‘España, el pacto y la furia’, de Enric Juliana: excelente crónica de las geografías del poder
El periodista ofrece claves para descodificar los complejos entresijos de una sociedad que se asienta sobre una polarización extrema desde los atentados del 11-M
Reflexionar periodísticamente sobre el poder en España no es fácil. Requiere distancia y proximidad a la vez. Así como una interpretación de sus acciones que mezcle las dosis justas de ambición intelectual y prudencia discursiva. Un justo medio difícil. No solo porque nuestro poder es secretamente intenso y acercarse a él puede abrasar por motivos que no vienen al caso, sino porque es, también, más huidizo de lo que parece. Requiere muchas claves simultáneas para descodificar sus entresijos. Sobre...
Reflexionar periodísticamente sobre el poder en España no es fácil. Requiere distancia y proximidad a la vez. Así como una interpretación de sus acciones que mezcle las dosis justas de ambición intelectual y prudencia discursiva. Un justo medio difícil. No solo porque nuestro poder es secretamente intenso y acercarse a él puede abrasar por motivos que no vienen al caso, sino porque es, también, más huidizo de lo que parece. Requiere muchas claves simultáneas para descodificar sus entresijos. Sobre todo, en un país al que le gusta pensar poco y, cuando lo hace, quiere que sea rápido y con tanta pasión como artificio.
Con este telón de fondo, es un milagro reseñar un libro como este. Recoge la mirada que Enric Juliana proyecta sobre la evolución del poder en España durante las dos últimas décadas. Sobre su materia y las formas que ha adoptado, y sobre las energías telúricas que lo tensan hasta ahora, cuando el debate sobre la amnistía confirma que nuestra sociedad arrastra una polarización que empezó el 11-M. Tanto que, desde entonces, no hemos vivido ningún momento de serenidad colectiva.
Este dato merece destacarse. Nos ayuda a resaltar el sosiego interior del autor de España, el pacto y la furia, que escribe desde un senequismo desapasionado y sensato, que juzga sin condenar. Que vislumbra más que ve, que respeta siempre al lector al darle espacio para que elabore su propia opinión. Aquí está la excelencia del periodismo de Juliana: en que analiza sin afirmar ni pontificar. Prefiere sugerir y siempre evita los dictámenes. Adopta un estilo que enlaza con Pla y Gaziel, sin duda, pero desde una combatividad intelectual que no está en ellos. Esto hace que su escritura se aparte de lo literario para ir más a lo político. En la línea del periodismo italiano que Juliana conoce tan bien después de los años pasados en Roma. Me refiero al protagonizado por Buzzati, Montanelli o Scalfari, entre otros. El periodismo que ayudó a consolidar la República italiana porque debatía con inteligencia la praxis del poder en una democracia que estaba en construcción sobre los cimientos del Estado que dejó el fascismo. Esta influencia italiana confiere a Juliana un compromiso de radicalidad democrática que se palpa en todo lo escrito desde que puso sus pies en Madrid un 14 de abril de 2004, cuando humeaban los atentados del 11-M y el populismo empezaba a dar sus primeros pasos.
De entonces viene la abrupta polarización actual. Algo que pronto cartografió con sus artículos de La Vanguardia. Lo mismo que la descripción del poder del Estado como una baliza localizada en Madrid y que interactúa con un Partido Alfa que trasciende al PP; una brigada Aranzadi que hegemoniza la interpretación de las leyes y un Distrito Federal que actúa como la City del Ibex 35 que habita dentro de la M-30. De este modo, Juliana ha señalado con habilidad los vértices geodésicos de un poder sutilmente centralizador. Un poder, muchas veces irresistible, que repercute radialmente sobre toda la periferia del Estado autonómico. Indicadores, todos, que solo alguien que ha leído a fondo a Maquiavelo podría descubrir, pues de ello se desprende la localización en Madrid de una cancha secreta de poderes donde juegan todos los días la Fortuna y la Virtud su particular partido de tenis.
El libro trasciende la simple recopilación para ofrecernos un auténtico ensayo histórico que explica por qué gobierna desde 2018 una coalición tan heterogénea como la liderada por Pedro Sánchez
A partir de este ecosistema tan especial, confecciona una narración histórica que interpreta la actualidad. Lo hace a través del hilo conductor de una sucesión de artículos que componen una panorámica en la que, cada año que los agrupa, es antecedido por una reflexión que los contextualiza desde el presente. De ahí que el libro trascienda la simple recopilación para ofrecernos un auténtico ensayo histórico que explica por qué gobierna desde 2018 una coalición tan heterogénea como la liderada por Pedro Sánchez. Algo que el 23-J volvió a confirmar en el tiempo de descuento. Un fenómeno político que parte de corrientes profundas del inconsciente de una sociedad que, desde el 11-M, arrastra una psique quebradiza y ansiosa, pero que sigue fiel a una escondida linealidad que hace coherente y comprensible su presente.
Lo más interesante de la tesis es que su desenlace adopta el sello editorial de un atlas geopolítico sobre el aquí y ahora de nuestro país. En sus páginas se muestra a España como un país inteligible por el momento. Lo digo porque las elecciones europeas y norteamericanas harán todo incomprensible, o no. No en balde, Juliana se despide con un mapa de la España futura, que rodea con un vasto continente global por descubrir. Una “terra incógnita” que esconde un poder irresistible detrás de los estrechos, empezando por el de Malaca. Hacia él, nos dice el autor, encaminará los pasos de su mirada. Quiere entender la naturaleza profunda del poder que se anuncia. Me ha recordado a Buzzati en El desierto de los tártaros.
España, el pacto y la furia
Arpa, 2024
624 páginas. 24,90 euros
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