La liberación de Alex Saab abre nuevamente el abanico en Venezuela
De ser un empresario salpicado en presuntos hechos de corrupción pasó a ser visto por la propaganda como un héroe, pese a que también colaboró con las autoridades de EE UU. El chavismo gobernante considera su liberación como una victoria
El reciente intercambio de prisioneros entre Venezuela y Estados Unidos ha incluido a Alex Saab, aliado del Gobierno venezolano e informante de la DEA, quien estaba siendo juzgado en el Estado de Florida por presunto lavado de dinero; a diez estadounidenses presos en el país sudamericano, entre ellos a los mercenarios Airan Berry y Luke Denman, quienes purgaban condena en Caracas por su participación en la Operación Gedeón, que intentó derrocar a Maduro y a un prófugo de la justicia norteamericana apodado Fat Leonard que estafó a la Armada de ese país. También en las primeras de cambio se ha producido la excarcelación de al menos 17 presos políticos venezolanos. Estas acciones han sido recibidas con entusiasmo por distintos factores que consideran que los acuerdos de Barbados, compromiso suscrito en octubre pasado, están mostrando frutos.
Saab era la joya de la corona del Gobierno de Maduro. Desde su detención en 2020 en Cabo Verde, la cúpula chavista desplegó una campaña por su liberación, lo invistió de diplomático y lo incluyó como parte de su delegación en la mesa de negociación de México. De ser un empresario incurso en presuntos hechos de corrupción en su relación con el Gobierno venezolano, como ha documentado el portal de periodismo de investigación Armando.Info; el barranquillero pasó a ser propagandeado como un héroe, pese a que también colaboró con las autoridades de EE UU. El chavismo gobernante considera su liberación como una victoria.
Por su parte, las organizaciones de Derechos Humanos ven con algo de alegría la excarcelación de prisioneros políticos. Entre los emblemáticos que salieron de las celdas figuran seis dirigentes sindicales que fueron condenados a 16 años de prisión, en agosto pasado.
Una de las preguntas que hay en el ambiente es qué más puede ocurrir en esta suerte de thriller político de alcance internacional en que ha devenido Venezuela desde que la Casa Blanca decidió cambiar su política de máxima presión.
La nueva estrategia de Estados Unidos trata de impulsar acuerdos entre el Gobierno de Maduro y la opositora Plataforma Unitaria; a la vez que pacta bilateralmente acciones, entre Caracas y Washington, para detener la masiva migración de venezolanos hacia la frontera sur en el año electoral estadounidense.
Para la periodista Blanca Vera ahora a Maduro le corresponde enfocarse en su supervivencia. “La liberación de Saab implica el cumplimiento de acuerdos electorales”, comenta.
Con unas sanciones flexibilizadas, el Gobierno de Maduro necesita tener dinero rápidamente y eso solo lo podrá lograr a través de la industria petrolera, explica Vera. También considera que la medida favorable a Saab demuestra la capacidad de negociación de Maduro.
La libertad del empresario-diplomático era considerada como imposible porque estaba aún en un proceso de juicio. Sin embargo, la figura que al parecer se empleó fue “la clemencia presidencial”, potestad de la que echó mano la Casa Blanca en septiembre de 2022 para excarcelar a dos sobrinos de la pareja presidencial venezolana que pagaban una condena de 18 años en Nueva York por narcotráfico.
En el terreno político, los acuerdos de Barbados plantean las condiciones necesarias para tener elecciones presidenciales en 2024. Ya se han dado algunos pasos en ese sentido, especialmente en cuanto a dejar claro un procedimiento para que las personas inhabilitadas puedan recurrir esa sanción. La candidata María Corina Machado acudió sorpresivamente al Tribunal Supremo de Justicia el viernes 15 de diciembre para introducir una solicitud de amparo sobre su derecho a postularse.
Para Geoff Ramsey, del Atlantic Council, Estados Unidos acaba de conseguir que liberen a 30 personas a cambio de una, lo cual es una clara apuesta al proceso de negociación. Añade que la presencia en Venezuela de Saab puede generar incomodidades dentro del chavismo, por su rol de cooperador con EE UU. Una opinión similar tiene Vera.
Superada la efervescencia que logró el Gobierno de Maduro con el referendo sobre la controversia con Guyana por el territorio Esequibo, el pasado 3 de diciembre, parece que todas las bolas están en la cancha de chavismo y le toca responder. Muy probablemente echarán mano a sus recursos más usados: ganar tiempo, dirigir los nuevos ingresos al gasto público, intentar mejorar la imagen del gobierno, buscar apoyos en sectores económicos y estimular las desavenencias de la oposición. La otra carta que suelen usar es la represión selectiva y la toma de presos políticos como moneda de cambio. Sin embargo, con lo que tal vez no cuente el chavismo es con tiempo para que cualquier cambio en el aspecto económico tenga un impacto en la popularidad. Por tanto, el abanico de opciones para la acción política se sigue abriendo en el país.
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