La Seda duplica su volumen
La compañía amplía capital en 418 millones para pagar sus compras
"Aquí hace años sufríamos para pagar un semanal, no teníamos clientes, ni proveedores... Y que ahora podamos hacer una ampliación de capital de 418 millones demuestra un cambio tremendo, quién lo hubiera dicho en el 91 o en el 92". El presidente de La Seda de Barcelona, Rafael Español, habla con orgullo de la transformación de la que en su día fue una de las primeras empresas textiles españolas.
Hoy lo único textil que le queda es el nombre. La Seda tiene como objetivo convertirse en el primer productor europeo del polímero PET, el plástico que se utiliza para los envases, y lo está haciendo a golpe de talonario. La compañía ha iniciado una ampliación de capital de 418 millones de euros, la segunda en volumen que se realiza en la Bolsa española en los dos últimos años, para financiar la compra de la compañía griega Volos PET Industry (PET) y tres factorías de la turca Advansa en Turquía, Rumania y Reino Unido.
El grupo se convertirá en el primer productor europeo del plástico PET, el que se utiliza para los envases, y facturará 1.200 millones
Con estas adquisiciones, La Seda alcanzará una producción de PET de 800.000 toneladas anuales, lo que le coloca en el primer puesto de los fabricantes europeos, y alcanzará un volumen de negocio de 1.200 millones de euros, frente a los 511 millones que facturó el año pasado. Para Rafael Español, con estas compras y las realizadas en 2005 (la portuguesa Selenis y la italiana Aussapol), La Seda "ya tendrá factorías distribuidas por toda Europa". No obstante, apunta que "si el mercado lo pide y surgen oportunidades, puede haber más compras en el futuro".
Hace dos años la compañía sólo tenía fábricas en España -El Prat de Llobregat (Barcelona), Tarragona y Andoain (Guipúzcoa), que acaba de vender-, pero con estas operaciones se convertirá en una pequeña multinacional. "De repente nuestras reuniones de comerciales se han convertido en una torre de Babel y vamos a tener que reorganizar toda la estructura", explica el presidente del grupo.
La Seda sólo contempla invertir en la construcción de nuevas fábricas en Portugal, ya que la compañía Advansa había llegado a un acuerdo con el Gobierno luso para poner en marcha una nueva planta de PTA, que es la materia prima con la que se produce el polímero PET.
Su apuesta por el negocio del plástico ha llevado a la venta de la planta de Andoain, que estaba especializada en fibras textiles como poliéster y la poliamida y por tanto ha dejado de resultar estratégica. Sí lo es, sin embargo, el ramo de fibras técnicas. "Ésta es mi asignatura pendiente", señala Español, pero añade que ya ha empezado a sentar las bases de otro proyecto. La Seda anunció hace unos días que ha abierto negociaciones con el italiano Montefibre para crecer en este sector, y no descarta una fusión de ambos negocios.
Todos estos planes requieren financiación. El Deustche Bank ha concedido a la compañía un crédito de 470 millones, que le permitirá liquidar la deuda con la Seguridad Social y con Hacienda, de 40 y 20 millones, respectivamente. El préstamo permitirá además reagrupar el conjunto de la deuda de la matriz y las empresas adquiridas.
El presidente de La Seda también confía en que la ambiciosa ampliación de capital puesta en marcha quede cubierta. El socio luso Imatosgil, por ejemplo, se ha comprometido a invertir entre 70 y 80 millones e incrementar su participación en La Seda del 11% al 15%. Además, se han incorporado recientemente dos nuevos accionistas: el fondo británico Halte Capital ha tomado un 5,8% del capital, y el banco de inversión EBN, participado por cajas como la CAM, Ibercaja y Caja Duero, se ha hecho con otro 3%. Este último ha anunciado su intención de acudir a la ampliación.
Estos cambios obligarán a redibujar la composición del consejo de administración, pero Rafael Español asegura que seguirá al frente. "Administrar la riqueza es más bonito que administrar la pobreza, y ahora al fin me toca lo bueno".
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