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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

"Ha sido un disparo, y me han dado a mí", comentó José Ramón Recalde a su esposa

Aurora Intxausti

María Teresa Castells se sobresaltó cuando escuchó un estruendoso sonido. "José Ramón, ¿qué ha sido ese ruido?". "Un disparo", dijo él sin volver el rostro. "¿A quién?", insistió ella. "A mí. Llama a SOS Deiak 112 y diles que manden una ambulancia". Así fue la asombrosa conversación que mantuvieron José Ramón Recalde y su esposa, María Teresa Castells, segundos después de que ETA intentase asesinar al ex consejero de Justicia vasco en el barrio de Igeldo de San Sebastián. A pesar de que la zona estaba oscura a las 20.40, José Ramón Recalde se percató de la presencia del terrorista.

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Todo ocurrió rápido y tanto José Ramón como María Teresa mantuvieron la calma en todo momento. Ayer, María Teresa estaba serena y pospuso cualquier declaración al momento en el que su esposo esté recuperado. Será entonces cuando hagan público un comunicado.El atentado, según testimonios familiares, fue perpretado por una sola persona que estaba escondida en las proximidades de la rampa de acceso al domicilio. José Ramón Recalde regresaba a casa después de recoger a María Teresa Castells, propietaria de la librería Lagun, en la Parte Vieja de San Sebastián. Eran las 20.40 cuando se dirigían a su casa en la calle Ametzi del barrio Igeldo. Se encontraban en la puerta del garaje cuando José Ramón Recalde se disponía a abandonar el vehículo para abrir el garaje. María Teresa Castells oyó un ruido y le pregunto a su marido: "¿Qué ha sido?". Él, con un aplomo que quienes le conocen aseguran que forma parte de su carácter, le respondió: "Un disparo". "¿Pero a quién?", insistió ella, consciente de que las únicas personas que estaban en la zona eran ellos dos. Volviendo el rostro, José Ramón le dijo: "A mí". En ese momento salió un borbotón de sangre de su boca y cuando pudo hablar le instó a que llamase a los servicios de emergencia de la Ertzaintza.

El matrimonio subió a casa y avisó a los servicios de asistencia sanitaria dando detalles de la situación en la que se encontraba el herido. Ni José Ramón ni María Teresa recuerdan si la persona que disparó fue un hombre o una mujer, ya que la zona estaba oscura. Sin embargo, una vecina de la zona cree que vio a una mujer que después de escucharse el disparo salió huyendo de la vivienda de los Recalde-Castells.

Desde que el pasado 7 de mayo ETA asesinó al periodista y miembro del Foro Ermua José Luis López de Lacalle, José Ramón Recalde empezó a ser consciente de que él también podría ser una víctima de ETA. Incluso con sus familiares llegó a hablar de la muerte.

El ex consejero vasco logró salvar la vida al reaccionar ante el arma del terrorista. El disparo estaba dirigido a la cabeza, según las investigaciones policiales, pero un movimiento brusco modificó la trayectoria de la bala, del calibre 22, que se alojó en el maxilar derecho. Tanto ese calibre, como el revólver, son armas que ETA ha utilizado "esporádicamente" en algunos atentados, pero habitualmente no las emplea.

Así, el 16 de septiembre de 1997, el funcionario de la prisión de Martutene Juan José Baeza González también salvó la vida, tras resultar herido de bala en el cuello en un atentado perpetrado en Rentería (Guipúzcoa), en el que también se utilizó munición del calibre 22.

Por otro lado, la última víctima de ETA, el concejal del PP de Zumárraga Manuel Indiano, fue asesinado por dos terroristas, según se desprende de la munición que ha analizado la Ertzaintza. Los etarras se adentraron en la tienda de golosinas que regentaba Indiano y le dispararon diez balas uno y cuatro el otro. Siete de ellas se alojaron en el cuerpo.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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