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La ETB se juega su futuro en 2025 con Diego Molano como nuevo presidente

La compañía mixta enfrenta problemas económicos y el reto de recuperar clientes para sus servicios de fibra óptica y telefonía móvil

Diego Molano Vega
Diego Molano Vega, en Bogotá, Colombia, en una foto de archivo.MIT Technology
Ana Puentes

La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), la compañía más antigua de la capital, comenzará 2025 con un nuevo hombre al mando. La Alcaldía de Bogotá ha confirmado este lunes que el exministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Diego Molano Vega, será el presidente de la empresa mixta que está en cuidados intensivos por su situación financiera, por las denuncias de presuntas irregularidades y por su rumbo incierto: ¿se privatizará?, ¿el Distrito buscará un socio estratégico?, ¿qué pasará con los servicios de fibra óptica y telefonía móvil? La ETB es un tema sensible para Bogotá, que tiene un 86% de las acciones de la llamada “joya de la corona”.

El nombramiento del también consultor en transformación digital para gobiernos, compañías y startups ocurre dos meses después de que el alcalde Carlos Fernando Galán terminara el cambio de la Junta Directiva y confirmara la salida del anterior presidente, Álex Blanco. Diego Molano, que comenzará el empalme esta semana y no se debe confundir con el exministro de Defensa Diego Molano Aponte, llega a una empresa que en el primer semestre registró pérdidas por más de 30.400 millones de pesos (unos 7,5 millones de dólares) y arrastra un lastre de más 396.000 millones de pesos (unos 90 millones de dólares). La mala situación se refleja en la bolsa, donde su acción se cotiza en apenas 80 pesos, cuando en 2009 llegó a su máximo, de 1.300 pesos. Molano, en entrevista con Blu Radio, ha reconocido que la empresa está en el peor momento de su historia.

La empresa de 140 años presta tres servicios principales: internet de alta velocidad a través de fibra óptica, telefonía móvil y soluciones tecnológicas para privados y el Distrito. La fibra es uno de sus mayores activos, tras una apuesta de la Alcaldía de Gustavo Petro de invertir más de dos billones de pesos (alrededor de 1.000 millones de dólares de la época). Esa infraestructura presta el servicio a unos 563.000 hogares de Bogotá, cuando tiene un potencial de sumar dos millones. Si esa apuesta no ha dado frutos, la de telefonía móvil, otra de las apuestas de Petro con una millonaria inversión en tecnología 4G, ha sido un claro fracaso. Tan solo tiene 305.000 clientes actuales ETB, cuando en Bogotá hay más de 7,7 millones de celulares activos.

Con el nombramiento de Molano, Galán ha dado una de sus movidas finales en un año convulso para la empresa. En septiembre, en dos sesiones que suman más de seis horas, el Concejo hizo un debate de control político en el que salió a relucir un rosario de líos: los números rojos en las cuentas, las denuncias sobre las inversiones que autorizó la Administración Petro hace una década, la responsabilidad fiscal que declaró la Contraloría por el elefante blanco ‘Data Center Alma’, la fallida privatización que lideró como alcalde Enrique Peñalosa (2016-2019), la mala calidad del servicio, la pérdida de clientes, el robo de los cables de cobre.

Pocos días después, Galán lideró cambios en la junta y en la presidencia de la empresa. Ello, como parte de una promesa por reforzar la empresa. “Molano liderará la compañía en la implementación de estrategias innovadoras que le permitan asumir los retos que enfrentan las compañías de telecomunicaciones a nivel global y fortalecer las apuestas del plan distrital de desarrollo en materia de transformación digital de la ciudad”, ha afirmado el Distrito en un comunicado de prensa.

Molano, en sus entrevistas tras el anuncio, se ha referido con cautela al futuro. “Tenemos que ser creativos, la privatización no es la única opción para darle la vuelta a la empresa. Podemos usar otros caminos para que vuelva a surgir, para que genere valor a sus accionistas”, ha afirmado. También ha mostrado su preferencia por buscar uno o más socios estratégicos, que inyecten recursos para modernizar las operaciones y ha reiterado que buscará prestar más servicios de tecnología a las entidades distritales.

El presidente del Concejo y copartidario del alcalde, Juan Baena (Nuevo Liberalismo), asegura que Molano debe presentar un plan de negocios. “Solo entonces sabremos para dónde va la ETB, dónde quiere invertir, dónde va generar valor y qué resultados esperan”, afirma por teléfono, tras haber liderado el debate de septiembre. El concejal ve “interesante” la búsqueda de socios estratégicos y la apuesta de hacer alianzas con secretarías como las de Educación y Seguridad, pero advierte de antes debe resolver la mala prestación del servicio. “Debe responder cómo vamos a crecer en usuarios de internet de fibra óptica y cómo vamos a solucionar la telefonía móvil, o definir si eso ya se perdió”, agrega.

Heidy Sánchez, concejal por el izquierdista Pacto Histórico, partido del presidente Gustavo Petro y opositora de Galán, asegura que Molano debe fortalecer lo público. “Peñalosa quiso vender la ETB y, cuando esto se cae gracias al sindicato, comenzó un detrimento de la empresa”, señala Sánchez, que asegura que el error fue no haber parado las inversiones y el fortalecimiento que inició Petro como alcalde. La concejal cree que el principal reto será recuperar clientes y mejorar la atención, y rechaza que se apueste por el arrendamiento de la fibra óptica para que la aprovechen privados. Esta posibilidad se abre, dice, con el artículo 186 del Plan de Desarrollo de Galán que busca eliminar “cualquier barrera normativa y administrativa que afecte la provisión de redes y servicios públicos de telecomunicaciones”.

Todos esos retos se suman a un momento complejo en el sector de las telecomunicaciones. Actualmente, los ojos están puestos en el interés de Millicom, casa matriz de Tigo, de adquirir las operaciones de Telefónica-Movistar. De ser así, ETB quedaría en medio de dos competidores enormes, Claro y Millicom. Un escenario que Molano ha reconocido como retador.

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