La otra alta costura
Saint Laurent regresa a la confección de trajes por encargo después de 13 años
Unisex y apta para cualquier momento del día. Así definen desde Saint Laurent el retorno a la elaboración de trajes por encargo después de 13 años de ausencia en la gama más costosa y excepcional de la moda. Aunque vayan a utilizar los mismos procedimientos de confección —a medida y con materiales textiles de gran importancia— la casa Saint Laurent no lo hará bajo la denominación oficial de alta costura, estándar de calidad otorgado por el Ministerio de Industria francés que además propicia la entrada directa en la Cámara Sindical de la Alta Costura de París.
Hedi Slimane, al frente de la marca desde 2012, quiere que esta nueva filosofía de producción se sustente en la cercanía de los clientes con la firma. Es decir, la nueva alta costura de Saint Laurent solo se realizará para amigos de la casa siempre y cuando el propio diseñador dé el visto bueno al encargo. Por eso, la confección de los trajes será mucho más exclusiva que la acreditada haute couture.
El diseñador francés, de 47 años, ha llamado a su primera colección Rue de l’Universite. Los looks de esta ópera prima fueron fotografiados el pasado junio en el palacio Sénecterre, una nueva sede de producción de la firma. Esta ubicación —escogida para materializar los pedidos más exclusivos de la maison— se abre después de tres años de reforma que han servido para acondicionar y adjudicar una planta (el edificio tiene tres) a cada taller. En el primer piso se elaborará la alta costura; en el segundo se coserán los vestidos, y en el tercero se confeccionarán los trajes sastre.
Es precisamente esta prenda la que más conecta a Yves Saint Laurent con Hedi Slimane. El primero, convirtió el smoking en un atuendo para mujeres y demostró que la feminidad no está reñida con las prendas pensadas originalmente solo para hombres. El segundo, durante su temporada en la división de moda para hombres de Christian Dior (de 2001 a 2007), puso tan patas arriba el concepto de traje masculino que hasta Karl Lagerfeld —por aquel entonces con sobrepeso, vestido con ropajes orientales e inseparable de su abanico— decidió adelgazar (tanto como hiciera falta) bajo la batuta del nutricionista Jean Claude Houdret para poder entrar en las hechuras varoniles de esta nueva sastrería.
Diseñador, fotógrafo y viceversa
Ha sido el propio Slimane quien ha tomado las imágenes de esta nueva colección que han servido para conocer la línea de diseño de esta otra haute couture y el interior del Sénecterre. Las fotografías, en blanco y negro, evocan la esencia de los primeros diseños de Yves Saint Laurent por su corte, por la construcción de los estilismos (una chaqueta de smoking encima de un vestido largo o un maxi lazo negro consumando el cuello de una camisa blanca) y por el maquillaje y peluquería de las modelos con el cabello engominado, los ojos ligeramente ahumados y un toque de carmín rojo.
Hedi Slimane tiene tanto oficio en eso de estar detrás de la cámara que su exposición Sonic estuvo albergada en la Fundación Yves Saint Laurent —fundada por el propio Yves y por su socio y compañero vital Pierre Bergé— desde noviembre de 2014 hasta enero de este mismo año. Hecho singular puesto que no se había mostrado, hasta esa fecha, ningún trabajo que no hubiera sido realizado por el desaparecido Saint Laurent. De hecho, la fotografía fue la disciplina artística en la que se refugió Slimane cuando decidió alejarse cinco años de la industria de la moda (de 2007 a 2012) hasta que regresó por la puerta grande para dirigir todos los departamentos de Saint Laurent.
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