Madrid usa con sus sanitarios unos test poco fiables tras fracasar una compra anunciada por Ayuso
La presidenta regional había alardeado de la adquisición de 100.000 pruebas con una sensibilidad del 92%
La Comunidad de Madrid compró unos test rápidos de poca calidad, que ahora destina a su personal sanitario, tras el fracaso de una de las compras estrella anunciadas por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Así lo han admitido en la mañana de este miércoles fuentes del Ejecutivo madrileño tras la publicación de una información por EL PAÍS que revelaba la baja fiabilidad de las pruebas utilizadas entre el personal sanitario.
Ayuso anunció el 8 de ...
La Comunidad de Madrid compró unos test rápidos de poca calidad, que ahora destina a su personal sanitario, tras el fracaso de una de las compras estrella anunciadas por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Así lo han admitido en la mañana de este miércoles fuentes del Ejecutivo madrileño tras la publicación de una información por EL PAÍS que revelaba la baja fiabilidad de las pruebas utilizadas entre el personal sanitario.
Ayuso anunció el 8 de abril la adquisición de 100.000 test con una sensibilidad del 92%, según unas pruebas de comprobación hechas en el hospital de La Paz. La operación se presentó como un ejemplo de buena gestión frente a los problemas con los que se había topado el Ministerio de Sanidad en compras similares. “Nos dan más sensibilidad y confianza que los que nos ha dado el Gobierno”, aseguró Ayuso.
La Comunidad anunció que los test iban a llegar el fin de semana siguiente (días 11 y 12 de abril), aunque lo cierto es que nunca llegaron. Fuentes del Gobierno regional admiten ahora que tampoco saben cuándo llegarán, si es que lo hacen algún día, lo que ha obligado a la Consejería de Sanidad a buscar “alternativas”. El Gobierno de Ayuso ha mantenido en secreto hasta ahora la fallida operación. Este martes, pese a las repetidas preguntas de EL PAÍS, tampoco ofreció esta información, lo que llevó a este diario a atribuir los malos resultados de los test a los 100.000 anunciados por Ayuso.
Una de las “alternativas” a las que ha tenido que hacer frente la Comunidad es a cómo seguir adelante con las iniciativas anunciadas pese a no contar con los test prometidos. Una de las más importantes era la elaboración del “mapa de infectados” en la región, un proyecto en el que la herramienta básica son, precisamente, las pruebas rápidas y que la consejería quería “empezar por los profesionales sanitarios”.
Para poder llevarlos adelante, la Comunidad adquirió otros 50.000 test en un mercado internacional especialmente competitivo y complejo ante la virulencia que la epidemia estaba adquiriendo en todo el mundo. La marca comprada fue Biozek Medical.
Un documento del Servicio de Farmacia de la Dirección Asistencial Sureste, avanzado en la mañana de este miércoles por EL PAÍS, ha detectado que la fiabilidad de los nuevos test es mucho menor de la que tenían los anunciados por Ayuso y de la que promete la empresa comercializadora.
La sensibilidad de las pruebas es del 79,4% y estas obtienen resultados aún menos precisos en los otros indicadores. El 36% de los positivos, por ejemplo, son en realidad falsos positivos. Y otro indicador, la denominada especificidad —el porcentaje de personas sin anticuerpos que dan por tanto un resultado negativo— asciende al 74%, por lo que en uno de cada cuatro casos obtiene un falso positivo.
Una investigación publicada este miércoles por el consorcio Proyecto de Periodismo sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP, en sus siglas en inglés) revela que los test de Biozek Medical, pese a anunciarse como un producto holandés, son en realidad una de las varias presentaciones reetiquetadas —en suelo europeo— del test chino Alltest.
Las pruebas rápidas utilizadas por la Comunidad ya se habían topado con la oposición de sindicatos y profesionales por su baja fiabilidad, incluso sin conocer todo lo ocurrido con su compra. “No tiene sentido extender el uso de unos test que tienen una fiabilidad dudosa y tampoco sirven para sacar datos epidemiológicos, ni modificar tu conducta en el puesto de trabajo”, criticó este martes Rosa Vicente, secretaria de Sanidad del sindicato CSIT. La Comunidad tenía previsto utilizar los test, junto a otras pruebas más fiables como ELISA, con los 86.000 trabajadores del Servicio Madrileño de Salud (Sermas).
Los trabajadores de atención primaria habían denunciado sentirse agraviados por la gestión de la Consejería de Sanidad. “Van a utilizar los test con nosotros mientras en muchos hospitales utilizan ELISA, que es mucho más fiable”, criticó un facultativo de un centro de salud de Vallecas.
Este malestar ha trascendido en notas como la suscrita por todo el personal del centro de salud de Ibiza, en la capital, en el que también constatan que “estos test no sirven para los profesionales sanitarios” y califican de “discriminación” el uso de distintas pruebas en centros de salud y hospitales. “La evidencia es clara: para estudio de profesionales sanitarios el indicado es Elisa”, concluye el escrito.
Un informe reciente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) no recomendaba los test rápidos entre el personal sanitario al “no ser del todo fiables, como se ha comprobado cuando estos métodos se han evaluado por el Instituto de Salud Carlos III y centros colaboradores”.
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