La fantasía de ‘One Piece’ se hace real en Netflix
El manga más vendido de la historia, escrito por Eiichiro Oda, se convierte en serie con un ecléctico grupo de protagonistas
El entusiasta Monkey D. Luffy tiene un sueño: convertirse en el Rey de los Piratas. Acompañado de una peculiar tripulación, surcará los mares en busca de un tesoro legendario, el One Piece. Con su inseparable sombrero de paja, su cuerpo de goma y sus compañeros, se enfrentará a diversos peligros, desde abominables monstruos hasta otros piratas con ambiciones parecidas o los marines que intentan que se cumpla la ley. El universo de fantasía y aventuras de One Piece data de 1997, cuando se publicó el primer número de la ...
El entusiasta Monkey D. Luffy tiene un sueño: convertirse en el Rey de los Piratas. Acompañado de una peculiar tripulación, surcará los mares en busca de un tesoro legendario, el One Piece. Con su inseparable sombrero de paja, su cuerpo de goma y sus compañeros, se enfrentará a diversos peligros, desde abominables monstruos hasta otros piratas con ambiciones parecidas o los marines que intentan que se cumpla la ley. El universo de fantasía y aventuras de One Piece data de 1997, cuando se publicó el primer número de la obra del japonés Eiichiro Oda. Hoy, esta aventura con piratas con superpoderes ya incluye 105 volúmenes, de los que se han vendido más de 516 millones de ejemplares en 61 países. One Piece es el manga más vendido de la historia. Un anime con más de 1.000 episodios, 15 películas de animación y varios videojuegos son otras pruebas de su enorme popularidad. Ahora, el universo de One Piece ha roto una nueva barrera con el estreno en Netflix de su adaptación en serie de acción real.
Llegar hasta aquí no ha sido una tarea sencilla. Como explicó el propio Eiichiro Oda, esta adaptación, creada en colaboración con Shueisha y producida por Tomorrow Studios y Netflix, empezó a concebirse hace siete años. Los ocho episodios de su primera temporada se rodaron durante seis meses en Sudáfrica y, una vez terminado el rodaje, Oda pidió volver a rodar numerosas escenas porque no le parecía que cumplieran las expectativas. No todo valía para representar el universo al que el escritor ha dedicado tantos años. Eso sí, el autor, también productor ejecutivo de la serie, advierte a los seguidores de sus historias de que la acción real obligó a adaptar y ajustar muchos elementos. Lo que no varía, por su petición expresa, son las historias de trasfondo de los miembros de los Sombrero de Paja —esas tramas sobre sus orígenes tienen mucha presencia en esta primera temporada— ni los poderes y habilidades que concede la fruta demoníaca a quien la come, que van desde tener un cuerpo tan elástico como la goma hasta poder trocearlo en decenas de partes y recomponerlo a voluntad.
La One Piece de Netflix no solo se dirige a los seguidores del manga y el anime. También quiere conquistar a quienes no sabían de su existencia. Sobre ello hablaron los actores que dan vida a la tripulación del barco Going Merry, un ecléctico quinteto compuesto por el mexicano Iñaki Godoy (Luffy), el japonés Mackenyu (Zoro), el jamaicano Jacob Romero (Usopp), la estadounidense Emily Rudd (Nami) y el español-británico Taz Skylar (Sanji). La entrevista tuvo lugar a mediados de junio en São Paulo, semanas antes de que la huelga de actores dejara a series y películas sin promoción por parte de sus protagonistas.
“Es una serie reconfortante, para sentirse bien”, decía Emily Rudd. “Es imposible verla y no sentir que puedes hacer cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Es una serie sobre la familia encontrada, donde todos nos animamos a los otros a seguir nuestros sueños y ser lo mejor que podemos ser”, prosigue la actriz. “No hay muchas cosas en la televisión que te den ese impulso aspiracional. Eso es lo que espero que traigamos a la gente”, añade Taz Skylar, actor nacido en Tenerife. “Pero nada de lo que hagamos podrá acercarse a lo perfectos que ya son el manga y el anime de One Piece. Nosotros solo traemos un nuevo sabor, un nuevo color y esperemos que acerquemos One Piece a gente que no había oído hablar antes de One Piece”, añade Jacob Romero.
Nada de lo que hagamos podrá acercarse a lo perfectos que ya son el manga y el anime de ‘One Piece’. Nosotros solo traemos un nuevo saborJacob Romero
Para Iñaki Godoy, el optimista y valiente Monkey D. Luffy, el mayor reto a la hora de afrontar su personaje estuvo en encontrar el equilibrio entre la energía de Luffy y el realismo que exigía la serie. “En la cultura mexicana nos gusta celebrar y cuidar de nuestra familia. Eso ha influido en mi vida mientras crecía y también en mi papel”, reflexiona el actor, de 20 años. Para Jacob Romero, el hecho de afrontar personajes tan asentados en el imaginario de millones de personas fue un gran reto. “Tienen mucha historia detrás y sería fácil intentar recrear lo que tenemos en la mente. Pero creo que también teníamos que añadirles lo que somos nosotros mismos”.
Taz Skylar destaca el trabajo físico. “Lograr que mi cuerpo actuara de la forma que necesitaba para interpretar físicamente todo lo que mi personaje tenía que hacer fue un proceso doloroso físicamente. Y tuvimos que mantener ese proceso doloroso durante casi un año durante 10 o 12 horas al día”, dice el actor, poniéndose serio en medio del ambiente bromista que dominó en la entrevista. El entrenamiento fue también básico en el caso de Mackenyu. Su personaje, Zoro, es un experto espadachín capaz de manejar hasta tres espadas a la vez. “Yo estaba acostumbrado a manejar hasta dos espadas”, reconoce el actor, que ya tenía formación en artes marciales. “Pero la tercera… Tuvimos que hacer mucho entrenamiento con especialistas, fue divertido y un reto al mismo tiempo”. El coordinador de escenas de riesgo de la serie y un maestro espadachín le ayudaron a coreografiar sus movimientos en las secuencias de lucha.
Además de los indispensables efectos visuales y digitales, era deseo de los máximos responsables de la serie, Matt Owens y Steven Maeda, que el mundo de One Piece fuera lo más tangible y real posible, para lo que se propusieron reproducir localizaciones y espacios que aparecen en los cómics. En el caso de los barcos, reutilizaron muchas de las naves que se construyeron para la serie de piratas que terminó en 2017 Black Sails (buena parte del equipo que trabajó en aquella producción de Starz participa ahora en One Piece). Pero dos barcos se construyeron de cero: la nave Going Merry, el primer barco de los Sombrero de Paja, y el Baratie, el barco con mascarón en forma de cabeza de pez y cuyo casco se inspira en un galeón español. Los actores destacan precisamente estas dos localizaciones y el detalle y minuciosidad de su recreación. “Tuvimos localizaciones increíbles que ayudaron a crear un mundo profundamente mágico que es muy fiel al original pero, al mismo tiempo, muy fresco y real”, dice Emily Rudd. “Incluso había cosas que la cámara nunca iba a mostrar pero que nosotros veíamos. Cosas detrás de las puertas, etiquetas en las latas… cosas que nunca se verían pero estaban ahí”, añade Taz Skylar.
En la cultura mexicana nos gusta celebrar y cuidar de nuestra familia. Eso ha influido en mi vida mientras crecía y también en mi papel en la serieIñaki Godoy
El día en el que tuvo lugar esta entrevista, los actores ya se dieron su primer gran baño de masas ante los fans con su aparición en Tudum, el evento que organizó Netflix en São Paulo en junio y donde el nombre de la serie y los personajes fueron coreados por miles de personas. ¿Están preparados para lo bueno y lo malo que conlleva el fenómeno fan? “En realidad, no sé si tenemos que pensar en eso. Yo estoy ansiosa por que la gente vea la serie, especialmente la gente que no es ya fan de One Piece”, decía Emily Rudd. Y añadía Jacob Romero: “Además, sabemos que nos tenemos los unos a los otros”. Igual que los piratas de Sombrero de Paja.
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