Columna

Qué importa el género

Televisión y teatro se han mezclado en ’performances’ y sobre el escenario, ahora también en una nueva serie

Joan Jonas (Nueva York, 1936), una artista que lleva más de ochenta años revisando el mundo y las maneras de contarlo.

Las pantallas entraron hace tiempo en los teatros. Televisores sobre el escenario a modo de atrezzo, pero también material audiovisual que se proyectaba en las funciones y envolvía, aliñaba, cambiaba el tono, aportaba, interrumpía a los actores en las obras que interpretaban. Era teatro, claro, pero estaba puntuado por el pan audiovisual nuestro de cada día.

Había en todo ello algún elemento de performance, de artes que se van mezclando, metacomentándose, mutando. A veces se daba con un tono que conectaba y remitía a Warhol y a Orson Welles. Y en las ...

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Las pantallas entraron hace tiempo en los teatros. Televisores sobre el escenario a modo de atrezzo, pero también material audiovisual que se proyectaba en las funciones y envolvía, aliñaba, cambiaba el tono, aportaba, interrumpía a los actores en las obras que interpretaban. Era teatro, claro, pero estaba puntuado por el pan audiovisual nuestro de cada día.

Había en todo ello algún elemento de performance, de artes que se van mezclando, metacomentándose, mutando. A veces se daba con un tono que conectaba y remitía a Warhol y a Orson Welles. Y en las performances mismas había (hay) belleza en mensajes tan sencillos y enigmáticos como un secreto. Basta pensar en cómo, aún hoy, Joan Jonas proyecta en un escenario sus vídeos sobre una pantalla, de la que ella misma es una prolongación, toda vestida de blanco, y cómo vuelve a grabarse. (Quien tenga ganas de mar aún puede sintonizar con sus exquisitos vídeos marinos en la muestra del Museo Thyssen prorrogada hasta el 13 de septiembre).

Ese mismo día, a dos semanas vista, confinados o no, el teatro se toma una buena revancha en televisión con el estreno de Escenario 0. Las actrices Bárbara Lennie e Irene Escolar son quienes están detrás, como productoras ejecutivas, de este proyecto, uno de los más valientes del otoño. Esto no trata de representaciones por videoconferencia como las que triunfaron en la primavera confinada. Ellas se han lanzado a una conquista teatral del medio televisivo. Juicio a una zorra, Vania, Hermanas, Los mariachis, Todo el tiempo del mundo y Mammon son las seis obras que dejan la sala y saltan fuera del escenario con HBO. Van de la mano de directores que han sabido mover a otro lugar lo que se representó a puerta cerrada y, en muchos casos, con todas las butacas vendidas. ¿Puro teatro? ¿Pura televisión? Qué importa el género.

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