‘Drag Race España’ se hace oír en redes sociales
El australiano Steve Kelly, encargado de adaptar en España formatos internacionales como ‘Got Talent’ e ‘Idol Kids’, explica cómo se hace esta versión del programa impulsado en 2009 por RuPaul
Después de tres episodios de su primera temporada emitidos en la plataforma de pago Atresplayer Premium, Drag Race España ha logrado convertirse en uno de esos programas íntimamente ligados a las redes sociales, como Operación Triunfo y Gran Hermano. Ha alcanzado casi 10 millones d...
Después de tres episodios de su primera temporada emitidos en la plataforma de pago Atresplayer Premium, Drag Race España ha logrado convertirse en uno de esos programas íntimamente ligados a las redes sociales, como Operación Triunfo y Gran Hermano. Ha alcanzado casi 10 millones de impresiones en ellas en su primera semana, según asegura Atresmedia en un comunicado. Para bien y para mal, los espectadores comentan el concurso durante varios días, gracias a su emisión a la carta. Steve Kelly (Melbourne, Australia, 55 años) lleva más de un lustro adaptando formatos internacionales a la televisión española; de Got Talent y Factor X a Idol Kids. Ahora es el encargado de convertir el concurso impulsado por la célebre RuPaul en un asunto local sin perder su esencia. También de mostrar desde prismas mucho más complejos un movimiento drag que la sociedad española cree conocer. “Es un mundo más amplio que un espectáculo de Chueca, Benidorm o Londres con hombres vestidos de Mónica Naranjo, Cher o Isabel Pantoja mientras interpretan sus canciones en playback”, defiende el australiano por videoconferencia.
El formato ha llegado a España más de una década después de su primera emisión, con otras ambiciones, en Estados Unidos. Sus participantes, con referentes estéticos que van más allá del obsoleto estándar de mujer perfecta, generan conversación en torno a derechos sociales mientras sus responsables llevan al extremo los recursos narrativos propios del entretenimiento. Kelly se mantiene en contacto con la productora estadounidense World of Wonder (WOW), responsable de la idea original, que ha mantenido “una actitud de apertura y curiosidad más que de censura”, afirma.
Para convertir en habitual lo aparentemente extraordinario, el original Ru Paul’s Drag Race adoptó una mecánica sencilla y similar a la de otros programas de talento como MasterChef. Se trata de una competición basada en la eliminación semanal en la que los aspirantes al premio deben mostrar sus habilidades ante un jurado de expertos. En vez de defenderse tras los fogones, esta vez tienen que conquistar a golpe de personalidad, creatividad y carisma, a través de los personajes femeninos que han creado. Lo hacen superando retos de todo tipo, relacionados con la canción, la improvisación interpretativa y en especial con la moda, confeccionando con sus propias manos los vestidos y el maquillaje que lucen cada semana.
La española es la séptima versión de RuPaul’s Drag Race, tras Estados Unidos, Chile, Tailandia, Reino Unido, Países Bajos y Canadá. Darle un sabor local ha sido muy fácil para el australiano, gracias a las concursantes que participan en esta primera edición. “España es un país muy grande, con regiones de personalidades muy distintas. Canarias no tiene nada que ver con Cataluña ni con Madrid. Traer a gente de todas partes, e incluso de fuera, que inspiran sus propuestas en su cultura local, logra de inmediato que el programa tenga personalidad propia y que no caiga en lo obvio”, comenta.
Las competidoras ya han abordado en estos primeros programas a través de sus testimonios personales, asuntos como el acoso escolar y la disforia de género. Y sus mensajes llegan a una audiencia internacional, ya que la versión española se emite en varios países del mundo a través de la plataforma WOW Presents Plus. Kelly cuenta que lo que se muestra es un contenido esperado, aunque no forzado: “Por desgracia, si unes a 10 personas del colectivo LGTBI+, van a salir a la luz conflictos de este tipo. Les dejamos espacio para que charlen entre ellas, así que son comentarios que surgen de forma natural”.
Odio gratuito
Entre esos asuntos que las aspirantes de la versión española exponen al gran público, está el de la representación cultural. Inti, candidata boliviana que se define de sexualidad no binaria, abandonó de forma voluntaria la competición al entender que el jurado, formado por Javier Calvo y Javier Ambrossi, conocidos como Los Javis; la diseñadora de moda Ana Locking, y la propia presentadora, la drag Supremme de Luxe, no entendía la forma que tiene de integrar la cultura indígena en sus propuestas. Con esta polémica renuncia llegaron las quejas de otras concursantes ante los comentarios negativos que reciben a través de las redes sociales desde el estreno del espacio por parte de los espectadores. Se trata de un comportamiento que ellas consideran acoso dentro de la propia comunidad LGTBI+. “Desde Drag Race España queremos que las 10 participantes sepan que estamos de su lado, para lo que necesiten. Pero llevo muchos años haciendo televisión y sé que es un asunto que se repite en todo el mundo. Nuestro consejo es que no entren en las críticas que no son constructivas, que se centren en lo positivo y no en el odio gratuito, porque ninguna personalidad pública gusta a todo el mundo”, dice Kelly.
El deseo de los responsables del espacio de Atresmedia es el de ser una cantera de talento que exporte a algunas de sus estrellas, procedentes de una industria minoritaria, a proyectos de masas, como ha ocurrido con las concursantes de otros países. “Me estalla la cabeza al pensar que no son estrellas en toda España”, comenta Kelly, rodeado en su casa de carteles de películas de Pedro Almodóvar, como Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980). En estos momentos, está terminando de montar el capítulo final de Drag Race España. “La televisión española siempre me sorprende”, cuenta, tras haber trabajado en Australia, Reino Unido e Italia. “Aquí siempre llama la atención cuando lo digo, pero es una industria llena de libertad. Empecé con Got Talent teniendo a dos mujeres y dos gays en el jurado: Eva Hache, Jorge Javier Vázquez, Jesús Vázquez y Edurne. Que a nadie le pareciera extraño, cuando en otros lugares jamás habría ocurrido, dice mucho de lo radical que puede llegar a ser este país”.
El otro elenco de estrellas
“Con Supremme de Luxe, alguien con gran experiencia en el mundo del teatro, ocurrió lo que no suele ocurrir. Tenía claro desde los primeros dos minutos de su prueba que debía presentar Drag Race España, por su profesionalidad, su inteligencia y su capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas sin dejar de ser un poco payasa”, argumenta Steve Kelly, director del espacio.
Deborah Ombres, primer personaje drag que fue presentadora en la cadena MTV y en programas de la televisión generalista como Caiga quien caiga, sonó durante muchos años como la conductora de esta versión del formato. “Contaremos seguro con ella de un modo u otro”, avanza el australiano.
Y aunque Los Javis suponían una elección obvia para formar parte del jurado, al haber normalizado el drag en la televisión española contando con Brays Efe como protagonista de Paquita Salas, a ellos se suma en el jurado la diseñadora Ana Locking, reciente Premio Nacional de Diseño de Moda. También fue una elección casi inmediata para el responsable del programa: "Tiene una conexión muy potente y genuina con el mundo del drag. Y hay pocas personas tan fanáticas del programa como lo es ella. Además, da clases de moda, así que su talante didáctico es muy valioso en este formato”.
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