La Xunta rebaja la creación de vivienda en Nigrán
Cree “excesivas” las 8.150 viviendas previstas y protege los dos montes litorales
La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas juzga “excesivas” las 8.149 viviendas que el Ayuntamiento de Nigrán (Pontevedra) prevé en su Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) para los próximos 12 años. En el informe previo a la aprobación inicial del documento, el departamento autonómico impone, además, severas restricciones a la urbanización que se establece en dos zonas especialmente sensibles de la costa: las penínsulas de Monte Lourido y de Monteferro, y que ha alertado a los colectivos ecologistas.
El dictamen, elaborado por la Secretaría Xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo y al que ha tenido acceso EL PAÍS, argumenta que esa cantidad de viviendas (casi la mitad de la población actual del municipio) no es compatible con la dinámica de crecimiento de los últimos años. De cumplirse las previsiones de la corporación local, dirigida por el PP, se construirían casi 680 viviendas al año, cuando en la última década el incremento ha sido de 130 anuales. En ese mismo lapso temporal, los habitantes de esta localidad enclavada al sur de la Ría de Vigo se incrementaron en apenas 1.580. Casi tantas casas como personas, lo cual se explica en parte por haberse convertido en lugar de segunda residencia.
En concreto, la Xunta reprocha que se propone un “desarrollo mayoritario" del área de mejora ambiental definida en el Plan de Ordenación do Litoral (POL). Esta área se extiende a lo largo de la playa de Patos (una de las más importantes del municipio) y en el entorno de los espacios “de mayor valor ambiental” como son la península de Monteferro y A Ramallosa, que forma parte de la Red Natura. En cuanto a esta península, cuyas previsiones de urbanización alentaron las protestas que en 2006 impidieron la aprobación del PXOM, el informe concluye que “debe revisarse” la previsión de desarrollos urbanísticos y que se han de “fijar los objetivos concretos” de las recalificaciones. Amplía esta recomendación para el caso de Monte Lourido. También los Planes Especiales de Reforma Interior de otras zonas, la mayoría en la costa, tienen que ser redefinidos.
Al margen del aspecto cuantitativo y de los desarrollos urbanísticos específicos, la consellería también enmienda múltiples aspectos relacionados con el modelo de ordenación. Así, censura que se aumente la ocupación en las zonas vacantes, lo que daría lugar a la fusión en un “continuo indiferenciado” entre suelo urbano, urbanizable y núcleos. Según los datos de la consellería, el nuevo planeamiento implicaría una ocupación del suelo un 32% superior a la vigente. Ello es contrario a las Directrices de Ordenación do Territorio (DOT), que priorizan la edificación en los asentamientos existentes, en lugar de favorecer la expansión a lo largo de las vías de comunicación.
En este sentido, pide que se analice el estado de las viviendas ya en pie y que se dé prioridad a la rehabilitación y a la consolidación. Además, recomienda que esas áreas no urbanizadas que se sitúan dentro del tejido urbanístico se destinen a espacios libres de uso público, o se preserven para conseguir una mayor calidad ambiental y paisajística. “El PXOM presenta un modelo de ocupación del suelo que no se ajusta a los principios que dictaminan las DOT y el POL”, sentencia, e impone que se reduzca el desarrollo urbano sobre áreas que aún no fueron transformadas.
Así pues, el informe impone numerosas rectificaciones al Ayuntamiento, resumidas en una injustificada previsión de viviendas nuevas y en una excesiva edificación sobre territorio no urbanizado en la actualidad. Pese a esta contundencia, el alcalde, el popular Alberto Valverde, confía en lograr un documento final “que no se escape en exceso” del planteado. El departamento autonómico enfría sus expectativas: “Trabajaremos con el Ayuntamiento para que el PXOM refleje un desarrollo urbano basado en expectativas reales y acreditadas”.
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