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Europa se aleja más que nunca de su objetivo de víctimas en carretera

Las últimas cifras disponibles de muertos en accidente de tráfico hacen casi inalcanzable la meta fijada para 2020

Con un 7%, España fue, entre los grandes países europeos, donde más creció en porcentaje el número de muertos en carretera entre 2015 y 2016 (las cifras oficiales de 2017 aún no están disponibles para el conjunto de la UE). De los Estados con más de 1.000 víctimas al año, los que más acusaron la subida en ese periodo además de España fueron Reino Unido y Polonia (un 3% más), y Rumanía (un 1%). Francia se mantuvo prácticamente igual que en el ejercicio anterior y bajaron en número de víctimas Alemania (-7%) e Italia (-4%).

Pero el aumento de la mortalidad en carreter también se registó en países más pequeños. En Malta, el número se duplicó de 2015 a 2016. Eslovenia, Dinamarca, Países Bajos, Bulgaria y Finlandia superaron a España en crecimiento porcentual de la mortalidad. También empeoraron Rumanía, Grecia, Chipre, Francia y Croacia. En el extremo contrario, Lituania, Letonia o Bélgica mejoraron sus cifras.

La UE quiere que la cifra de víctimas en carretera en 2020 sea al menos la mitad que las de 2010. Pero los datos confirman un alejamiento claro de ese objetivo. El gráfico de abajo muestra en azul el número de muertos en las vías europeas, año a año. Las líneas discontinuas, los objetivos que marcó la UE para 2010 y 2020. Aunque en 2016 bajó el número de víctimas mortales con respecto a 2015, no lo hizo lo suficiente para evitar que ahora quede más lejos que nunca el objetivo para 2020. En todo caso, cualquier mejora importa cuando se trata de salvar vidas: en 2010 tampoco se cumplió el objetivo que la UE se había planteado a principios de esa década y, con todo, las cifras de muertos bajaron de 2001 a 2010 un notable 43%.

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La media no muestra la enorme disparidad de las cifras de país a país. España está en el grupo de los Estados con menos víctimas por millón de habitantes (37), la misma tasa que Dinamarca y que solo mejoran Suecia (27), Reino Unido (28) y Países Bajos (33). Pero los números que presentan países como Bulgaria (99), Rumanía (97), Letonia (80) y Polonia (79) suben mucho el promedio. Y, de ellos, solo Letonia redujo de manera destacable la cifra de accidentes de un año a otro: un 16%.

Si se amplía la lupa sobre el mapa de abajo para ver las regiones, se observan aún más diferencias entre territorios en los últimos años (los últimos datos disponibles en el nivel regional son de 2015). Se aprecia cómo, a pesar de que los números se redujeron en general, seguía habiendo zonas rojas donde la mortalidad aumentó.

En el conjunto de 31 países analizados por la OCDE, entre los que se incluye la mayoría de la UE, las víctimas mortales crecieron un 3,3%. Detrás de ese aumento, apunta el organismo internacional, se encuentra la recuperación económica, y el consiguiente aumento de los desplazamientos y de la exposición a sufrir un accidente. Como un beneficio paradójico, la crisis financiera había provocado un descenso de la movilidad y, por tanto, de los accidentes y las muertes en carretera, pero hay situaciones particulares en cada país que explican en parte el fenómeno.

Esta es la situación de algunos de los grandes países de la UE a la luz de los últimos datos de víctimas publicados:

Francia | Cifras estables, pero por encima de la media

El balance de Francia en 2017 es mixto. Es cierto que, según los datos preliminares adelantados el 1 de febrero, las muertes en carretera a 30 días disminuyeron un 0,6%, a 3.456 fallecidos el año pasado en la Francia metropolitana (que no incluye los territorios de ultramar), lo que supone 21 víctimas mortales menos que en 2016. Sin embargo, según el Observatorio Nacional Interministerial de la Seguridad en Carretera (ONISR, por sus siglas en francés), a la par, la cifra de accidentes con daños personales aumentó un 2,4%, hasta los 58.894, al igual que el número de heridos (74.066 o 2% más que en 2016) y de personas que tuvieron que ser hospitalizadas durante más de 24 horas a causa de un accidente en carretera (27.674, 1,8% más respecto al año previo). Es posible que estas cifras cambien levemente, puesto que no se tendrán los resultados definitivos hasta la próxima primavera, especifica el ONISR.

Pese a esta reducción de las muertes en accidentes de tráfico, que parece invertir una tendencia al alza que se daba desde 2014, las cifras galas, con una media de casi diez fallecidos al día en la carretera en 2017, siguen estando por encima de la media europea y de la española. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE) publicado en junio del año pasado, la media de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes en Francia fue de 54 en 2015 (último año medido), frente a los 51 de promedio de la Unión Europea y los 36 de España.

La principal causa de muerte en las carreteras francesas es el exceso de velocidad (31%), seguido del consumo de alcohol (29%) y de estupefacientes (9%). Las carreteras de doble sentido concentraron en 2016 el 55% de los accidentes mortales, según datos del Gobierno de Emmanuel Macron. El presidente presentó a comienzos de año un amplio paquete de medidas que pretenden disminuir la siniestralidad en la carretera. La más llamativa, la reducción de 90 a 80 kilómetros por hora la velocidad máxima en las carreteras secundarias —más de 400.000 kilómetros en todo el país— ha sido recibida con fuertes protestas de los conductores, que se oponen mayoritariamente (un 59%) a ella. Aun así, el ejecutivo francés se ha mostrado inflexible y la medida, con la que se espera reducir entre 350 y 400 el número de víctimas mortales anuales, entrará en vigor el 1 de julio. Además, se endurecerán progresivamente las sanciones por el uso del teléfono móvil al volante, con la posibilidad incluso de perder el permiso de conducir a partir de 2019, y se reforzarán los sistemas de control de alcoholemia.

Italia | Un balance que pinta negro

En Italia, el año pasado comenzó como un periodo negro en las carreteras. Por primera vez desde 2015 aumentó el número de fallecidos en accidentes de tráfico en un primer semestre, a pesar de que respecto al mismo periodo del año anterior cayó el número de heridos y hubo menos accidentes (pasaron de 85.873 a 82.525). Eso sí, fueron más graves. Según los datos que el Instituto Nacional de Estadística (ISTAT) recoge en su cálculo preliminar, el número de muertos de enero a junio de 2017, en el instante del accidente o durante los 30 días posteriores, fue de 1.623, entre un 6,7% y un 8,2% más que en el mismo periodo de 2016. Este incremento de la mortalidad aleja al país del objetivo europeo de reducción del 50% de las víctimas en la carretera hasta 2020.

El aumento desvela un mayor número de víctimas registrado en autovías (un 27,4% más) y en carreteras interurbanas (12% más). Los diferentes cuerpos de seguridad, como los Carabinieri o la Polizia di Stato (el equivalente a la Policía Nacional española), han implementado medidas destinadas a aumentar la vigilancia y los controles. Cerca de 7.000 kilómetros de vías están vigilados a través de sistemas de vídeo y en julio de 2017 se renovó la normativa que regula el control electrónico de la velocidad, que llevaba ocho años sin modificaciones. Se introdujeron novedades para utilizar los radares como método sobre todo de prevención, más que con fines sancionatorios.

Entre las nuevas disposiciones, se encuentra la señalización de los radares fijos y móviles, y de las patrullas de control con la suficiente antelación para que resulten visibles a los conductores. De enero a noviembre de 2017, los 333 radares bajo control de la Polizia Stradale en 3.100 kilómetros de autovías arrojaron datos positivos: una caída de las infracciones por exceso de velocidad del 21,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, desde marzo de 2016 Italia cuenta en su Código Penal con el delito de homicidio por accidente de tráfico, con penas que van de dos a 18 años de cárcel.

En 2016 aumentaron los desplazamientos un 3,3% respecto al año anterior y el total de personas que se movió por carretera llegó al 83,6% de la población, aunque disminuyó la duración media de los trayectos y el tráfico local supuso el 70% del total en ese año. La primera matriculación aumentó un 18,2%. Italia es el país europeo con la tasa de motorización más elevada, con 624 vehículos por cada mil habitantes. España tiene 474 (dato de 2014).

Alemania | Mejora de un 7%

Desde comienzos de los años 70, cuando morían unas 21.000 personas en el conjunto de las dos Alemanias, la cifra de muertos ha ido disminuyendo. En 2016 fallecieron en carreteras 3.206 personas, un 7% menos que en 2015.

Entre las principales causas que ocasionan accidentes en el país aparece la conducción marcha atrás (58.034 casos), ignorar las preferencias (53.510 casos) y no respetar los límites de velocidad (47.023 casos). Gracias a la rígida inspección técnica que se realiza cada dos años, los problemas mecánicos apenas influyen en las estadísticas, pero la responsabilidad del conductor desempeña un papel esencial en los accidentes. En 2016, 369.242 personas fueron responsables de uno.

Después de años de ahorro en la infraestructura de carreteras, el Gobierno federal aprobó para 2017 un presupuesto de unos 36.000 millones de euros. El orgullo de Alemania son las autopistas y un 75% de sus usuarios se declara "muy satisfecho" de la red.

Reino Unido | Cifras estancadas

En los 12 meses anteriores a septiembre de 2017, últimos datos oficiales disponibles, hubo 1.720 muertes en carretera en Reino Unido. Eso supone un descenso del 4% respecto a los 12 meses anteriores a ese periodo, que se cobraron 1.800 vidas. El Gobierno considera no significativa estadísticamente la variación en un periodo en el que el volumen del tráfico aumentó un 1%.

En el año 2016 se produjo una subida de un 4% respecto al año anterior, y se alcanzó el nivel más alto de muertes desde 2011. La mayor subida se produjo entre los peatones fallecidos (10%), seguido de los ocupantes de coches (8%). "Los números muestran que desde 2011 no ha habido apenas progreso en reducir el número de muertes", opinó el director de la fundación RAC, Steve Gooding.

Las muertes en carretera descendieron casi cada año durante la década pasada. En 2001 hubo 3.450 y en 2010 se bajó por primera vez de los 2.000, umbral que no se ha vuelto a rebasar desde entonces. En 2011 se rompió la tendencia descendente y el número de muertes subió respecto al año anterior.

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