Christy Turlington se consolida a sus espléndidos 50 años como la top más humanitaria
La mítica supermodelo de los 90 celebra el paso de década con un interesante historial de activismo a sus espaldas, en el que destacan las causas en torno a la maternidad segura para mujeres de todo el mundo. La dirección del documental No Woman, No Cry y la fundación de Every Mother Counts, entre sus proyectos de más calado.
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A Christy Turlington la carrera de modelo le llegó por sorpresa, mientras montaba a caballo, y gracias al buen ojo del fotógrafo Dennie Cody. Se convirtió en uno de esos rostros referentes noventeros consagrándose entre las top que pasarían a la historia como iconos de una generación, compartiendo título con otras como Naomi Campbell, Cindy Crawford o Linda Evangelista. Entre las musas de Gianni Versace e imagen reconocible de firmas como Calvin Klein, lejos de limitarse a su papel como summum de belleza y elegancia, Turlington puede presumir a sus 50 años recién cumplidos de haber aprovechado su influencia para mucho más. Ha promovido diferentes proyectos propios en torno a salud maternal alrededor del mundo, poniendo el foco en los países en vías de desarrollo, y ha puesto cara a la preocupación medioambiental y a la lucha anti tabaco, valiéndole el reconocimientode la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes en 2014.
El primer paso lo dio dirigiendo el documental No Woman, No Cry, que estrenó en 2010 en el Tribeca Film Festival y que muestra las desigualdades y dificultades en cuestión de salud durante el embarazo y el parto en diferentes puntos del planeta (Tanzania, Bangladés, Guatemala y Estados Unidos), contado a través de la historia personal de cuatro mujeres. La inspiración le vino de su propia experiencia. Cuando dio a luz a su primera hija, Grace, junto a Edward Burns, y tras sufrir una hemorragia posparto, la modelo inició su lucha contra la mortalidad maternal. “La comprensión de que su vida y la de su bebé salieron adelante por cuestión de suerte y geografía la inspiró a tomar medidas”, retrataba TIME.
Eso dio pie a lo que se ha convertido en su principal ocupación, la fundación el mismo año de Every Mother Counts. Una organización sin ánimo de lucro desde la que promueve esa misma causa con diferentes campañas y eventos para dar a conocer esta realidad desigual que acaba con la vida de 303,000 mujeres al año (una cada dos minutos), de las cuales el 99% tienen lugar en países en vías de desarrollo por culpa de las malas condiciones y la insalubridad, según recogen en su web. Es habitual verla viajar a países como Guatemala para colaborar desde allí con diferentes entidades, o corriendo en maratones promocionando la participación del equipo Every Mother Counts, a través de la cual hacen recaudación. Y al buscarla en bancos de imágenes, es más que habitual encontrar fotos de ella captadas por paparazzis en las que pasea orgullosa por Nueva York con la tote bag solidaria de la organización.
Su ejemplar gestión como empresaria en el ámbito solidario la ha consagrado como referente en materia y ha participado en diferentes charlas y ponencias, como en The Fast Company Innovation Festival, donde habló de cómo combinar creatividad y solidaridad o en su charla TED en 2017, Preocuparse por la salud maternal antes y después del embarazo, relatando en primera persona (y visiblemente emocionada) su historia y su proceso con Every Mother Counts. Se pronuncia también en otros temas de calado social que ocupan la conversación mundial, sobre todo en su país y en tiempos de Trump. Con la separación de las familias de migrantes en la frontera, escribió una columna en Marie Claire contando la historia de su madre, de El Salvador y emigrada a Estados Unidos, apelando a la humanidad: “Si nos hacemos responsables y nos ponemos en la piel de los demás, tendremos políticas y prácticas más humanas. ¿Cómo podemos hablar de nuestros valores estadounidenses y tratar a las familias de esta manera? Es hora de una reforma”, escribía.
Otra historia personal marcó su lucha anti tabaco y por una vida saludable. Protagonizando una campaña en la que participaron otras celebrities en el 2000, Turlington daba un testimonio de 30 segundos que se convirtió en anuncio mítico de la época -que hoy bien podría haber sido viral- en el que, entre lágrimas, contaba por qué había dejado de fumar y explicaba que este vicio le costó la vida a su padre, que falleció de un cáncer de pulmón. Fue precisamente la decisión de dejar de fumar la que, en consecuencia, marcó el final de su habitual presencia en pasarelas, según contó en una entrevista que ella hizo a la también modelo Iman en Humanity. “Había dejado de fumar y había ganado algo de peso. Estaba en París para los desfiles de Alta Costura y entonces pensé ‘¿sabes qué?, estoy haciendo algo saludable por mí misma, y me están juzgando por ello, así que no quiero verme en una situación así nunca más’. Y siguió centrándose en sus estudios de arte y de salud pública en las universidades de nueva York y Columbia.
Más reciente ha sido su participación en otra de las conversaciones candentes. Tras estallar el caso Weinstein se pronunció sobre los abusos en la moda durante una entrevista con WWD, en la que contó: “El acoso y el maltrato siempre han sido ampliamente conocidos y tolerados en la industria de la moda. Este sector está rodeado de depredadores que prosperan en medio del constante rechazo y la soledad que muchos de nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestras carreras. Me siento afortunada de no haber experimentado personalmente algo traumático, pero también sé que eso no es la habitual”.
Sin haber abandonado su faceta como modelo y su lugar como referente en ella, la pasada temporada primavera-verano volvía a ser imagen de Versace y de Conscious Exclusive, una de las colecciones de moda sostenible que lanza anualmente H&M. Comprometiéndose esta vez con el medioambiente y apelando a la industria a sumarse a ello: “La moda debe jugar un rol crucial de cara a un futuro más sostenible. Reutilizar y reciclar es una iniciativa muy importante en la industria y es realmente inspirador ver diseños de moda que van más allá y que están hechos de materiales reciclados”, explicaba. A sus 50, Turlington ha demostrado con creces que ser la modelo 360º tiene que ver mucho más con eso en lo que empleas tu imagen cuando bajas de la pasarela.