’El detective Endeavour’, una serie excelente
Una serie policíaca británica que cumple absolutamente con el reconocido nivel de calidad de las producciones de Gran Bretaña
En realidad esta columna deberían escribirla Vicente Molina Foix o Javiér Marías. Los dos son grandes cinéfilos y, lo que es más importante en este caso, conocen perfectamente Oxford, la ciudad en la que transcurren las cinco primeras temporadas de El detective Endeaovour.
Una serie policíaca británica (Paramount y Filmin) que cumple absolutamente con el reconocido nivel de calidad de las producciones de Gran Bretaña y en las que sobresalen las habilidades de sus protagonistas para desentrañar los casos sin necesidad de recurrir a los tiroteos y persecuciones habituales en el gén...
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En realidad esta columna deberían escribirla Vicente Molina Foix o Javiér Marías. Los dos son grandes cinéfilos y, lo que es más importante en este caso, conocen perfectamente Oxford, la ciudad en la que transcurren las cinco primeras temporadas de El detective Endeaovour.
Una serie policíaca británica (Paramount y Filmin) que cumple absolutamente con el reconocido nivel de calidad de las producciones de Gran Bretaña y en las que sobresalen las habilidades de sus protagonistas para desentrañar los casos sin necesidad de recurrir a los tiroteos y persecuciones habituales en el género. Es un canto a la inteligencia, a la capacidad deductiva de esa gran pareja que son el detective Endeavour Morse, un excelente Shaun Evans, y el muy circunspecto inspector jefe Fred Thursday, ambos de la comisaría de Cowley comandada por el superintendente en Jefe Reginald Bright, un personaje que habría de calificarse como “entrañable” si no fuera porque es un adjetivo que detesta Juan Marsé.
A ellos se suman el torpe y leal detective Jim Strange, la eficiente editora de la revista Oxford Mail, Dorothea Frazil, y la quintaesencia de la discreción Win Thursday, esposa del inspector-jefe y madre de Joan, el amor imposible de Morse. Y, por supuesto, Oxford, la Ciudad de las Agujas de Ensueño en referencia a la arquitectura de sus 38 colegios universitarios en el centro medieval de la ciudad.