De las inversiones a la lucha contra el crimen: así son los consensos que allanan el camino al crecimiento en Latinoamérica
La directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, reflexiona con economistas y expertos sobre los retos de la región
Sucede en política, en economía y en cualquier dimensión de la convivencia. “La fractura que se está produciendo en nuestras sociedades se llama ruptura del consenso sobre la realidad, y a partir de esa ruptura es muy difícil ponerse de acuerdo, es muy difícil sentar a diferentes a dialogar”. Con esta premisa, Pepa Bueno, directora de EL PAÍS, ha alentado este miércoles un debate sobre los retos que afrontan América Latina y el Caribe en un momento especialmente delicado por las turbulencias geopolíticas, las dinámicas financieras globales y los efectos, entre otros, del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La buena noticia es que ese consenso, antídoto esencial para conjurar las fracturas sociales que se están produciendo a las dos orillas del Atlántico, sí existe. Así ha quedado de manifiesto en el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe organizado en Panamá por CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, el Grupo PRISA y World in Progress (WIP), que celebrará un nuevo foro en Barcelona el próximo otoño.
El acuerdo sobre el diagnóstico es que la región afronta una debilidad de crecimiento que es motivo de distintas preocupaciones, pero también el punto de partida para la búsqueda de alianzas y oportunidades. La previsión para este año sitúa el incremento del PIB en el 2,5%, mayor que en 2024, aunque por debajo del promedio mundial, que supera ampliamente 3%. Se trata de un factor de coyuntura que, en realidad, refleja un problema más amplio y estructural, ha señalado Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica. A pesar de sus repercusiones fiscales en la mayoría de los países, para el economista colombiano “no hay dudas de que donde hay más esperanza y dinamismo es en los países que se están tomando en serio el tema tecnológico y de las empresas unicornio”, ha señalado en referencia a las start-ups valoradas en más de 1.000 millones de dólares.
¿Cuáles son las trampas que han hecho retroceder el crecimiento? José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), ha recordado que hasta finales de los setenta el promedio regional estaba por encima del 5%. Hoy los latinoamericanos pagan el precio de una “débil cohesión social y de bajas capacidades institucionales” de los Estados. “Tenemos un 2025 muy complejo por delante, pero la pregunta es cómo evitamos una década perdida. Hay que volver a instalar una conversación sobre apuestas sectoriales y no puede ser poniendo subsidios o aranceles por delante, sino poniendo gobernanza por delante”, ha destacado Salazar-Xirinachs.
También Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile, considera que la solución no pasa por más proteccionismo, en referencia a las amenazas comerciales de Trump. “El aumento de aranceles supondría una situación lamentable para el mundo y para Estados Unidos, ya que es imposible aumentar aranceles sin que haya una subida de los precios en Estados Unidos. Eso no es estimular la competencia”, ha resaltado.
Para estimular el crecimiento es clave promover la inversión y Verónica Frisancho, gerenta de Conocimiento de CAF, ha repasado a este respecto la importancia de sectores estratégicos como el minero o la economía verde. En cualquier caso, la economista coincide en que es necesario contemplar el horizonte a largo plazo, poniendo el acento en el potencial de los gobiernos locales o subnacionales, las realidades rurales y centrándose en la lucha contra el crimen organizado.
A los estragos de la violencia se añaden las repercusiones económicas y fiscales de la delincuencia transnacional, que en los últimos años se ha expandido en países, como Chile, en los que antes era una preocupación secundaria. Además de lastrar la calidad de la vida cotidiana y asfixiar a la población, las actividades de bandas armadas como el Tren de Aragua, nacida en Venezuela, pueden reducir hasta en un 8% el PIB en los territorios más afectados. Larraín ha apostado a este respecto por profundizar la cooperación entre Gobiernos de la región. “Más del 70% o 75% del costo lo afronta el sector privado”, ha calculado.
Si entre los retos a corto plazo destaca la consolidación fiscal, también abundan las preguntas y las incógnitas: ¿cómo impactará la guerra comercial entre Estados Unidos y China en un continente con vínculos económicos muy dispares, con un norte que mira a Washington y un sur más dependiente de Pekín? ¿Qué papel desempeñará en los próximos años la India, el país más poblado del mundo? O ¿cómo afectará al crecimiento, por ejemplo, la crisis de la natalidad? Pepa Bueno ha recordado a este propósito un debate muy presente un Europa. Esto es, los cambios en los hábitos de vida son fruto de dinámicas más complejas. Y en el caso de la natalidad tienen que ver con salarios dignos y el acceso a la vivienda.
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