«Me encantaba mi pelo, me lo estaba dejando largo»: Twiggy no quería el corte ‘pixie’ que la catapultó a la fama
En una entrevista reciente, la maniquí ha confesado que el corte de pelo fue una propuesta del peluquero y que ella aceptó más por timidez que por convicción.
Entre las supermodelos, una historia se repite: que fueron descubiertas por casualidad. O vendían patatas fritas en un puesto callejero, o acompañaban a su hermana a un casting y las cogieron al final a ellas. El caso de Twiggy también sucedió por accidente. No fue lo único: el famoso corte pixie que llamó la atención de la moda también se dio por casualidad.
La modelo lo ha revelado recientemente en el podcast Table Manners with Jessie Ware, presentad...
Entre las supermodelos, una historia se repite: que fueron descubiertas por casualidad. O vendían patatas fritas en un puesto callejero, o acompañaban a su hermana a un casting y las cogieron al final a ellas. El caso de Twiggy también sucedió por accidente. No fue lo único: el famoso corte pixie que llamó la atención de la moda también se dio por casualidad.
La modelo lo ha revelado recientemente en el podcast Table Manners with Jessie Ware, presentado por la cantante británica. Desde su casa en Londres y mientras disfruta de un té, la maniquí desveló cómo surgió. «Fui a la peluquería solo a lavarlo y arreglarlo», comienza. El salón al que se acercó ese 1966 con 16 años era House of Leonard, en el exclusivo barrio londinense Mayfair. El dueño, Leonard, le preguntó si podía hacerle su nuevo corte de pelo. «Me lo estaba dejando largo y me gustaba, y pensé: ‘No sé si quiero que me lo corten'». El contexto se impuso: siendo solo una adolescente, no se atrevía a negarse a la propuesta de un estilista de lujo. «Era un salón muy pijo, y yo demasiado tímida para decir que no, así que asentí con la cabeza».
Al día siguiente, Twiggy volvió y pasó siete horas entre tintes y tijeretazos hasta dar con el estilo que lanzó su carrera. «Al final, el fotógrafo Barry Lategan tomó las imágenes que ahora son tan famosas. Leonard las colgó en su peluquería, una periodista entró días después y preguntó por mí. Así comenzó todo». La plumilla, especializada en moda, era Dierdre McSharry. Ella fue la que la nombró el Rostro de 1966 en el Daily Express.
Pese a su rechazo momentáneo, la también actriz ganadora de dos Globos de Oro se enamoró de su nuevo estilo. «Es un corte increíble, debo admitirlo. Largo por delante, pero era muy corto por detrás. Pero podía hacerme una pequeña coleta que me encantaba».