Lo nuevo de Rihanna, Bruce Springsteen, Niño de Elche (con Rosalía) y otras canciones de noviembre
Los críticos de ‘Babelia’ analizan los temas recientes más destacados en todos los estilos musicales a lo largo de este mes
El primer tema original de Rihanna en seis años es esta inane balada que forma parte de la banda sonora de Black Panther: Wakanda Forever. Con una melodía manida y previsible, unos arreglos de primera lección de piano, cuerdas sacadas de un programa para Commodore 64 y un arpegio de guitarrita que incluso Sting hubiese descartado por obvio, ‘Lift Me Up’ es un desastre en toda regla. Esta suerte de vacío metafísico, de música para hilo musical de centro comercial, de sintonía de cena romántica en La Tagiatella, no la vimos venir. Si perdemos a Rihanna, ¿qué nos queda? XAVI SANCHO...
Rihanna – ‘Lift Me Up’
El primer tema original de Rihanna en seis años es esta inane balada que forma parte de la banda sonora de Black Panther: Wakanda Forever. Con una melodía manida y previsible, unos arreglos de primera lección de piano, cuerdas sacadas de un programa para Commodore 64 y un arpegio de guitarrita que incluso Sting hubiese descartado por obvio, ‘Lift Me Up’ es un desastre en toda regla. Esta suerte de vacío metafísico, de música para hilo musical de centro comercial, de sintonía de cena romántica en La Tagiatella, no la vimos venir. Si perdemos a Rihanna, ¿qué nos queda? XAVI SANCHO
Bruce Springsteen – ‘What Becomes of the Brokenhearted’
Esta composición de Jimmy Ruffin es una de las canciones más bellas del grandioso cancionero de Motown. Por eso, y porque Bruce Springsteen tiene gran oído y es un destacado aficionado al soul clásico, se incluye en Only the Strong Survive, el último álbum del músico de Nueva Jersey. El problema no es que Springsteen la versione mal, más bien es que lo hace sin ambición ni gracia. Ni siquiera le mete algo de cosquillas. Springsteen intenta mimetizarse con la versión. No le queda una canción mala, no, pero tampoco nada reseñable. Es una especie de calco en el que lo que cambia es la voz aguda del afligido y extraordinario Ruffin por la de Springsteen, que termina por estar demasiado destacada para lucirse, algo impostada. Esta canción, como todo el disco, gustará más a los que no suelen adentrarse en el soul de aquella época que los que les apasiona. FERNANDO NAVARRO
First Aid Kit – ‘Palomino’
Las hermanas Söderberg vienen de Suecia, aunque muestren unas maneras tan aplastantes para componer folk de carretera y aire norteamericano que parecen salidas de algún estado del Medio Oeste estadounidense. Palomino es su sexto álbum y el ejemplo perfecto de una madurez a prueba de puristas. Esta canción que da título al disco refleja sus señas de identidad: melodías finas, instrumentación folk certera, juego de voces country y un arrojo notable. De este conjunto sobresalen esas armonías vocales, impulsando los relatos de búsqueda y redención de un dúo repleto de calidad. En Suecia puede que haga mucho frío, pero con estas hermanas cantando hay buena leña para la chimenea. F. N.
Jenny Hval – ‘Buffy’
Pasa el tiempo y no únicamente escritores de todo tipo señalan a Joss Whedon, el creador de Buffy Cazavampiros, como uno de sus referentes literarios a la altura de cualquier clásico que se precie. La noruega Jenny Hval condensa todo aquello que le sugiere personaje que interpretó Sarah Michelle Gellar y, escribió Whedon, un feminismo feroz, en realidad, más allá, un inconformismo ante lo establecido imparable, en este ambiental y tenebrosamente luminoso corte, el primero que escapa de su último disco o, mejor, nace como continuación, o afortunado descarte del mismo. Y así, contiene parte del oscuro feel good que puebla el exquisitamente melancólico Classic Objects (4AD, 2022), pero ahonda en el mensaje político, mientras el sonido, un dream fantasmagórico, se abre, esperanzadora y sutilmente, como en un arco ceremonial similar al que cierra cada capítulo de la serie. Más que una curiosidad, una pequeña genialidad ghost pop. Sobre todo, pero no únicamente, para fans. LAURA FERNÁNDEZ
Cigarettes After Sex – ‘Pistol’
Podría encajarse ‘Pistol’, el primer sencillo del que debería ser el tercer álbum de los de Texas, en cualquiera de sus dos discos anteriores, y apenas se notaría la diferencia. O sí. Lo que ocurre en ‘Pistol’ es que el sonido de los de Greg González, ese dream pop a la vez delicado y profundamente triste, capaz de rodearte como el humo de un cigarrillo, muscula su minimalismo, y da con un riff hipnótico, al que acompaña el habitual contenido despliegue vocal —todo ese reverb tan andróginamente fascinante— que aquí actúa como pinceladas de un cuadro sonoro en construcción. Hay desamparo, rabia y desesperación en las imágenes que sugiere —alguien ha roto con otro alguien y uno de los dos echa tanto de menos al otro que le resulta insoportable, y está en medio del desierto, disparando al cielo— pero lo que las envuelve es su potentísimo y acogedor universo sonoro, que, pese a cavar en la oscuridad, sigue diciéndote que, pase lo que pase, estás a salvo. O lo estarás, algún día. Y eso son buenas, buenísimas noticias. L. F.
Bizarrap y Duki – ‘BZRP Music Sessions 50′
La Sessions 50 de Bizarrap ha llegado a tiempo para alentar a Messi, fan del músico, de cara al Mundial de Catar. De hecho, la unión de estos dos argentinos (Duki y Bizarrap) surge después de una apuesta futbolera: si Argentina gana la Copa de América hacemos una BZRP Music Sessions. La albiceleste se impuso a Brasil en julio del año pasado y aquí está el tema. Se trata, además, de la vuelta de las sessions cuatro meses después del pelotazo de la que el productor argentino firmó con el canario Quevedo (el famoso Quédate). La de Duki es puro hip hop, duro, pero con esos estribillos autotuneadas ya tan características de Bizarrap. Aquí, sin embargo, el que se luce es Duki, artista de fuste que en la canción cuenta su vida, desde las peleas de raperos en la calle al estrellato. Honor, familia, barrio, honestidad, el vértigo del éxito, el fracaso. De todo eso habla Duki en un tema que gana cuando se visiona el vídeo. Qué hallazgo: los vídeos de las sessions, de apariencia simple y que son pura adicción. Otra genialidad de Bizarrap. CARLOS MARCOS
Floating Points - ‘Someone Close’
Sam Sheperd, alias Floating Points, había publicado tres canciones este año: Vocoder, Grammar y Problems. Todas, deliciosas joyitas orientadas a la pista, al sudor y el baile. Las tres muy alejadas de su faceta más jazzistica y de vanguardia, la que desarrolló en su último disco, Promises (2021), firmado a medias con la hoy fallecida leyenda del jazz cósmico Pharoah Sanders y la London Symphony Orchestra. Pero para rematar el año, el productor londinense presenta Someone Close, ocho minutos y 12 segundos de viaje astral, mucho más espiritual que físico, con esos sintes que parecen trompetas tocadas por el espectro de Miles Davis y esos bucles interminables, tan reconocibles en su sonido, de teclas que se cruzan como cadenas sonoras de ADN. Cuando se pone así, Shepherd, parece estar dibujando sonidos de una manera en la que solo él es capaz y el resultado es espectacular. Ha anunciado que los cuatro temas, ya disponibles en las plataformas de streaming, se publicarán en un ep el próximo 16 de diciembre. Y a uno se le hace la boca agua pensando en cómo puede sonar ese vinilo bien alto. IÑIGO LÓPEZ PALACIOS
Yo La Tengo - ‘Fallout’
El veterano trío de Hoboken ha anunciado disco y gira para 2023. Y sus fans, que no seremos legión pero sí somos fieles y apasionados, nos preguntamos qué contendrá, sabiendo que lo más probable es que se parezca There’s a Riot Going on, de 2018, su último trabajo de estudio anterior a la pandemia, que estaba bien y tenía grandes momentos, pero resultaba demasiado largo e irregular. En realidad, la esperanza es que se parezca al penúltimo, el colosal Fade, aún sabiendo que han pasado ya diez años de su publicación. ¿Qué nos dice Fallout. el sencillo de adelanto, de todo esto? Pues nada demasiado emocionante, desafortunadamente. Es una canción tan Yo La tengo, que parece que ya la has escuchado antes, en alguno de sus discos de los noventa. Y esto no es lo que esperamos de ellos. I. L. P.
Margo Price - ‘Lydia’
Si a cualquiera de nosotros nos diera un ataque de jet lag intentaríamos dormir una siesta. Margo Price estaba en Vancouver y compuso una canción del tirón. El resultado fue este espectacular baladón adornado con cuerdas que aparecerá en su próximo álbum, Strays, que se publicará en enero. Price canta sobre una mujer embarazada en una clínica, reflexionando sobre una vida de pobreza y adicciones, mientras se acucia: “Toma una decisión”. Suena autobiográfico, porque como ya se ha contado, Price, hija de un granjero que perdió sus tierras, se mudó de Illinois a Nashville en 2003, con 20 años y pasó más de una década de sórdidas luchas, hasta que 2016 Jack White la rescató para su sello y comenzó una carrera que le llevó en 2019, más cerca de los 40 que de los 30, a ser nominada al Grammy al mejor nuevo artista. I. L. P.
The Arcs - ‘Heaven is a Place’
The Arcs es un quinteto liderado por Dan Auerbach, de The Black Keys, que publicó en 2015 su primer disco. Lo suyo es un pop ligeramente vintage y psicodélico. El entretenimiento de unos músicos que dedican la mayoría de su tiempo a otras cosas. La muerte de uno de sus componentes, Richard Swift, en 2018, parecía haber acabado con este proyecto paralelo, pero, al parecer, para entonces ya habían grabado, o al menos compuesto, gran parte de lo que será su nuevo disco que se editará en enero, como homenaje póstumo a Swift. Este adelanto es lo que se espera de ellos, liviana psicodelia sureña con aroma a Nashville, tocada con el exquisito gusto de cinco profesionales curtidos en mil batallas. Un caramelito tan dulce como intrascendente. I. L. P.
Yves Tumor - ‘God is a Circle’
Nunca fue un tipo amable y de trato fácil. Por ejemplo, en sus dos primeros discos, apenas se podía intuir el tono verdadero de su voz entre tanta distorsión y por las letras, oscuras y complejas, solo sabíamos que el amor, para él, era un lugar oscuro y peligroso. Pero cuando al inquieto Yves Tumor, de nombre verdadero Sean Bowie, le ha dado por las guitarras grunge y el ruido, podríamos decir que se ha vuelto más molesto que nunca, en el sentido bueno de la palabra: el oyente tiene que esforzarse para entender. En la misma línea que en su última entrega, The Asymptotical World EP (2021), el americano regresa con un tema experimental de actitud punk y producción sucia (la mezcla es obra del británico Alan Moulder, viejo conocido de bandas como The Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine), sobre cómo mirarse a uno mismo desde fuera y descubrir que “hay lugares en mi mente a los que no puedo ir” y que muchas veces el ser amado no existe y solo es una invención, o, mejor dicho, “una versión de mí mismo y de todas las personas a las que he amado”. BEATRIZ G. ARANDA
Gigi Masin - Marilene (Somewhere in Texas)’
Maestro de la electrónica evocadora y sutil desde hace más de dos décadas y un artista en eso de confeccionar piezas perfectas para que el individuo se pierda en un mundo sonoro, el italiano Gigi Masin, que ya roza los 70 años, pero sigue manteniendo su estatus de referente en el mundillo de la música ambient, regresa con un disco de seis canciones dedicado a su esposa, fallecida el pasado año. Abre el álbum este tema de sonido sofisticado y groove nostálgico, casi ocho minutos donde todo se desarrolla de forma orgánica y fluida, con una melodía que va cogiendo fuerza y peso a medida que avanzan los segundos. Destacan los acordes de piano, verdaderos puntos de apoyo, y los arreglos de metales exóticos, que se perciben como pulsiones empujadas por los latidos del propio compositor. B. G. A.
Los Aurora - ‘La flor del oro’
Dos poemas de Lorca entrelazados, la guitarra de Chicuelo y la voz de Pere Martínez conforman “La flor del oro”, uno de los nueve temas de La balsa de la Medusa, segundo trabajo de Los Aurora, formación de cuatro músicos superdotados y dos bailaores, José Manuel Alvarez y Pol Jiménez, que son más que un acompañamiento en los directos. “La flor de oro” forma parte de un disco ideado por el compositor Enric Palomar, un grito lorquiano, porque además de lírico, el poeta de Granada fue trágico, y se nota en el toque de un Chicuelo roquerizado; en la voz subida hasta romperse de Martínez (dotado cantaor que con Los Aurora adopta una aire más oscuro que en solitario) y en el color que le da a unos versos llenos de impotencia, como los que dicen “la noche no quiere venir/ para que tú no vengas/ ni yo pueda ir”. SILVIA CRUZ LAPEÑA
Niño de Elche y Rosalía - ‘Seguiriya madre’
Un motivo muy flamenco y muy de seguiriya, la pérdida de una madre, sirve para presentar el último disco de Niño de Elche: Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte. Cantándola casi entera otro icono de lo jondo o no-jondo, según el día: Rosalía, pues era cuestión de tiempo que se aliaran. Tampoco extraña que lo hagan con Refree de intermediario, que también toca la guitarra y no es el punto fuerte de un tema donde los intérpretes defienden mejor que el productor sus intereses cantando como saben, es decir, muy bien. Dicen que Niño de Elche igual mata el flamenco que lo resucita, pero no es con esta seguiriya con lo que le dará nueva vida. Ese papel lo cumple mejor ‘Soleá bailable’, donde él luce garganta, el toque está en manos de Yerai Cortés y la percusión en los pies de la verdadera reina de todo esto: Rocío Molina. S. C. L.
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