Cuando la televisión solo da malas noticias
La población de 65 años en adelante se enfrenta durante la cuarentena a la repetición constante de la información sobre el coronavirus en la nueva programación
Concepción Latorre, de 74 años, ve la televisión menos horas estos días. “Afecta mucho, estar todo el día oyendo, en Madrid tantos afectados, en no sé dónde otros tantos… Hombre que nos tengan informados bien, de lo que tenemos que hacer y no hacer, pero que sean tan pesaditos los programas, pues no”, explica por teléfono desde su casa en Santa Cruz de Tenerife.
Concepción echa de menos las películas para poder darles un respiro de tanta información. La televisión generalista ha reaccionado con rapidez a ...
Concepción Latorre, de 74 años, ve la televisión menos horas estos días. “Afecta mucho, estar todo el día oyendo, en Madrid tantos afectados, en no sé dónde otros tantos… Hombre que nos tengan informados bien, de lo que tenemos que hacer y no hacer, pero que sean tan pesaditos los programas, pues no”, explica por teléfono desde su casa en Santa Cruz de Tenerife.
Concepción echa de menos las películas para poder darles un respiro de tanta información. La televisión generalista ha reaccionado con rapidez a la pandemia del COVID-19 priorizando las necesidades informativas de la población. El entretenimiento ha sido el gran relegado estos días de la parrilla. Ante esto, hay una parte de la población, los mayores de 65 años, como Concepción, que se enfrentan durante todo el día al recuerdo constante de que son la población de riesgo mientras se actualiza y comenta el número de contagiados y fallecidos. Concepción se pregunta: “Nosotros [ella y su marido, Eduardo Vázquez, de 79 años] porque nos lo tomamos de otra manera, pero imagínate todas las personas mayores que están solas que empiezan a oír que más del 87% de los fallecidos son personas mayores de 70 años. Piensas: ahí en ese grupito estoy yo”.
Durante los dos primeros meses del año las mujeres de 65 años en adelante fueron las que más tiempo pasaron frente al televisor, con una media de seis horas y 30 minutos. Ahora, durante la cuarentena, estas cifras son las normales en el resto de la población. El pasado fin de semana, el segundo de cuarentena, casi 35 millones de espectadores se plantaron ante la pantalla cada día, viernes, sábado y domingo, según los informes de Barlovento con datos de Kantar. Las preferencias de los espectadores se reparten entre la información y el entretenimiento, pero son los informativos lo más visto durante estos días.
Sin embargo, la población de más de 65 años no ha dejado de preferir el entretenimiento, según un informe de la auditora Dos 30′ para EL PAÍS con datos de Kantar Media. Desde que comenzó la cuarentena el 14 de marzo hasta el domingo 22, lo más visto por esta franja de edad fue Supervivientes expres, seguido del mismo espacio con el sobrenombre Tierra de nadie y, en cuarto lugar, el último tramo del mismo programa, los tres en Telecinco. En tercero y quinto puesto está el mensaje del rey del pasado miércoles, seguido en La 1 y Telecinco, respectivamente.
Estos días, Concepción ve “los telediarios, algún avance informativo de los ministros y no mucho más”. “Bueno, y algún concurso, esos también los seguimos”, recuerda. Eso sí, ella y su marido se han enganchado a la serie Sucesor designado, de Netflix. En contra de las estadísticas y de la mayoría de la población de su edad, ella es asidua a esta plataforma. “Es cierto que es una generación que usa menos las nuevas tecnologías”, confirma Paco Iglesias, psicólogo y mediador de la fundación ATYME. “Pero no hay que dar por hecho que tener cierta edad es un impedimento para aprovechar las plataformas de entretenimiento, todo lo contrario, se puede plantear como una cuestión entretenida”, resalta.
La sobreexposición de información preocupa a cada vez más voces. En su cuenta de Twitter, el presentador de TVE Máximo Huerta reflexionó este lunes: “Creo firmemente en la información, es mi oficio y lo defiendo con uñas y dientes. pero también creo en la evasión, en el entretenimiento televisivo. Y ahora vivimos un momento en el que nuestros mayores necesitan poder evadirse de una realidad que les golpea más que a nadie”. El presentador acompaña el texto con un vídeo que comienza con una cita de un fragmento de El peregrino, de John Le Carré: “Téngame informado, pero no muy informado”.
“Esa frase anterior, es la que le digo a mi madre en cada llamada, y que no ponga la tele, de hecho yo creo que llamo para comprobar que no la tiene puesta en momentos puntuales. Que se entere de lo que está pasando, sí, pero que no la convierta en una mujer agobiada de 82 años”, continúa en el vídeo. Huerta recomienda a su madre otros programas de entretenimiento y el telediario “a la hora que toca”. “Pero el resto del día, porque ella no tiene Netflix ni esas cosas, le digo que se ponga cosas de entretenimiento, que la evasión es muy necesaria”. Y recuerda lo importante que es la compañía para los mayores, “y no asustar”. “Informados sí, sobreinformados no”, concluye.
Iglesias también recomienda que cada uno regule su propio régimen de noticias. “En esta situación hay, por un lado, la necesidad de informar a la población de riesgo de que realmente lo es para que tomen las medidas oportunas. Pero esa misma información también puede tener otra parte menos positiva, que es aumentar el temor, la ansiedad y el estrés que ya de por sí supone lo que estamos viviendo”. Para el psicólogo la clave está en “saber dosificar la información”. “Lo bueno sería escoger aquella que ayude a sobrellevar de la mejor manera posible esto. Y priorizar los contenidos que uno entiende que son buenos y beneficiosos para uno mismo”, aconseja. “Siempre hay un telediario que gusta más que otro, pero en ciertos momento, cuando la información ya se vuelve repetitiva, hay que apagar la televisión y hacer otra cosa”.