Chanel Terrero: “A veces me despertaba llorando. Me di cuenta de la importancia de la salud mental”
La cantante, que competirá en Eurovisión el 14 de mayo, se siente “tranquila y respaldada” después de los ataques y comentarios racistas que recibió tras su elección
“Ahí fuera, habrá gente mucho mejor que tú; pero ninguna como tú”. Esta era la frase que su profesora de danza le repetía a Chanel Terrero (31 años, La Habana, Cuba) cuando empezó a hacer castings con solo 16 años. Y es también la filosofía con la que la representante de España en Eurovisión se enfrenta a ...
“Ahí fuera, habrá gente mucho mejor que tú; pero ninguna como tú”. Esta era la frase que su profesora de danza le repetía a Chanel Terrero (31 años, La Habana, Cuba) cuando empezó a hacer castings con solo 16 años. Y es también la filosofía con la que la representante de España en Eurovisión se enfrenta a la final que tendrá lugar el próximo 14 de mayo en Turín. “Mi objetivo no es quedar como mínimo en equis puesto. Mis expectativas son artísticas: quiero que, cuando se acabe la música, la actuación haya quedado redonda, tener la tranquilidad de haberme dejado la piel y sentirme orgullosa. Porque yo soy la punta del iceberg, pero esto es un trabajo de equipo en el que participan muchas personas. Lo peor que me puede pasar no es quedar la última, sino quedarme al 70% en el escenario”, explica mientras come un cuenco de poke entre ensayos y pruebas de peluquería, un día antes de viajar a Italia.
Los que la conocen, como Tony Aguilar, comentarista del concurso desde 2018, coinciden en definirla “como una curranta de los escenarios, muy perfeccionista y trabajadora”. Porque aunque Terrero era una desconocida para el gran público hasta que fue elegida el pasado enero, lleva todo su vida participando en musicales ―El rey león, El guardaespaldas, Flashdance o Malinche―, series, y haciendo pequeños papeles en películas como Fuga de cerebros. Incluso, cuenta que llegó hasta el final del proceso de selección para el papel de Anita en la versión cinematográfica de West Side Story. “Hacer audiciones para Steven Spielberg fue increíble”, recuerda. Sin embargo, SloMo, la canción con la que competirá en Turín, es su primer sencillo. De hecho, ni siquiera había firmado un contrato con su actual discográfica, BMG, cuando ganó la final española para ir a Eurovisión ―Benidorm Fest― imponiéndose a Rigoberta Bandini y Tanxugueiras en una polémica votación que llegó hasta el Congreso.
Galicia en Común, BNG y Comisiones Obreras exigieron entonces explicaciones a RTVE —la corporación que organizaba el concurso— por las posibles irregularidades en su elección, mientras sus compañeras y competidoras pedían públicamente que cesase la ola de críticas y odio que se había desatado contra ella en redes sociales. “A veces me despertaba llorando por la mañana de impotencia. Me di cuenta de lo importante que es la salud mental y la inteligencia emocional, y aprendí a valorarme sin depender de la opinión de los demás, ya sea positiva o negativa. Es decir, a tener mi autoestima colocada por mí misma. También entendí que el arte es algo subjetivo: si no te gusta, no lo consumas, pero no trates de destruirlo”, explica.
María Eizaguirre, directora de Comunicación y Participación de RTVE, considera que, aunque Terrero “no lo ha tenido fácil, el tiempo ha terminado jugando a su favor” y gracias a su simpatía, su respeto al público y, una vez más, su trabajo, ha conseguido convertirse “en una de las candidatas más queridas de Eurovisión dentro y fuera de España”. De hecho, como apunta Tony Aguilar, las casas de apuestas y las encuestas entre los clubes de seguidores del concurso la sitúan en el tercer puesto entre los favoritos para ganar el certamen; “lo que refleja unas expectativas con respecto a España que no se veían desde hace años”, en palabras del presentador.
Terrero asegura está “sorprendentemente tranquila, centrada y respaldada”, disfrutando del lado amable de una fama que le ha llegado de golpe y le ha permitido cumplir sueños como conocer a Antonio Banderas, uno de sus actores favoritos desde que aterrizó en la escuela de danza e interpretación casi por casualidad. Su primera vocación no fue el baile, sino la gimnasia rítmica, pero cuenta que tuvo que abandonar las clases por comportamientos racistas. “Me resulta curioso que las personas blancas todavía se sorprendan cuando les contamos que nos enfrentamos al racismo de forma cotidiana. La sociedad ha avanzado, pero queda mucho por hacer. Solo hace unas semanas una señora me gritó ‘¡vete a tu país!’ en la cola de Correos porque en su opinión estaba tardando mucho en rellenar unos impresos. Mi país es España. Pero aún hay veces que cuando un mensajero viene a traer un paquete y le abro yo la puerta me pregunta por la señora o el dueño de la casa”, cuenta. Algunos de los ataques más agresivos que recibió a través de las redes sociales eran precisamente de carácter racista: “Desde cosas tremendas al típico ‘mira la cubana esta”. Pero Chanel Terrero, la catalana que propuso a su rival Rigoberta Bandini “quedar para hacer una calçotada”, no se achanta: “Yo siento que estoy representando a la España de verdad, la que yo vivo, la diversa, porque salgo a la calle y veo que es así. Te puede no gustar, pero es la realidad”.
Lejos del pop o las canciones aflamencadas, la canción con la que compite, SloMo, es esa mezcla de ritmos latinos y urbanos que, según Tony Aguilar, la organización y muchos seguidores españoles “llevaban tiempo queriendo presentar en Eurovisión, porque gusta en todos los rincones del mundo”. Para interpretar esta composición del alavés Leroy Sánchez, Chanel tuvo que pasar por una audición. “Yo estaba en mi casa tan tranquila, centrada en los ensayos de Malinche, el musical de Nacho Cano y [el productor] Tony Sánchez-Ohlsson, uno de los asesores externos de Eurovisión, me llamó y me dijo que había una canción que me pegaba muchísimo y así era. La grabé, hice la prueba y aquí estamos”, resume entre risas.
En el taller del diseñador Alejandro Palomo, SloMo ha sonado hasta la saciedad y hasta las tantas de la mañana, mientras se terminaba a toda prisa el mono de licra y tul con 50.000 cristales cosidos a mano con el que Terrero actuará el 14 de mayo. “Es encantadora y nada diva”, cuenta el diseñador andaluz, al que Terrero solo pidió unos pequeños ajustes para que el mono se adaptase a la atlética coreografía de la canción. “Lo que está proponiendo es muy ilusionante. Todo el mundo tiene ganas de marcha y de que pase algo bueno. Y, además, es muy bonito ver a alguien que lleva años dando vueltas por los escenarios conseguir su momento de gloria a base de trabajo”.
- ¿No irá usted descalza, verdad?
- ¿Por qué?, ¿qué pasa con ir descalza?
- Las dos únicas representantes españolas que lo hicieron, Remedios Amaya y Raquel del Rosario, quedaron última y penúltima respectivamente.
- ¿En serio? Voy a llevar tacones, pero ahora con más razón. Nada de ir descalza. Gracias.
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