Las viviendas visadas en las ciudades caen al nivel de los ochenta

El sector de la construcción sigue en caída libre en Galicia como consecuencia de la crisis económica, la desconfianza de los mercados y la falta de líquidez. Este es el análisis del decano del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG), Jorge Duarte, quien calificó como “escalofriante” el descenso de un 30% en los visados de viviendas en la comunidad autónoma, respecto al primer semestre del pasado año.

En total en los seis primeros meses del año el COAG ha visado 1.650 viviendas, frente a las 2.312 del mismo período del año pasado y las 2.800 registradas en 2010. El dato es especialmente preocupante en las ciudades. Las siete grandes han registrado el número más bajo de viviendas visadas desde hace 30 años. En la capital orensana solo se visaron 17 viviendas en el primer semestre. Las ciudades que aguantan mejor, por el momento, son Santiago (138 viviendas visadas) Vigo (128), Lugo (108) y A Coruña (107). Ferrol (30 registros) y Pontevedra (58) también presentan cifras desoladoras.

Los datos revelan que en 89 municipios no se realizaron visados, lo que supone un porcentaje del 28%, el más alto de la década. La provincia con menos actividad fue Ourense con tan solo 123 viviendas visadas (7,45% del total). En Lugo se registraron 281 visados (17,03%), en Pontevedra, 559 (33,88%) y en A Coruña, 687 (41,64%). Ames (15) y Ribadumia (1) fueron los únicos ayuntamientos de Galicia en los que se registraron visados de viviendas protegidas, que suponen tan solo el 1% del total de registros. Uno de los pocos datos positivos fue la subida del porcentaje de visados para rehabilitación de edificios (454), que ya suponen el 27,5% del total.

Duarte indicó que ante esta situación son necesarias medidas para facilitar una recuperación del sector de la construcción, especialmente en lo que se refiere a rehabilitación y a construcción de vivienda protegida. Concretamente, reclamó a la Xunta que reúna todas las ayudas que existen para rehabilitación para que los particulares puedan afrontar la renovación de sus viviendas con una pequeña ayuda. En esta línea, apuntó que podría implicarse a las empresas de energía para que apoyen de algún modo a sus clientes a la hora de emprender cambios en el equipamiento energético de las viviendas.

Además, el decano del COAG insistió en que debe producirse un consenso político para mejorar la Lei do Solo y permitir que los ayuntamientos puedan adaptarse más fácilmente a ella a la hora de hacer su planificación urbanística. “La ley debe contar con un consenso político y social y debe ser un texto abierto, que tenga en cuenta las necesidades de los distintos tipos de municipios. No se puede regular todo”, concluyó el responsable del COAG. Añadió, además, que la protección de la costa no debe hacerse atendiendo sólo a un criterio de distancia, sino que habría que ponderar los “valores” de la línea costera en cada caso.