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Las caras de la violencia en línea contra mujeres políticas

Dos estudios muestran cómo opera la violencia digital contra mujeres que tienen voz pública o son lideresas. El objetivo es debilitar el debate público. Este será uno de los temas del foro Mujeres al poder que realiza EL PAÍS y Luminate

Violencia contra mujeres políticas
Una mujer luce frustrada mientras navega internet, en una fotografía ilustrativa.Corinna Kern (Getty Images)
Catalina Oquendo

En 2022 se realizó el informe cualitativo ‘Violencia de género en línea hacia mujeres con voz pública. Impacto en la libertad de expresión’. En ese momento ya se advertía que ese tipo de violencia crecía “exponencialmente” y que los modos en que se manifiesta también se multiplicaron. Ese estudio de ONU Mujeres, realizado por las periodistas y feministas Ingrid Beck, Florencia Alcaraz y Paula Rodríguez, abordaba un fenómeno que hoy es uno de los mayores problemas que enfrentan las mujeres que deciden ocupar espacios en la política o asumir liderazgos sociales, así como las comunicadoras y periodistas.

“La violencia en línea traspasa la virtualidad; tiene consecuencias concretas y visibles en las personas que la padecen; y con frecuencia, continúa literalmente por fuera de las plataformas digitales”, dice el estudio. “Es un error y una minimización del problema hablar de violencia online como algo ajeno, separado, distanciado de la violencia estructural por razones de género”. De ese tipo de violencia se hablará hoy en el Foro Mujeres al poder, de EL PAÍS América y Luminate.

El impacto de este tipo de violencia no solo atenta contra la libertad de expresión de las mujeres que la sufren, sino que afecta también los procesos democráticos. “De este modo restan voces en el debate público y, por consiguiente, socavan la calidad de las democracias”, apuntaba el completo estudio cualitativo que indagó 15 casos en diferentes países de la región.

El doxing (divulgación de información personal), las granjas de trolls y bots, el uso de hashtag viralizables y las noticias falsas son las principales prácticas a través de las que se causa violencia de género en línea contra estas mujeres. La publicación de datos personales con la intención de dañar la reputación- explica el informe- pretenden atemorizarlas y, sobre todo, “correrlas del debate”. Pero lo más grave, es que esta violencia traspasa a la vida offline. “La amenaza de daño físico más frecuente es la de violación. Se trata de la acción disciplinadora por excelencia”, escriben las autoras.

Pero todas esas formas de intimidación operan como silenciamiento. Según el estudio de las argentinas: esa violencia en línea tuvo impactos en su participación en la conversación pública: “El 80% limitó su participación en las redes: omite opinar o manifestarse sobre determinados temas. El 40% manifestó haberse autocensurado evitando escribir o hablar sobre un tema de su pertinencia en el medio o ámbito en el que se desempeña”.

El mayor problema, coincide este estudio con otro realizado en Uruguay concretamente sobre mujeres políticas, es que este tipo de violencia online suele naturalizarse bajo la idea de que “son las reglas del juego”.

Cuantificar la violencia en línea contra las mujeres políticas es un ejercicio pendiente. Se han hecho ejercicios de este tipo en Chile con un análisis de Twitter; y en Ecuador, con Facebook. En el caso de Uruguay el estudio CPA Ferrere y ONU Mujeres analizó más de medio millón de mensajes enviados a través de Twitter a mujeres políticas de ese país en el lapso de un año identificando los mensajes violentos a través de machine learning.

Se concentraron en senadoras, candidatas a senadoras, candidatas a intendentas y mujeres autoridades para el momento del estudio y utilizaron también una muestra de hombres como contraste que dio como resultado que los niveles de violencia en mensajes dirigidos a legisladoras son levemente superiores a los de legisladores.

Sin embargo, lo más llamativo fue el perfil de esos mensajes. “Mientras que los tuits violentos dirigidos a legisladores (hombres) refieren a cuestiones relacionadas al quehacer político, los dirigidos a mujeres tienden a mencionar la condición de mujer, sugiriendo que el perfil de violencia de género está más presente en el caso de mujeres”. Otro de los temas en los que coinciden ambos estudios es que existe una relación entre el compromiso o actividad de las mujeres con los temas vinculados a la igualdad de género y la violencia que reciben.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.
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