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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Consenso para el desarrollo

La UE ofrece grandes oportunidades para África a través de una nueva política de cooperación

África puede volver a ser importante para la UE.
África puede volver a ser importante para la UE.Politico.eu

África se beneficiará más que ninguna otra región del mundo si sale adelante la propuesta del Nuevo Consenso para el Desarrollo de la Unión Europea, que, bajo el título de Nuestro mundo, nuestra dignidad, nuestro futuro, fue presentada en Bruselas a finales de noviembre. Esta estrategia tiene como objetivo guiar el trabajo en el campo del desarrollo y la cooperación de la UE durante la próxima década.

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Este documento no deja de ser un marco conceptual que adelanta cuales serán las prioridades de la UE en materia de desarrollo y que apunta a que África recibirá más atención que otros beneficiarios de ayuda. Esto se puede deducir al leer que la propuesta aboga por una mayor atención a la lucha contra la pobreza extrema y la desigualdad, especialmente en los Países menos desarrollados (PMD), de los que, aproximadamente, el 70 % se encuentran en África.

Otros elementos que nos hacen adelantar esta previsión son el hecho de que el informe también explicite que es necesario abordar las causas profundas de la migración, que como sabemos mucha procede de África, y de los problemas que afectan a la juventud, especialmente educación y desempleo. Muestra preocupación por el gran reto que afrontan los países de África subsahariana que se ven obligados a crear unos 18 millones de puestos de trabajo cada año antes de 2035 para dar salida a todos los jóvenes que llegan anualmente al mercado laboral. Igualmente, habla de la necesidad de abordar los conflictos y sus causas, la mayoría de los cuales se encuentran en África.

África subsahariana tiene que crear 18 millones de puesto de trabajo anuales antes de 2035 para acoger a todos los jóvenes que llegan al mercado laboral

Por otra parte, no podemos olvidar que se prevé que aumente la población mundial en 2.400 millones en 2050, y 1.300 millones de ellos estarán en África, dato que el informe también tiene en cuenta.

Finalmente, hay un llamamiento a trabajar mejor y más efectivamente con los países de África, el Pacífico y el Caribe (APC) que son los principales receptores de ayuda de la UE. África contiene el mayor número de estos estados, 48 de los 79 que componen el grupo.

A pesar de todas estas buenas intenciones, a nuestro parecer, esta propuesta que intenta integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con la política de ayuda al desarrollo de la Unión Europea, es demasiado vaga y algo idealista y no se materializa en ninguna medida concreta que pueda crear obligaciones para los estados miembros.

El primer Consenso europeo para el desarrollo fue aprobado a principios de 2006 y ha mejorado la coordinación de la ayuda al desarrollo entre las instituciones de la UE y los estados miembros. Pero muchas cosas han pasado desde entonces. Por eso, la Confederación europea de ONG de ayuda y desarrollo (CONCORD) piden a los gobiernos europeos “un nuevo enfoque que promueva el desarrollo sostenible en el ámbito mundial como la mejor respuesta a los desafíos a los que se enfrenta nuestro continente y el mundo”.

Recordemos que en 2015 fue aprobada la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los llamados ODS. Al igual que el primer Consenso intentó poner la cooperación al desarrollo europea en la órbita de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), este nuevo consenso quiere hacer los mismo con los ODS.

Respecto a este punto, es de destacar que el nuevo Consenso para el Desarrollo se apoye en los principales ODS para asegurar que contribuyan al alivio de la pobreza. Además, atribuye gran importancia a factores transversales claves en los ODS y que contienen un fuerte potencial transformador como la igual de género, la juventud, las energías sostenibles, la migración y la movilidad.

El nuevo Consenso para el Desarrollo de la UE se apoya en los principales ODS para el alivio de la pobreza

La propuesta alienta la esperanza de que, al menos en forma de declaración de intenciones, existe la voluntad de adoptar una nueva postura común sobre la migración, a la que categoriza como un impulsor positivo del desarrollo.

Durante el periodo de discusiones de la propuesta habrá que estar muy atentos a este punto, que no deja de ser muy vago, para ver si no se impone, finalmente, la visión mayoritaria en los países miembros de la Unión Europea que ven este fenómeno como un problema. Además, el miedo de los gobernantes a la reacción política que se está generando en muchos de estos estados y su directa relación con el resurgimiento de la extrema derecha o de partidos antimigración, es otro elemento que jugará un papel importante a la hora de abordar este punto.

Concretamente en el punto 56, el documento dice que los migrantes “son los principales impulsores de la economía mundial: el total de las remesas a los países en desarrollo en 2015 representó más del doble de los flujos totales de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD)”.

Los migrantes son los principales impulsores de la economía mundial

El documento también reconoce los aspectos negativos de la migración como el tráfico o las dificultades de integración de los migrantes en las sociedades de la UE. Al mismo tiempo, habla de afrontar sus causas más profundas trabajando conjuntamente con los países socios para elaborar programas que ayuden a frenarla.

La propuesta también recuerda que la Unión Europea “es un líder mundial en la promoción de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas en sus relaciones exteriores”. Igualmente reconoce que mujeres y niñas son potencialmente los principales impulsores del desarrollo y si se les ofrece una educación igual a la de los niños, contribuirán a una sociedad más cohesionada y progresista, lo que será muy bueno para el desarrollo.

Términos como paz y derechos humanos, se repiten continuamente en el documento (17 veces el primero y 21 el segundo), junto a otras como justicia ( 6 veces) o buena gobernanza (que aparece 5) lo que está muy en línea con el ODS 16 que anima a promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

Este es otro de los aspectos que sobre el papel aparecen muy bonitos y que contrasta con la práctica habitual de la Unión Europea con los países africanos, la cual dista mucho de promover estos puntos.

Otro elemento muy interesante que aparece en el documento es la lucha contra los flujos ilícitos de capitales (puntos 81 y 88), que están privando de capital a la mayoría de los países en desarrollo, especialmente en África. Terminar con estas prácticas proporcionaría más dinero a los países para luchar contra la pobreza con sus propios medios y reducir la dependencia de la ayuda externa.

Pero hablando de palabras quizás la que ocupa un lugar central es “blending”, un término que cada día cobra más protagonismo en el mundo de la cooperación y la ayuda al desarrollo para referirse a la “mezcla” o necesaria alianza entre la ayuda oficial al desarrollo y los capitales privados, incluyendo la inversión privada y préstamos, con el objetivo de reducir la pobreza de forma más eficiente, dicen sus defensores.

"Blending" es el nuevo término de moda y dice mucho del camino que está tomado la cooperación internacional

Otro aspecto, a nuestro parecer controvertido de la propuesta -que refleja también el derrotero que está tomando el mundo de la cooperación oficial-, es el llamado a trabajar “con los actores del sector de la seguridad, incluyendo las fuerzas armadas en circunstancias excepciones” (punto 52).

No cabe duda de que el documento base del nuevo Consenso para el Desarrollo de la Unión Europea vuelve a poner a África en el centro de la cooperación e intenta llegar a las raíces de sus principales problemas, llamando a la colaboración con los socios del continente (lo que puede ser una llamada de atención y amenaza velada para aquellos que se nieguen a colaborar o aceptar las “indicaciones” y convenios que les proponga la UE) y buscando formas nuevas para poner fin a la pobreza.

En los próximos meses comenzará la discusión de este documento y habrá que estar pendientes de cómo evoluciona esta y, más tarde, una vez aprobado, de su implementación.

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