El triunfo de Jennifer Coolidge: cómo la actriz que ‘American Pie’ redujo a ser una MILF arrasa a los 60
Tras “haberse rendido” como actriz y haber superado una depresión, la intérprete conocida por la saga American Pie recibe por primera vez el halago unánime de la crítica gracias a su papel en la serie The White Lotus, una de las sorpresas seriéfilas del verano.
A las puertas de celebrar su 60 cumpleaños, la actriz Jennifer Coolidge ha demostrado ser mucho más que un guiño generacional. Un arquetipo que, si bien le ha reparado ofertas constantes de trabajo, también cercó un talento con potencial para haberla convertido en una de las grandes. “Jennifer tiene la capacidad para hacer la comedia sobre sí misma, el problema es que a veces la gente la confunde a ella con el chiste”, analiza el guionista, director y responsable de la anhelada redención...
A las puertas de celebrar su 60 cumpleaños, la actriz Jennifer Coolidge ha demostrado ser mucho más que un guiño generacional. Un arquetipo que, si bien le ha reparado ofertas constantes de trabajo, también cercó un talento con potencial para haberla convertido en una de las grandes. “Jennifer tiene la capacidad para hacer la comedia sobre sí misma, el problema es que a veces la gente la confunde a ella con el chiste”, analiza el guionista, director y responsable de la anhelada redención profesional de la intérprete, Mike White.
Gracias a su rol de madre de Stifler en la saga juvenil American Pie –el papel ni siquiera llegó a contar con nombre propio pese a aparecer hasta en cuatro entregas–, Coolidge se convirtió en la ‘MILF‘ original, la personificación de la mujer madura por antonomasia en las fantasías sexuales recurrentes de los adolescentes. Una Mrs Robinson de nuevo cuño que, pese a sus apariciones breves, consiguió que el término calara en el imaginario colectivo hasta secuestrar a la actriz que lo encarnaba. De ser una de las cómicas más reputadas de Estados Unidos –y musa de Christopher Guest– pasó a la autoparodia trash en comedias como Date Movie. Más de veinte años después de aquello, cuando la coletilla machista de ‘madre deseable’ todavía sigue acompañando a su rostro en las búsquedas de internet y pese a “haberse rendido” profesionalmente, el inesperado éxito de The White Lotus, su último trabajo, ha puesto por fin el merecido foco de la industria sobre ella.
La serie de White para HBO sigue el día a día de una serie de huéspedes en un idílico resort vacacional de Hawái, con la lucha de clases y el privilegio blanco como epicentros temáticos. Estrenada en la parrilla veraniega sin apenas atención mediática –carente de una gran estrella internacional, pero apoyada en la coralidad de un talentoso grupo de habituales intérpretes de reparto–, esta sátira se ha erigido gracias al boca a boca no solo en un adictivo oasis en el desierto estival televisivo sino en un éxito de crítica y público que ha multiplicado por tres la audiencia durante la emisión de sus seis episodios. Tal ha sido la sorpresa ante su recibimiento que HBO se ha apresurado a confirmar la renovación de The White Lotus por una segunda temporada pese a que estaba concebida originalmente como una miniserie limitada.
En la serie, Coolidge da vida a Tanya, una mujer soltera, adinerada e inestable, adicta a los caftanes, que trata de recuperarse de la muerte de su madre y viaja sola al hotel para esparcir las cenizas y encontrar algo del afecto y la estabilidad ambicionadas. Este es el personaje más complejo y rico en matices en los más de 30 años de carrera de la actriz, una oportunidad para demostrar que sabe hacer algo más que esbozar sonrisas en el espectador con su dominio de las esposas trofeo, las cazafortunas adictas al bótox y las divorciadas libidinosas. “Quería ser capaz de escribir algo que le permitiera mostrar a la persona que yo conozco, no al personaje”, confesó White a Vulture. Responsable de otra infravalorada producción como Iluminada, el showrunner ya había escrito otra serie concebida especialmente para que su musa la protagonizara, pero los directivos de HBO la rechazaron, escépticos de la capacidad de la actriz para liderar una producción.
Es precisamente la prensa especializada la que de manera más unánime y entusiasta ha alabado el trabajo de Coolidge por encima de cualquiera de sus compañeros en The White Lotus. “Su interpretación es el triunfo de una gran emoción y de una actuación compleja”, sostiene la reverenciada biblia hollywoodiense Variety, que califica de “excepcional” su trabajo y pide que “sea recordado en la próxima temporada de premios”. Rachel Syme, de The New Yorker, también se abona al calificativo ‘triunfo’ para valorar las aptitudes de la actriz: “Su adinerado y herido personaje bien podría haberse saldado como una caricatura. Sin embargo, se ha convertido en el mejor papel de toda su carrera”. “Está brillante”, añade The Guardian, mientras se congratula de que la serie le haya dado a la ‘madre de Stifler’ un rol menos limitado de lo que nos tiene acostumbrados.
Ella misma llegó a asimilar el cliché de MILF en su vida real, presumiendo en diferentes entrevistas sobre cómo gracias al papel ligaba con hombres mucho más jóvenes que ella. Reside la mayor parte del año en Nueva Orleans, en una casa con 150 años de historia que reconstruyó desde cero tras el paso del huracán Katrina y que ha servido como escenario para el rodaje de películas como La seducción, de Sofía Coppola. Nunca ha pasado por el altar y se ha sincerado sobre cómo su trabajo ha hecho que sus parejas tengan sobre ella una percepción muy alejada de la realidad. A pesar de que cuando logró el papel en American Pie todavía no había cumplido los cuarenta años, los directores de casting la encasillaron en papeles en los que hacía de mujer mucho más madura de lo que decía su edad. Un arquetipo al que sigue enfrentada hoy en día: en su próximo proyecto, Shotgun Wedding, protagonizado por Jennifer Lopez, da vida a la madre del actor Josh Duhamel pese a ser solo diez años mayor que él.
Gracias a su voluptuosa figura, su particular dicción, su larga melena rubia y sus labios vueltos, Coolidge lleva décadas encasillada en el rol de alivio cómico, viéndose tan limitada en su tiempo delante de la pantalla como en la profundidad dramática de su trabajo. Como ella misma reconoce, “la mujer que entra, abre la puerta, dice algo gracioso y vuelve a cerrar la puerta”. Pero el éxito de comedias generacionales que la han tenido como personaje de reparto, de la mencionada American Pie a Una rubia muy legal pasando Una cenicienta moderna, Austin Powers y cameos en Friends o Sexo en Nueva York, le ha otorgado un lugar en la memoria colectiva que fructifica veinte años después en forma de icono pop. Ahí está la admiración pública demostrada por estrellas como Ryan Gosling o Ariana Grande, que incluso la invitó a participar en el videoclip de Thank U, Next, los homenajes en programas como RuPaul’s Drag Race y aplicaciones como TikTok o los papeles en filmes tan estimulantes como la oscarizada Una joven prometedora. “¿Sabes lo que de verdad ayuda a conseguir trabajos? Que no te importe ya nada. Al mundo le gustas más cuando te has rendido”, explicó en la edición estadounidense de Vanity Fair.
Ella lo hizo el pasado año. Coolidge, “sumamente deprimida” por el desarrollo de la pandemia y sumida en una espiral de noches de pizza y helado, estuvo a punto de rechazar el papel que le cambiaría la vida en The White Lotus por temor al Covid-19. “No pensaba en el trabajo porque no pensaba que seguiríamos vivos para entonces”, evoca en The Guardian, y solo reunió el valor suficiente para coger un avión y volar hasta Hawái cuando Mike White le envió un mensaje de texto a las dos de la mañana preguntándole de forma escueta: ‘¿Tienes miedo?’.
Cualquier temor infundado por décadas de encasillamiento en la mente de Coolidge debe haberse esfumado ahora viendo la unanimidad de los halagos recibidos gracias a The White Lotus. Sin enmendar su recorrido, la actriz reconoce que se quedó demasiados años esperando a que alguien creyera en ella para confiarle un papel de mayor enjundia y está dispuesta a renacer por completo, incluso si eso la obliga a abandonar la carcajada rápida. En Vogue USA así lo certifica: “No volvería a hacer una comedia de nuevo. No estoy menospreciando los trabajos que he hecho, estoy agradecida a todos ellos, pero en este momento de mi vida quiero tener más control sobre lo que hago”.