El duro discurso popular

El discurso más duro, con calificativos muy gruesos, lo sostuvo, con mucha diferencia, el PP. Lo hizo desde el primer momento, con una descalificación de raíz de la propia sesión monográfica, y a través de los dos portavoces que intervinieron en ella. “Es un debate falso y cobarde, en el que no se va a aprobar nada”, dijo ya a primera hora Antón Damborenea. “Su actitud es, cuando menos, ridícula”, espetó a sus exsocios, por “hablar de impuestos sobre los que no tienen competencia”. El PP reiteró una y otra vez, y no fue el único en mostrar ese convencimiento, que el pleno de ayer tenía un impulso claramente electoralista y puso el acento en que resultaría inútil.

Como “una auténtica vergüenza” y “un chiste” lo censuró, ya por la tarde, Carlos Olazábal, quien tomó el relevo de Damborenea. Consideró “estéril y desangelado” el debate y acusó al lehendakari de haberse “escondido” tras su grupo. “Desde los tiempos de la LOAPA no se había visto semejante invasión de competencias”, enfatizó el parlamentario popular. A su juicio, lo que ayer tenía que haber hecho el lehendakari era subir a la tribuna y explicar dos cosas: “Cómo va a ejercer las competencias que sí tiene”, en referencia a las tasas y precios públicos y algunos recargos que puede decidir la Cámara, y “decir qué partidas va a recortar para ahorrar los mil millones que no se van a recaudar este año”.