Guillermo Francos, jefe de ministros del Gobierno argentino: “Milei pretende volver a ser candidato y ser reelegido”
El funcionario más importante de la gestión del presidente ultraderechista desafía las mediciones oficiales sobre pobreza. Y asegura que la crisis diplomática con España no afectará la llegada de inversiones
El argentino Guillermo Francos (Puerto Belgrano, 74 años), político tradicional y moderado en un Gobierno de elencos intransigentes y no tradicionales, juró el lunes como jefe de ministros, el más alto cargo después del presidente. Su papel es dotar de política a la gestión del ultraderechista Javier Milei, cuya misión manifiesta es acabar con un Estado que considera “criminal”. El viernes al mediodía, Francos conversó con EL PAÍS en su oficina de la Casa Rosada sobre las dificultades de los primeros seis meses de Gobierno, el proyecto reeleccionista del presidente, el conflicto con España y el ajuste económico. Solo un tema consiguió alterar su calma: las mediciones de pobreza.
Pregunta. ¿Por qué aumentó la pobreza durante la presidencia de Milei?
Respuesta. Cuando uno mira las estadísticas de pobreza, y no juzgo a quienes las diseñan, que son...
P. El Indec [el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo]. Y hay estudios de la Universidad Católica Argentina (UCA) y otras instituciones.
R. Vos recorrés las calles de Buenos Aires, ¿no? Sin duda, no estamos en nuestro mejor momento, pero bueno, puedo decir que el 50% de las personas que vive en la Argentina no son pobres. No pasa eso.
P. Hay cifras oficiales del Gobierno (según la última estadística del Indec en el segundo semestre de 2023 llegó al 41,7%) y según la UCA subió al 55,5% en el primer trimestre de 2024.
R. Si querés, salgamos a caminar y decime si vos ves el 50% de pobres.
P. Depende de dónde salgamos a caminar.
R. Salgamos por donde vos quieras. Si son 50% de pobres significa que esa gente no tiene para comer, ¿no? Pero no quiero meterme en una discusión que por ahí me supera y no tengo la metodología.
P. A seis meses del inicio del Gobierno, ¿qué cosas funcionaron y qué cosas no?
R. El punto de partida era con una situación macroeconómica muy difícil, con vencimientos de pagos internacionales y sin fondos en el Banco Central. Y, sin embargo, el Gobierno cumplió absolutamente todos los compromisos internacionales. El presidente se comprometió ante sus votantes a que iba a terminar con la inflación en la Argentina y terminar con la inflación significa terminar con sus causas. El presidente ha liderado un equipo que atacó las causas de la inflación y esto se ve en los índices [la inflación mensual pasó del 20,6% en enero al 8,8% en mayo].
P. ¿Y qué cosas no funcionaron?
R. Tomar la Administración pública nacional hace que aparezcan conflictos en distintos lugares. El Gobierno se planteó una serie de transformaciones en la Argentina. Algunas las adoptó mediante un decreto de necesidad y urgencia que abarca varios temas que tienen impacto en la economía argentina y otras a través de un proyecto de ley que ahora se conoce como Ley Bases. Hemos tenido dificultades para hacerla aprobar en el Congreso. Dada nuestra situación de minoría parlamentaria, nos llevó un tiempo. El presidente resolvió retirar la ley y ahí comenzamos un proceso de análisis y retiramos cosas que generaban más disidencias. Nos abocamos a los que para el Gobierno eran los temas centrales de la ley y ahí sí conseguimos armar una mayoría en [la cámara de] Diputados, que le dio la media sanción.
P. ¿Tiene los votos para la aprobación en el Senado?
R. [Se lleva las manos a los bolsillos del pantalón y el saco como viendo si tiene algo]. Estamos en una buena posición y creo que se va a aprobar.
P. En una entrevista con El PAÍS en octubre pasado, como virtual ministro del Interior, usted dijo que la idea era que alcaldes y gobernadores fueran los responsables de los llamados planes sociales. ¿Por qué no se pudo concretar?
R. El día que asumió el presidente dijo que no había plata y lo que hubiera se iba a dedicar a sostener las políticas sociales. Y a partir de eso se intentó instalar un sistema por el cual los fondos llegarían sin intermediación al que lo necesitaba. El tema era sacar del medio a las organizaciones sociales que nosotros veíamos ineficientes. Y después, en la ejecución, se pensó que lo más fácil era incrementar las tarjetas de planes sociales, incrementar sus montos y que lleguen directamente a los beneficiarios. A los pocos días de asumir, una de las organizaciones sociales empezó a citar a marchas en contra de nuestra propuesta.
P. Habla de ineficiencia de las organizaciones sociales, pero según un reciente dictamen de la Justicia, el Ministerio de Capital Humano incumplió con el reparto de alimentos.
R. Lo que dice la justicia no es cierto. Las políticas sociales las fija el Gobierno nacional porque es el que tiene que administrar, decidir qué política se aplica y con qué metodología. Los alimentos estaban en algunos depósitos. Había otro tipo de bienes que se utilizan para situaciones de emergencia social.
P. Su antecesor Nicolás Posse [empleado como Francos y Milei en la Corporación América donde se conocieron y se hicieron amigos] fue el jefe de Gabinete que menos duró en el cargo y el Gobierno tiene un récord de un funcionario renunciado cada seis días. ¿Cómo explica estas rotaciones tan altas? Ahí parece no pesar la herencia del anterior Gobierno.
R. No sé exactamente cuáles son los números.
P. Son 33 renunciados al 30 de mayo.
R. El presidente analiza cómo marcha la Administración y, si le parece que no marcha en los términos que considera, remueve al jefe de Gabinete. Y con respecto a los otros funcionarios, muchos han pasado por Capital Humano, que es un ministerio muy grande que comprende Educación, Trabajo y Desarrollo Social, que son los lugares donde hay más conflictos.
P. Desde 1983 a la fecha casi todos los jefes de Inteligencia han sido, en general, políticos profesionales o personas de mucha confianza del presidente. Se acaba de ir un jefe de Inteligencia que no tenía relación con Milei y su reemplazante no viene de la política, ni de la Inteligencia [en su currículum se presenta como gestor de “recursos privados y públicos”].
R. Es una persona que hace muchos años que no hace política, pero sí es una persona de confianza.
P. ¿Del presidente o del asesor Santiago Caputo?
R. Del Gobierno.
De formación católica, hijo de un almirante de la Marina, abogado de la confesional Universal de El Salvador, en 1970 y con 20 años, Francos ingresó en el Ministerio de Justicia con un cargo administrativo y extendió su permanencia en oficinas gubernamentales por más de 10 años. Concejal de la ciudad de Buenos Aires por el Partido Federal en la década de 1980, años más tarde se integró al partido Domingo Cavallo, el superministro de Economía del presidente peronista Carlos Menem, y fue electo diputado en 1997, pero decidió renunciar a la banca de diputados y a la política. Volvió una década después con el peronista Daniel Scioli como presidente del Banco Provincia de la Provincia de Buenos Aires. Alberto Fernández lo nombró como representante del Gobierno ante el Banco Interamericano de Desarrolló (BID). El año pasado se pasó a la Libertad Avanza, del actual presidente. Primero Milei le ofreció ser canciller, pero asumió como ministro del Interior hasta recalar como jefe de los ministros.
P. ¿Cuáles son las tres prioridades de su gestión?
R. Diría, ahora, ley Bases, ley Bases, ley Bases. Mis prioridades son coordinar los distintos ministerios para superar la crisis económico-social de la Argentina. Que todo este esfuerzo implique que vengan inversiones para desarrollar los recursos naturales y sus derivados, y generar actividad económica. Siendo ministro de Interior he recibido más de 100 fondos internacionales y bancos para hablar sobre la ley Bases y sobre la posibilidad de inversiones.
P. ¿Cómo hará para complementar estilos tan diferentes como el suyo ―dialoguista y negociador― y el más inflexible del presidente?
R. El presidente es una persona muy inteligente. Tiene capacidad de análisis y personalidad. Él eligió una persona que lo puede complementar. Me parece que demuestra su sagacidad política.
P. Los mercados empiezan a mostrar cierta desconfianza con la marcha del Gobierno. Esta semana aumentó el Riesgo País [el diferencial que la deuda argentina paga sobre la de Estados Unidos]. Una interpretación es que no pudieron aprobar ninguna ley y hay evidentes problemas de gestión. ¿Cuál es su interpretación?
R. Hay circunstancias que generan alguna duda en el mercado. El tiempo que nos lleva la aprobación de la ley es uno, la renuncia del jefe de Gabinete que me precedió es otro. También lo que sucedió esta semana con la media sanción en Diputados de una ley [votada por una alianza heterogénea que incluía el kirchnerismo, el radicalismo y la izquierda] que propone una nueva fórmula jubilatoria que tiene un impacto presupuestario. Los mercados se están preguntando: ¿Puede el presidente controlar el déficit?
P. Para conseguir el déficit cero hubo una formidable licuación de las jubilaciones.¿Cómo piensan compensar a los jubilados?
R. Hay que pensar en un sistema previsional que sea más razonable. En la Argentina se ha resuelto jubilar gente que no ha hecho aportes y eso le generó un gran perjuicio. Hay que ordenar el sistema y diferenciar entre los que aportan y los que no.
P. Milei estuvo en la asunción de Nayib Bukele y hace unos días advirtió en un discurso público que iba a tomar el modelo de veto sistemático que aplicó el presidente de El Salvador cuando no tenía representación parlamentaria.
R. El presidente va a utilizar el veto si no está de acuerdo con las leyes que se sancionan. El veto es una figura constitucional. Aspiramos a que en las elecciones del año próximo podamos incrementar fuertemente nuestra presencia parlamentaria y eso comience a cambiar un poco estas relaciones de fuerza entre el Ejecutivo y el Legislativo.
P. ¿Usted está pensando en una alianza electoral con el PRO [el partido que preside el expresidente Mauricio Macri] o cree que esas dos fuerzas tienen que ir por separado?
R. Yo creo que tenemos muchos puntos de coincidencia y muy buena relación con los dirigentes del PRO. Las circunstancias son las que van a ir marcando si tenemos que enfrentar juntos la elección. Tengamos en cuenta que ambas fuerzas, en la segunda vuelta del año pasado, sacamos el 56% de los votos. La gente votó por un cambio.
P. ¿El presidente Milei va a ir por la reelección?
R. No tengo duda. Yo creo que el presidente tiene la vocación de transformar la Argentina y sabe que no alcanza un periodo de cuatro años para hacerlo. Su convicción es tal que si me preguntan a mí, yo estoy seguro de que él pretende volver a ser candidato y ser reelegido. Es una decisión de él, porque ser Gobierno es muy desgastante. Además, tiene índices de aceptación que superan el 60%.
P. ¿Cuál es la estrategia para recomponer la relación con España?
R. Yo creo que el presidente nunca rompió la relación con España. Puede haber una mala relación del presidente Sánchez con el presidente Milei.
P. Fue a un mitin de un partido opositor en Madrid y llamó corrupta a la esposa del presidente. Es grave.
R. Bueno, como dice el presidente, él nunca mencionó a la esposa.
P. Es evidente que estaba hablando de ella.
R. Yo digo lo que dijo el presidente. Tal vez el presidente Sánchez debiera hacer una autocrítica también personal, por sus participaciones en la campaña electoral de Sergio Massa [candidato presidencial del peronista Unión por la Patria] y criticando a Milei. Es una intromisión en la política del país que debió haber evitado. O sea, hagamos autocrítica general y digamos quién llevó a esta situación de confrontación personal con consecuencias institucionales. Que el presidente de España haya retirado a su embajador en la Argentina [en referencia a la diplomática María Jesús Alonso Jiménez] me parece fuera de lo razonable. Él sabrá cómo continuar su relación con la Argentina. Debe haber no menos de 500.000 ciudadanos españoles en la Argentina y él los deja sin embajador, sin representante de España.
P. Usted ha señalado como prioritarias las inversiones. ¿Cómo se beneficia Argentina de un conflicto con el Gobierno del país que es el principal inversor?
R. Los empresarios van donde hay negocios. Si hay negocios en la Argentina, se enoje Sánchez o no se enoje Sánchez, van a venir. Las inversiones son a largo plazo, los presidentes siempre tienen períodos limitados. No hay ningún presidente que pueda cambiar los vínculos que tiene Argentina con España desde hace 500 años. Todos somos descendientes de españoles.
P. ¿Usted tiene doble nacionalidad?
R. Tengo nacionalidad argentina y española, que no he ejercido nunca. Mi padre era argentino y mi abuelo era español, del norte de España.
P. Se podría inferir que, por su biografía política, votaría por el Partido Popular en las elecciones europeas.
R. Seguramente, seguramente. Y seguramente no votaría por Sánchez. La presentación del líder de Vox, [Santiago] Abascal, me pareció excelente. Un discurso en el que le contestaba al presidente, lo cuestionaba. Y lo digo como un observador nomás. No quiero que se tome esto como que quiero inmiscuirme en la política española.
P. El próximo viaje de Milei a España es para recibir un premio de una institución.
R. Todos los viajes del presidente son de Estado. Si va a Silicon Valley o a ver a Elon Musk, es muy importante y tiene que ver con la relevancia que tiene Milei en el mundo. Le dan un premio en Madrid que es parte de un viaje que tiene otras escalas. Yo destacaría que fue invitado al G7 por Giorgia Meloni.
P. Hace 10 días, Milei le dijo a Meloni que no iría al G7; el jueves hubo un cambio de parecer e irá. ¿Qué pasó?
R. Es por las actividades que tiene en la Argentina y está el tratamiento de la Ley Bases.
P. Pensando más en el largo plazo: ¿Cuál es el modelo de país que tiene en mente cuando mira fuera de Argentina?
R. Yo miro a varios países. Miro la potencialidad que tiene Estados Unidos. También Uruguay o Chile, que son países más chicos, pero que tienen una estabilidad económica e institucional muy buena. Miro Irlanda, que ha tenido un desarrollo espectacular y ahora tiene algunos problemas. Miro lo que ha crecido en su momento España y cómo se ha desarrollado. Miro Italia, que con Meloni está cambiando totalmente. Para ser más preciso, las democracias que han adoptado la libertad económica han generado mucho desarrollo social.
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