Dentro de la mina asturiana que quiere albergar la vacuna de la covid
Las galerías alcanzan una temperatura de 70 grados bajo cero, la necesaria para la conservación de las dosis.
El pozo Santiago es una de las pocas minas de carbón que quedan activas en España. La Unión Europea ordenó entre 2010 y 2018 el desmantelamiento completo del lugar y el cese de la extracción de sus materiales. Aún así, el sindicato SOMA-UGT continúa luchando para que el lugar se mantenga activo. El último intento para revivir las instalaciones ha sido ofrecer al Gobierno y al Principado de Asturias la posibilidad de conservar en su interior la vacuna contra el coronavirus.
El fármaco necesita encontrarse en lugares con temperaturas muy bajas, lo que hace que las condiciones de estas minas asturianas reúnan las características idóneas para su almacenaje. Cuando la mina estaba activa, era necesaria la inyección de nitrógeno líquido para la extracción del carbono, lo que hacía que alcanzara una temperatura de 70 grados bajo cero, la misma necesaria para la conservación de la vacuna.
El pozo Santiago cuenta con la infraestructura necesaria y, además, destaca por su alto nivel de seguridad, ya que tiene un único acceso al interior. Este lugar, que continúa sosteniendo la economía familiar de 140 trabajadores, ha llamado el interés del Principado de Asturias, el Ministerio de Industria y el Ministerio de Sanidad. La oferta fue recibida con gratitud, aunque la conservación de la vacuna quedó cubierta gracias a la compra de un ultracongelador capaz de albergar 200.000 dosis de la vacuna Pfizer.