Sacrificio público contra el paro

Contrate un parado de Aspe por 500 euros al mes. Así lo garantiza el Ayuntamiento de este municipio del Vinalopó Mitjà, en manos del PSPV-PSOE y de EU, que ha tomado esta original iniciativa financiada en parte con el dinero que ahorran del recorte del salario de los concejales para tratar de reducir el alto paro en el municipio.

Las empresas de Aspe no disponen de suficientes ofertas de empleo y el municipio nutría de mano de obra al mármol y al calzado, principalmente, hasta que la crisis golpeó en la línea de flotación de los dos sectores y la tasa de paro del municipio se disparó por encima del 24%. Aspe cuenta con 3.000 parados de una población de poco más de 20.000 habitantes, según el Ayuntamiento.

El Consistorio puso en marcha el mes pasado la segunda edición de una iniciativa que en la primera fase supuso la contratación de 10 personas. Ahora es más ambiciosa. Los fondos disponibles han pasado de 30.000 a 70.000 euros. El dinero procede de un recorte acordado el pasado julio del 25% para todos los miembros de la Corporación. A este dinero se suma el que deja de aportar el municipio al pacto por el empleo con el que, junto con otras localidades de la zona, de los sindicatos y del Servef, se pretendía recolocar a los parados del mármol. El pacto no ha tenido la respuesta esperada, explica la edil de Formación y Empleo de Aspe, Marisa Cerdán.

La iniciativa tiene dos condiciones: que el contratado sea un parado del programa de fomento de empleo (en el que están principalmente los parados sin prestación y los que cuentan con la renta básica de 400 euros mensuales) y que la empresa que reciba la ayuda debe formalizar al menos un contrato de tres meses. La ayuda se dará durante un periodo máximo de nueve meses, lo que implica un ingreso directo de 4.500 euros. “Pensamos que introducir a estos parados en el mercado laboral es muy importante, porque algunos llevan mucho tiempo desempleados”, defiende la edil. El Ayuntamiento espera que esta iniciativa logre la contratación de 30 o 40 desempleados.

Las empresas beneficiarias pueden ser de cualquier punto de la geografía. “La gente está dispuesta a viajar y a salir”, enfatiza Cerdán.