Cristóbal Zaragoza ganó el Planeta con una novela sobre la vida de un miembro de ETA
El escritor Cristóbal Zaragoza ganó la 30ª edición del Premio Planeta de novela, dotado con ocho millones de pesetas, con la obra Y Dios en la última playa, una novela que, a pesar de que trate de un miembro de un comando ETA, no es política, según explicaciones del propio autor. Como finalista quedó la novela Llegará tarde a Hendaya, de José María Martínez Val, quien percibirá dos millones de pesetas. Leopoldo Azancot, por su parte, obtuvo el millón de pesetas concedido a su novela El amante increíble, por sus valores cinematográficos.
El premio, convocado por la Editorial Planeta, se falló a medianoche de ayer en un hotel de Barcelona al término de una cena, en la que ocupó el lugar más destacado el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol. José Manuel Lara, el editor, entregó los premios al ganador y a Azancot. El finalista no acudió a la cena:"He escrito una reflexión moral sobre Dios, la vida y la muerte, sobre lo criminalmente absurdo que es matar.". De esta forma sintetizó ayer Cristóbal Zaragoza, alicantino de 58 años, profesor de Literatura en Barcelona, donde reside, la novela con la que ganó el Planeta. Zaragoza, que vive en la Ciudad Condal desde hace catorce años, es autor de veintidós libros.
La acción de Y Dios en la última playa, novela que se presentó bajo el seudónimo Serena de Alba, transcurre, según las explicaciones del autor, en la actualidad del País Vasco, pero no se especifica nunca ningún nombre de lugar concreto. El eje de la narración es el problema de conciencia que se le plantea a un miembro de un comando de ETA que decide no cumplir la orden de ejecutar a un militar inocente. Este rechazo supone su propia sentencia de muerte.
Un terrorista es, para Cristóbal Zaragoza, "un ser humano como otro cualquiera. En este caso, ese terrorista se encuentra al final y tiene grabada entonces la noción exacta de la existencia de Dios, le pesa en la conciencia el. hecho de que tenga que matar".
El autor ha escrito la novela lejos del País Vasco, "sin tener ningún contacto con ETA, por lo que nada hay de realidad en el relato, todo es auténtica ficción. No existe un mensaje político en sí, sino un alegato contra la violencia como tal violencia, y en ese sentido creo que la novela puede tener un valor y una aplicación universales".
Los motivos que han movido a Cristóbal Zaragoza a escribir Y Dios en la última playa han sido, entre otros, "la pena y el asco". "El tema se me ocurrió cuando, cada día, hace un año más o menos, nos daban la noticia de que mataban a alguien. Ahora no sé ni me preacupa cómo sentará a ETA la novela. Mi sentimiento hacia los terroristas es de piedad. No he hecho una novela anti-ETA. Todos los personajes que salen en ella son muy humanos, son seres humanos y lo trato con el mismo respeto que a cualquier persona".
Cristóbal Zaragoza ha repetido una y otra vez que la novela es esencialmente humana. "Se trata de un buceo en la conciencia, no es ni moralista ni moralizante. Tampoco es política. El amor, por otra parte, también ocupa en ella un lugar importante".
El ganador del Planeta, que ha escrito, entre otras obras, Manú, premio Ateneo de Sevilla, dotado también por Planeta, en 1975, Los domingos vacíos y Generaciones, dice que el patrimonio literario que posee se lo debe a su trabajo. "He luchado, he malvivido y quizá ahora empiezo a levantar cabeza". Cristóbal Zaragoza no se encasilla en ninguna ideología. "Entiendo la vida en función de la libertad y de lograr que la cultura iguale a las personas. Hasta que esto último no suceda no podremos hablar de política".
La novela finalista
En opinión de algunos míembros del jurado, la obra ganadora del Planeta de este año posee importantes valores narrativos, a través de los que se trasluce la acción del relato. Tanto sus monólogos como las partes discursivas están justificadas por el proceso de interioridad que vive el personaje.
Llegará tarde a Hendaya, de José Maria Martínez Val, que se presentó bajo el seudónimo José, María del Val y que resultó finalista, narra las luchas de los servicios secretos alemanes a ingleses por influir en Franco en 1940, poco antes de que el general celebrara su entrevista con Hitler en Hendaya.
En declaraciones realizadas anoche explicó que "con esta novela es la primera vez que me acerco al mundo literario. Al acabar de escribirla decidí presentarme a un premio, y este me pareció el más atractivo". José María Martínez Val es ingeniero nuclear.
José María Martínez Val se considera muy documentado sobre la segunda guerra mundial, la guerra española y, en general, todo el siglo XX. Tardó en escribir su novela cuatro meses, aunque afirma haberse documentado previámente durante dos años leyendo a Churchill, Serrano Súñer y Hitler.
El finalista confiesa estar muy alejado profesionalmprite de la fiteratura, "donde me refugio para desintoxicarme de tanto neutrón", aunque afirma que no puede disociar sus dos aficiones como ingeniero nuclear y como escritor, inciada con esta novela.
Estima Martínez Val que su estilo puede calificarse como realista, pues "ante todo intento dar visos de verosimilitud". Piensa seguir escribiendo y tiene en proyecto -ya casi terminada- otra novela, también de espionaje, que se desarrolla en un escenario internacional.
El principal mérito de la obra, dijo a Efe el finalista, se encuentra, a su juicio, en el planteamiento de la novela, que combina los hechos reales con una túama que pudiera, haber sucedido, y sobre todo en la resolución del problema, con un final completamente ficticio.
Martínez Val, nacido en Ciudad Real hace treinta años, es actualmente profesor numerario de Ingeniería Nuclear y funcionario de la Junta de Energía Nuclear, aunque se encuentra en período de excedencia para realizar un trabajo de investigación sobre fusión nuclear.
Hace algunos años obtuvo, por un artículo publicado en Abc, un premio de investigación y divulgación científica que otorga la mencionada Junta de Energía Nuclear.
El finalista del Planeta negó haber tenido ningún tipo de contactos previos con el editor Lara, y dijo que las noticias de los últimos días revelaban un absoluto y total despiste sobre su personalidad.
Relato para el cine
Leopoldo Azancot, que obtuvo el premio especial a la novela que mejores cualidades reúne para ser desarrollada en una producción e¡nematográfica, expl icó que El amante increíble trata de un matrimonio de españoles que ha vivido en Estados Unidos y alquila una casa en Asturias, junto al mar.
"Mi obra es una meditación sobre los problemas permanentes de la convivencia", dijo Azancot. "He intentado hacer una novela estrictamente fantástica, entre lo natural y lo sobrenatural. Es realista, pero también fántástica".
La novela del filósofo y miembro del Comité Central del Partido Comunista de España, Carlos Paris, fue relegada a la cuarta posición por un jurado integrado por José Manuel Lara, José María Valverde, Ricardo Fernández de la Reguera, Carlos Pujol, Antonio Prieto y Manuel Lombardero, que actuó como secretario.
Lara comentó, al término de la cena, que aunque no había salido su novela favorita (El otoño de una primavera., sobre Picasso), la novela ganadora estaba también en su quiniela de preferidas.
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