Dos muertos al estrellarse un avión del presidente de River Plate en Buenos Aires
El piloto y el copiloto fallecen tras chocar contra una vivienda cercana a la pista de aterrizaje. La aeronave era propiedad de la familia Brito, que hace cuatro años perdió al patriarca en un accidente de helicóptero
Este miércoles al mediodía, el piloto y copiloto de un avión privado de Argentina murieron al sufrir un accidente durante el aterrizaje. El Challenger 300 siniestrado despegó de la ciudad uruguaya de Punta del Este y se disponía a aterrizar en el aeropuerto de San Fernando, en la periferia norte de Buenos Aires, cuando se salió de la pista y chocó contra una vivienda cercana, incendiándose. Se desconocen hasta el momento los motivos del accidente.
Los fallecidos fueron identificados como Martín Fernández Loza, de 44 años, y Agustín Orforte, de 35. Esta mañana trasladaron a pasajeros que habían alquilado el avión para viajar a Punta del Este, una de las localidades favoritas de veraneo de la clase alta argentina, y estaban por concluir la vuelta cuando ocurrió el accidente. Al parecer el avión entró pasado a la pista y por motivos que aún se desconocen no logró frenar. Traspasó el perímetro aeroportuario y se estrelló contra una vivienda.
Los vídeos grabados por los vecinos muestran el incendio que se desencadenó en cuestión de minutos y que requirió la intervención de los bomberos. Cuando lograron extinguir el fuego, los bomberos rescataron dos cuerpos calcinados del interior de la aeronave, según informó la policía de seguridad aeroportuaria.
El avión pertenece a Jorge Brito, dueño del banco Macro y presidente del club River Plate. Esta familia, una de las más ricas de Argentina, se vio golpeada hace cuatro años por una tragedia aérea: el patriarca, Jorge Brito, murió a los 68 años en un accidente de helicóptero en la provincia norteña de Salta. El banquero había almorzado con el gobernador salteño, Gustavo Sáenz, y se dirigía hacia uno de los campos que tenía en la provincia cuando el aparato se precipitó en la zona del embalse Cabra Corral, a unos 1.500 kilómetros al norte de Buenos Aires, y murieron tanto Brito como el piloto.
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