Héroe en las cumbres de los Alpes
Un madrileño, entre los vencedores de una macromaratón de 160 kilómetros
Nada más y nada menos que 160 kilómetros en cuatro días, con un acenso acumulado de casi 10.000 metros por los senderos alpinos más espectaculares de Alemania, Austria y Suiza. Esta podría ser una definición de la carrera 4 Trials, cuya segunda edición se disputó este año entre el 4 y 7 de julio. Y tuvo ganadores españoles. El madrileño de El Boalo Juan Manuel Agejas, los asturianos Santiago y Samuel Obaya; los cántabros Francisco Gutiérrez y Leopoldo Balbás; y los salmantinos Helena González y Andrés Martín lograron el primer puesto con el equipo Avientu Tierra Trágame, una fusión del club asturiano Avientu y del madrileño Tierra Trágame, presidido por Agejas.
Santiago Obaya intentó la proeza por primera vez el año pasado, pero no logró terminar la carrera. Constante, convenció a Agejas y a los demás para que se fueran a Alemania y se unieran en un equipo. “Yo soy una persona acostumbrada a este tipo de esfuerzos. Es cuestión de hábito. Estoy seguro de que si juego un partido de fútbol tendré más agujetas que si corro por el campo durante cuatro horas”, explica Agejas, atleta, entrenador y presidente del club de atletismo Tierra Trágame, con unos 400 socios.
“Pero una cosa era una carrera de dos días... El reto de cuatro días corriendo por los Alpes era nuevo para mí, ¡y eso que llevo 20 años en carreras de montaña!”, asegura este deportista, que en mayo cumplió 42 años: “No es mala edad, pero la mejor para maratones es a los 35 o 36”.
La preparación de la 4 Trials entraña una dificultad especial, porque según Agejas casi nadie dispone de tiempo libre para hacer cuatro sesiones seguidas: “Pero yo tengo la gran facilidad de vivir en El Boalo, lo que en 10 minutos me permite estar en La Pedriza. Aunque eso no quita que de lunes a viernes tenga que trabajar, y no puedo entrenar más de dos horas al día”, cuenta.
Juan Manuel Agejas, de El Boalo, entrena en La Pedriza, a 10 minutos de su casa
Y aquí entra la épica. “Cuando te pones un dorsal te transformas. En nuestro equipo el único que había hecho la prueba era Santi Obaya, que también había corrido otra competición similar, la Goretex Transalpin. Los demás nunca habíamos hecho cuatro días seguidos de competición”, explica Agejas.
Los primeros días de julio el equipo y sus parejas, que ejercieron de ayudantes y masajistas, llegaron en avión a Múnich. Allí alquilaron una furgoneta e hicieron 200 kilómetros para llegar a la localidad de Garmisch (Alemania). “Nuestras parejas nos hicieron de asistentes. Mi mujer, Maricamen, como todas las demás, fue parte importante del equipo: nos recibían en la meta y nos llevaban al hotel, donde nos facilitaban la recuperación con masajes”, relata Juan Manuel, muy orgulloso de la victoria por equipos.
No hay que insistir mucho para imaginar la dureza de la competición, incluso para personas acostumbradas a entrenar y correr en la montaña: “Al final de cada etapa parecíamos el vídeo de Thriller de Michael Jackson. Cada día te preguntas qué haces ahí, y si es posible tener más agujetas. Y la respuesta es que sí. Pero cinco minutos después de iniciar la etapa te olvidas de todo, porque el factor psicológico es muy importante”.
Agejas recuerda que cuando peor lo pasó fue durante la última etapa, que tenía 44,5 kilómetros. La mayoría de corredores, con bastones, subían andando las cuestas: “Pero al final todo ha merecido la pena, simplemente por ver la cara de satisfacción de las personas que lograban entrar en meta”. Los deportistas explican que uno de los aspectos que más desgasta de la competición es el problema de la humedad, que hace que aumenten las rozaduras. “Pero estoy seguro de que la prueba se mantendrá igual de dura. De hecho yo sugiero que sea así, porque es lo que hace que llegar a la meta sea algo heroico”, recuerda el corredor.
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