Maldito individualismo
Los lectores escriben sobre las relaciones sociales, la polarización política, el Colegio de la Abogacía de Madrid y la forma de abordar la salud mental en los medios de comunicación
Subo al tren Madrid-León. Mi compañero va a ser un señor de unos 70 años. Me pregunta en inglés si prefiero ventanilla e inicia cierta conversación. En mi cabeza pienso que va a ser el típico pasajero que me dará la chapa, y encima en inglés. No quiero que nadie perturbe mi tiempo mirando el paisaje desde la ventana, que he conseguido gracias a la cesión del señor. Me mira para iniciar conversación, me hago la dormida o reviso el móvil. Prefiero ...
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Subo al tren Madrid-León. Mi compañero va a ser un señor de unos 70 años. Me pregunta en inglés si prefiero ventanilla e inicia cierta conversación. En mi cabeza pienso que va a ser el típico pasajero que me dará la chapa, y encima en inglés. No quiero que nadie perturbe mi tiempo mirando el paisaje desde la ventana, que he conseguido gracias a la cesión del señor. Me mira para iniciar conversación, me hago la dormida o reviso el móvil. Prefiero hablar con una pantalla antes que con mi fugaz compañero de viaje. Me pongo una chaqueta, me pregunta: “Are you cold?” (¿tienes frío?). Imposible escapar. Iniciamos un diálogo sobre sus viajes, su trabajo, su vida; me cuenta que viene a hacer un documental sobre la extracción de oro en la época romana. Una historia fascinante que casi me pierdo por el maldito individualismo.
Rosana Giménez. Madrid
Ruido
Hay tanto ruido, tanta gente gritando, que ya no nos entendemos. No podemos continuar así. Nuestra clase política nos va a llevar a un callejón de difícil salida. Hemos de sosegarnos, dejar que el poder legislativo haga su trabajo, que el judicial, con toda honestidad, haga el suyo; acatar las decisiones que se toman en cualquier instancia, recurrirlas, proponer nuevas iniciativas y defenderlas con pasión, pero con educación; respetar las voluntades populares hasta que te den la confianza a lo que tu partido propone. Tengamos sentido de la proporcionalidad y respetémonos un poco, aunque pensemos diferente. Por favor, no pongamos en riesgo nuestra convivencia.
Luis González Carrillo. Leganés (Madrid)
El Colegio de la Abogacía de Madrid
Mi querido Colegio de la Abogacía ha salido en defensa de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Echo de menos su celo cuando se trata de filtraciones de sumarios y datos de parias, donnadies y vulgo en general. A mí lo que me hubiera gustado y conmovido es que se personara como acción popular contra quien en plena pandemia de covid-19 se lo llevó crudo con comisiones y esquilmó las arcas públicas. No se olvide que nuestra razón de ser es proteger a la sociedad y no intereses particulares que huelen a favores debidos.
Fernando Pamos de la Hoz. Madrid
Psicológicamente incorrectos
Como atenta lectora de los artículos sobre salud mental, me parece llamativa la deriva que consiste en tratar banalmente en algunos medios los síntomas contemporáneos del malestar (psicología de bolsillo, de autoayuda, nueva era). Estos artículos poco rigurosos a nivel teórico y práctico, que persiguen un buen titular para captar lectores, tienen consecuencias éticas sobre la población afectada. Esta deriva deja fuera otros discursos psicológicos-terapéuticos que no prometen la curación rápida, eficaz y total con sus tratamientos. Hay una ética psicoanalítica que no parece responder a la inmediatez del mercado. El sujeto consulta por su síntoma, este no desaparece totalmente, pero se siente un alivio importante al poder hacer algo con él, al ponerlo a su servicio. Y no se logra de un día para otro.
Graciana Dithurbide. Madrid