Vídeo | De campeón de natación a rescatista en el Mediterráneo, la otra vida de Eduardo Blasco
Tras su oro en el mundial de salvamento, decidió intercalar las competiciones con rescates en el Mediterráneo: “El país que me dio la medalla del mundo me detiene un año después por salvar vidas”
El mar siempre ha rodeado la vida de Eduardo Blasco desde que su abuelo le enseñó a nadar con cuatro años. En Fuerteventura, donde ha pasado la mayor parte de su vida, se enganchó a los deportes subacuáticos y comenzó su carrera en modalidades no olímpicas como el salvamento. Y triunfó. Medallista nacional 67 veces, campeón de Europa en dos ocasiones y oro en el último mundial. Pero vivir en Canarias, las islas por donde entran la mitad de las personas que tratan de llegar a España por mar, le marcó y le empujó a salir de su zona de confort. “Fue cuando gané el campeonato del mundo, sentí que necesitaba desarrollarme a nivel personal. Rescatar a seres humanos es mucho más importante que el deporte”. Y ahí es cuando Eduardo comienza a vivir su otra vida, la de rescatista en misiones humanitarias en el Mediterráneo. La última este verano a bordo de la misión 105 del Open Arms, detenido por la Guarda Costera Italiana cerca de Lampedusa tras haber rescatado a más de 200 personas en dos semanas. Casualmente, fue en Italia donde ganó el oro en el último mundial de Socorrismo y Salvamento: “El país que me dio la medalla del mundo me detiene un año después por salvar vidas”, lamenta Blasco.
El vídeo que acompaña a esta pieza inaugura la serie de EL PAÍS Reversibles, historias de personas que esconden una segunda vida extraordinaria. “Aprovechar tus habilidades para salvar vidas en lugar de conseguir una medalla tiene mucho más sentido para mí”, asegura el campeón Eduardo Blasco, el protagonista de la primera entrega de este formato audiovisual.