Doble acierto de Biden en Oriente Próximo
El presidente de EE UU actúa adecuadamente frente a Irán y Arabia Saudí
Joe Biden, que asumió la presidencia de Estados Unidos hace poco más de un mes, ha tomado esta semana dos importantes decisiones —ambas acertadas— en una de las zonas más complejas del escenario internacional como es Oriente Próximo. La publicación por parte de la CIA de un informe que vincula al hombre fuerte de Arabia Saudí, el príncipe Mohamed bin Salmán, con el asesinato del periodista Jamal Khas...
Joe Biden, que asumió la presidencia de Estados Unidos hace poco más de un mes, ha tomado esta semana dos importantes decisiones —ambas acertadas— en una de las zonas más complejas del escenario internacional como es Oriente Próximo. La publicación por parte de la CIA de un informe que vincula al hombre fuerte de Arabia Saudí, el príncipe Mohamed bin Salmán, con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi —secuestrado, asesinado y descuartizado en el consulado saudí de Estambul en 2018— es una notable advertencia sobre la importancia que EE UU va a otorgar al respeto de los derechos humanos independientemente de la importancia de sus socios. Biden subrayó este concepto en una conversación telefónica con el rey saudí.
No cabe duda de la histórica importancia de la alianza entre Washington y Riad, como tampoco son indudables las violaciones de derechos humanos por parte del régimen saudí. Resulta oportuno que la Administración de Biden dé un paso como es el de hacer pública la implicación de altas personalidades saudíes en el asesinato de un disidente. Lo deseable ahora es que este aviso sea el comienzo de una política más exigente al Reino del Desierto en materia de derechos humanos.
La otra decisión importante es la primera orden militar pública de Biden con un ataque aéreo en Siria contra infraestructuras controladas por milicias que actúan en aquel país con el respaldo de Irán. Según ha trascendido, Biden escogió la más moderada de las tres opciones militares que tenía sobre la mesa con lo que, por un lado, envía una señal de firmeza a Teherán y al mismo tiempo trata de no romper la aproximación con el régimen de los ayatolás para lograr la reactivación del tratado nuclear que saltó por los aires cuando su predecesor lo abandonó unilateralmente en 2018. El presidente de EE UU demuestra así un acertado conocimiento del tablero diplomático.
Ambas decisiones de Biden rezuman transparencia; salvaguardar las alianzas o preferir las salidas diplomáticas no significa titubear en la respuesta o mirar hacia otro lado ante los desmanes.