“Adivino dónde estoy en Google Maps en 0,1 segundos”. El videojuego geográfico más famoso celebra su primer mundial
GeoGuessr, que cuenta con 60 millones de cuentas creadas, organiza este fin de semana su primer gran evento global con 50.000 dólares en premios y 24 participantes que aspiran a profesionales
“Esto huele muy fuerte a sur del Pacífico. ¿Nauru?”, dice el streamer Pol Turrents ante una foto de Google Maps de unos containers, un muelle con un hangar oxidado y un árbol frondoso. Abre un mapa, clica en un lugar de la isla de Nauru y sí, acierta: la foto es de Nauru. Turrents, más conocido en Twitch y TikTok como Polispol1, juega a GeoGuessr, un videojuego geográfico que consiste en adivinar el lugar de una foto aleatoria de Google Maps.
Los días 13 y 14 de octubre ...
“Esto huele muy fuerte a sur del Pacífico. ¿Nauru?”, dice el streamer Pol Turrents ante una foto de Google Maps de unos containers, un muelle con un hangar oxidado y un árbol frondoso. Abre un mapa, clica en un lugar de la isla de Nauru y sí, acierta: la foto es de Nauru. Turrents, más conocido en Twitch y TikTok como Polispol1, juega a GeoGuessr, un videojuego geográfico que consiste en adivinar el lugar de una foto aleatoria de Google Maps.
Los días 13 y 14 de octubre se juega en Suecia el primer mundial de GeoGuessr. Turrents lo comenta en español en su canal de Twitch. Habrá 24 jugadores —solo una mujer, de Países Bajos— que se repartirán 50.000 dólares en premios. Hay 60 millones de cuentas registradas en GeoGuessr, no todas activas, según datos de la empresa sueca que mantiene vivo el juego desde su creación en 2013. La comunidad en español es la quinta más popular, detrás del inglés, francés, japonés y portugués.
El éxito creciente de GeoGuessr es en parte sorprendente: es un videojuego cultural que premia habilidades distintas a las habituales. “No tienen tanto que ver con la pericia con el mando como con los conocimientos culturales”, dice Turrents. Es fascinante ver a los mejores jugadores adivinar en segundos a qué país o región pertenece una imagen aleatoria de una carretera o calle del mundo. Gana puntos quien se acerca más al lugar. Hay tres modos de juego básico, de más difícil a menos: foto fija estricta, opción de girar y hacer zoom en la imagen, y moverte adelante y atrás por las calles.
Hay docenas de indicios que pueden ayudar a reconocer un lugar. Escuchar el razonamiento en directo es increíble. Hay páginas dedicadas a organizar las mejores pistas o consejos para principiantes: la vegetación, las señales, el asfalto, las aceras o el coche de Google (hay países, sobre todo africanos, donde se ven los retrovisores u otras partes). Aunque a veces hay evidencias más claras: una bandera, el tamaño de las placas de las matrículas [los números no, porque Google los difumina], un cartel en coreano o hebreo.
Topotic por España
El representante español en el Mundial es Topotic, un joven de 22 años que prefiere no dar su nombre real ni ciudad de residencia. “Hay jugadores que se especializan en saberse los coches de Google, los postes o incluso las fechas de la cobertura de Google”, dice Topotic por teléfono a EL PAÍS. Es básico saber que China no está mapeada o qué países africanos sí y cuáles no. “Hay otros jugadores más enfocados en la vegetación”, sigue Topotic. “Otros aún se fijan en nombres de lugares para poder leer las señales [en la lengua local] e instantáneamente conseguir la localización exacta o incluso los prefijos provinciales o regionales de los teléfonos de cada país. Yo también me he aprendido unos cuantos para este campeonato”, añade.
Aunque competirá oficialmente, Topotic no es profesional: “Es más difícil serlo que con otros videojuegos”. Combina el juego con la universidad y le dedica tiempo a rachas. “Algunos jugadores profesionales están en redes y producen contenido, pero muy pocos pueden ganarse la vida”, dice Daniel Antell, jefe ejecutivo de GeoGuessr, por correo. “Hay torneos comunitarios, pero no hay premios en metálico ni patrocinadores reales. Nosotros aspiramos a establecer GeoGuessr como un eSport y apoyar a nuestros jugadores como creadores y profesionales. El mundial es un paso en esa dirección, no solo aporta credibilidad como eSport, sino que también muestra la habilidad increíble de los jugadores ante una audiencia más amplia”, añade. El videojuego tiene una versión gratis y otra de pago por menos de 2 euros mensuales.
Cuando han jugado miles de partidas, los mejores jugadores confían en su “intuición” para acertar el país. Pero el nivel de detalle que conlleva esa confianza es inimaginable. Así describe Rainbolt, uno de los creadores más célebres junto a Geowizard, su conocimiento de los postes telefónicos o eléctricos para Wired: “Hay diferentes tipos: de escaleras, con agujeros, con forma de A o con gancho. Y luego los materiales: madera, hormigón. El 95% de los postes de hormigón en Australia están en Victoria. Si veo una pegatina negra, conduciendo hacia la izquierda con un aspecto muy tropical, será Malasia continental. O en Francia hay una pegatina azul en sus postes telefónicos. Y los postes de escaleras están en España, Portugal, Francia”.
Los vídeos de Rainbolt y Geowizard están en el origen del interés de muchos jugadores. “Adivino dónde estoy en Google Maps en 0,1 segundos”, es una de las frases míticas de Rainbolt en sus tiktoks. Pero hay más variedad: “Empecé básicamente como casi todo el mundo en España, tenía unos colegas que habían visto un vídeo de ElRubius allá por 2016″, dice Topotic.
Los grandes streamers españoles siguen jugando al GeoGuessr. Polispol1 es su admirador más declarado, pero Ibai o ElRubius juegan de vez en cuando ante sus audiencias. Es un juego delicado porque muestra la cultura de quien juega: “Puede ser que haya streamers a quienes les dé algo de miedo, porque de repente no saber la capital de Paraguay o de Bolivia puede hacerte quedar en ridículo”.
Los grandes streamers españoles emplean GeoGuessr para charlar con sus comunidades: “Va a rachas”, dice Polispol1. “A Ibai le gusta muchísimo. ElRubius también juega. Si tienes comunidades internacionales nos ayuda a conocerlas mejor. Me ha pasado muchas veces, jugando, caer en Uruguay o Chile y que alguien me diga que vive a tres calles de allí, que hay un restaurante a la vuelta de esquina”, añade. Da además “temas de conversación” para charlar con la comunidad a través del chat de Twitch: “Yo juego relajado, vas por una calle en Bulgaria y sale un videoclub y lo comentas. Me gusta la geografía, nos permite hablar de cultura, de política”, añade.
“A mí a veces me salen tiktoks de un chaval que literalmente da hasta miedo”, bromea en un vídeo Auronplay, uno de los streamers españoles más popular. “Lo sueltan en medio del desierto. Dice ‘la arena es amarilla, el cielo es azul, sin duda esto es Tanzania’. Es rarete”. Ese chaval que menciona Auronplay es Alvacerod, un graduado en Turismo de 23 años que trabaja en un hotel de Sevilla y que tiene la cuenta en TikTok exclusiva sobre GeoGuessr más grande de España.
Sus vídeos son populares porque parecen realmente magia: con un puñado de detalles adivina el lugar. “Al fin y al cabo lo que hago es subir las mejores partidas de mis directos”, explica por teléfono Alvacerod. “Luego también hago investigaciones de dónde se grabó un videoclip célebre o dónde pasó un meme. Esas me las preparo aparte, me hago mis guiones”, añade.
También hay trampas
Es mucho trabajo y le resulta difícil combinar los vídeos con su trabajo y practicar para ser mejor. Esta carga de trabajo le llevó a falsear vídeos y fue objeto de una denuncia por trampas de la comunidad. Rainbolt publicó un vídeo en abril en YouTube denunciando a Alvacerod. Esto es como si Leo Messi hiciera un vídeo para denunciar que un jugador de la Kings League se dopa. Alvacerod admitió que jugaba con mapas preparados, donde las imágenes no eran aleatorias, y hacía ver que las adivinaba. Pidió disculpas públicas en seguida en otro vídeo.
“[Rainbolt] me puso muy verde”, dice ahora Alvacerod. “Me tenía un poco de tirria porque algunos formatos se los copié. Internet es un lugar libre, puedes hacer lo que te dé la gana, ¿no? Pero entiendo que le haya podido molestar”, dice. La frase que usa Alvacerod al empezar sus vídeos es la versión larga de Rainbolt: “Me sueltan en un lugar totalmente aleatorio en el mundo y tengo que adivinar exactamente dónde estoy en Google Maps”.
“Por despecho y por gente que lleva más tiempo en la comunidad española que yo, que llegué de la nada y me puse a hacer vídeos por lo que veía de Rainbolt y de otros youtubers que eran ingleses, honestamente sacaba muchas ideas de ahí. En la comunidad dirían este random de dónde ha aparecido y, claro, los más top, me tenían un poco de tirria”, explica Alvacerod. Le pasaron un documento con detalles de las trampas a Rainbolt, que hizo el vídeo.
El propio Alvacerod se preocupa por la facilidad de poder hacer trampas en GeoGuessr. Es obvio que no se puede mirar Google en una pantalla supletoria para ver dónde está un pueblo o de dónde es el prefijo de un teléfono. Los creadores del videojuego lo saben: “Como en muchos juegos, es posible hacer trampa”, dice la compañía. “Trabajamos para evitarlas. La semana pasada lanzamos la posibilidad de que los jugadores vean repeticiones de cómo jugaron sus rivales. Acciones así que aumentan la transparencia junto con funciones como el reembolso automático de los puntos perdidos ante oponentes cuando uno es suspendido nos ayudan a avanzar en la dirección correcta”, añaden.
Alvacerod cree que los torneos competitivos dependen demasiado de la honestidad de los contrincantes: “Es un juego que yo veo más de entretener que competitivo, porque hay un vacío muy raro, nunca sabrás si el que está detrás está haciendo trampa o no”, dice.
Los recursos que emplean los creadores y jugadores de GeoGuessr son útiles para otras cosas. La inteligencia de fuentes abiertas, que ha ayudado a resolver crímenes, usa los mismos métodos para encontrar dónde ocurrió exactamente algo. También lo usan para ayudar a descubrir dónde se realizó una foto antigua de alguien que ya no está. Puede ser delicado, porque algunos interesados pueden querer descubrir dónde estaba otra persona a quien quieren encontrar por algún motivo oscuro: “Me escriben por mensaje privado y yo intento ayudar en la medida de lo posible, y lo hago porque me gusta y me apetece para practicar y para hacerme mejor en esto de la geolocalización, pero cuando veo cuentas raras o de alguien que me pide una foto y sale una chica o cosas así no lo hago”, advierte Alvacerod.
GeoGuessr también ofrecía un servicio para escuelas, que permitía que “una escuela tuviera varias cuentas disponibles para sus estudiantes”, según la empresa, que ya no lo ofrece. “También recibimos con regularidad fotografías o textos de profesores y estudiantes que hablan sobre el aprendizaje de geografía a través de nuestro juego”, añaden.
Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.