México el lunes como invitada de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, una de las universidades privadas más grandes del país. El año pasado, Mazzucato se reunió con los presidentes de Chile, Argentina y Colombia, quienes recogen sus propuestas que se centran en la idea de que el Estado debe ser un impulsor de la innovación, y no un ente que está ahí meramente para arreglar y retocar los mercados y los sectores.
Mazzucato identificó problemas “históricos” que padece Latinoamérica y el Caribe, entre ellos el desarrollo dependiente de las materias primas y recursos naturales, la débil capacidad de las instituciones, el estrecho margen fiscal, la baja productividad y la vulnerabilidad social. “Otro problema es la dependencia de algunos países en el turismo, cómo podemos hacer que el turismo sea verde y sostenible, de manera que requiera a las cadenas de hoteles, por ejemplo, que inviertan en el entrenamiento de trabajadores para que ofrezcan servicios sustentables”, dijo en conferencia. Cien ciudades en Latinoamérica se han comprometido a ser carbono-neutrales para 2030, aseguró.
En lugar de proponerse objetivos ambiguos como el crecimiento económico, los gobiernos del mundo se beneficiarían de proponerse misiones concretas y realistas, como la migración a una matriz energética 100% limpia en cierto periodo de tiempo, propuso Mazzucato. “El crecimiento económico no es una misión, es el resultado de una misión”, puntualizó, en una provocadora tesis que pone de cabeza muchas de las ideas económicas que han permeado en los Gobiernos. “No solo se trata del tamaño del presupuesto o de la banca de desarrollo de un país, sino de la transformación del presupuesto y de la banca”, agregó.
La economista promovió también una cláusula de “no ganancias en exceso” para las asociaciones público-privadas, o contratos que los gobiernos otorgan a privados. “Hoy, mucha de la inflación que tenemos a nivel global está impulsada por estas ganancias excesivas en la industria de los alimentos o la energía. Esta cláusula, o noción, requiere una teoría de las rentas. Requiere preguntarnos ¿cuánta ganancia es demasiada?”, expuso Mazzucato.
A pesar de que los porcentajes de deuda al Producto Interno Bruto (PIB) en muchos países ha regresado a los niveles récord vistos antes de la crisis financiera del 2007 y 2008, los gobiernos “han dejado de invertir en sus servidores públicos”, señaló Mazzucato, autora de Misión Economía, contratando a empresas de consultoría como McKinsey y BCG que “no tienen ningún tipo de experiencia o especialidad en políticas públicas”. Como ejemplo, está el desastroso manejo de las pruebas de covid-19 que el Gobierno del Reino Unido dejó en manos de Deloitte.
“Lo que la pandemia expuso fue lo pésimamente mal preparados que estábamos globalmente y que no hicimos la tarea de resolver los problemas que nos llevaron hasta aquí”, dijo Mazzucato, “sin embargo, gastamos muchísimo dinero en la recuperación y ese dinero no se ha ido a los sistemas que quedaron expuestos como débiles o insuficientes. Y la pandemia es solo una crisis entre muchas, tenemos la crisis climática, la del agua, la de la biodiversidad y la financiera”.
Mazzucato, copresidenta de la Comisión Global sobre la Economía del Agua de la OCDE, habló desde la que fue considerada la primera gran ciudad del país que llegó a su “día cero” el año pasado, cuando se quedó sin agua para suministrar a sus millones de habitantes. “El ciclo hidrológico común es un problema global”, explicó, “si miramos los mapas de la deforestación en el Amazonas, por ejemplo, vemos cómo se reduce el nivel del agua en otra parte del mundo. Entonces, deberíamos estar tratando este ciclo como un problema global común. Y no es así. Así como tuvimos nacionalismo cuando se trató de las vacunas de la covid-19, tenemos nacionalismo del agua”.
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