El presunto 'asesino del naipe' trabajaba en Barajas y guardaba recortes de sus crímenes
La policía continúa la búsqueda de pruebas que le incriminen
Alfredo Galán nació hace 26 años en Puertollano. Formó parte durante un tiempo del regimiento de paracaidistas de Alcalá de Henares, dónde llegó a ser cabo primero y fue enviado a la misión humanitaria en Bosnia. Tras ser expulsado del Ejército, se quedó a vivir en la ciudad madrileña, donde trabajaba en una empresa de seguridad privada. Hasta ayer por la tarde. Alfredo Galán entró entonces en una comisaría de su ciudad natal, en la provincia de Ciudad Real, acompañado por su hermano, y confesó a la Guardia Civil que él es el asesino del naipe, es decir, el supuesto responsable de seis asesinatos perpetrados en Madrid entre enero y marzo.
Galán, que sufre un desequilibrio psíquico, trató de entregarse horas antes a una pareja de agentes que patrullaba la ciudad. Pero sus palabras no fueron tomadas en serio, y fue conminado a dirigirse a la comisaría. Ahora un equipo de la Guardia Civil y de la Policía Nacional trata de averiguar si este joven es de verdad el asesino que clama ser.
Marcas de bolígrafo en las cartas
Los agentes aceptaron sus palabras cuando se entregó porque facilitó unos datos muy precisos de los crímenes sobre los que se atribuía la autoría. De hecho, Galán explicó detalles que los investigadores no habían hecho públicos. La prueba "definitiva" para los policías fue que aseguró haber marcado con un bolígrafo azul el envés de las cartas que dejaba como firma junto al cadáver de sus víctimas.
Sin embargo, los investigadores no han logrado diluir aún todas las dudas que pesan sobre el relato de Galán, que ha confesado seguir un tratamiento psiquiátrico. Hoy el sospechoso se ha negado a firmar su confesión, y en sus declaraciones cada vez aparecen más contradicciones.
Trabajo en el aeropuerto
El joven encaja en el perfil del asesino, y ya había sido investigado con anterioridad, aunque en ningún momento pudo ser implicado en los crímenes. Ahora los agentes de Homicidios de Madrid, que interrogan al sospechoso, han desplegado un dispositivo para hallar el arma empleada en los asesinatos, que Galán asegura haber tirado a un vertedero de Puertollano. También han registrado su vivienda en la ciudad manchega.
Según se ha conocido hoy, Alfredo Galán trabajaba en el aeropuerto de Barajas, como una de sus víctimas, y guardaba recortes de los periódicos en los que se informaba sobre sus crímenes.
El padre del sospechoso ha sufrido hoy un ataque al corazón, y evoluciona favorablemente tras haber sido ingresado en el hospital de Santa Bárbara. Según un vecino de Puertollano citado por Efe, trabaja como jefe de laboratorio en Repsol Química. Su esposa murió al dar a luz al quinto hijo del matrimonio, la hermana menor de Galán.
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