De pescador a empresario turístico
Sant Carles de la Ràpita sortea la crisis poniendo en valor los recursos locales Numerosos agricultores locales explican su actividad como guías turisticos
“You! ¡Ven aquí!”, le dice en una mezcla de inglés y castellano Mariano Zaragoza, conocido en Sant Carles de la Ràpita (Montsià) como Mayan, a una turista rusa zambullida entre redes de pesca en la bahía de los Alfaques. Ella se acerca y juntos consiguen atrapar con las manos una reluciente dorada que trataba de esconderse en la arena del fondo marino. La hazaña ha sido grabada por otro turista ruso con Ipad desde el agua y, como él, sin miedo a mojar el aparato decenas de cámaras han disparado los flashes para inmortalizar el momento. Es un viernes de finales de julio y a mediodía Mayan y otros pescadores autóctonos ya han repetido los mismos movimientos con una treintena de turistas rusos hasta rellenar dos cajas con doradas.
“Aquí pescamos a la paupa, soy la quinta generación de mi familia, que utiliza esta técnica; ahora vosotros también la aprenderéis”, explica Mayan al grupo mientras un operador turístico traduce sus palabras. Los turistas, venidos desde la Costa Daurada, se han desplazado por la bahía en una decena de pequeñas embarcaciones conducidas por ellos mismos y, tras la pesca, se dirigen también con ellas a realizar una ruta por las mejilloneras locales. Allí Agustí Bertomeu, de 72 años, conocido en la zona como L’Avi Agustí, les explica la historia, el cultivo y las fases de la producción del mejillón y de la ostra local mientras los turistas los degustan.
Gracias a estas visitas L’Avi Agustí, tras 30 años dedicado a la producción de marisco, combina ahora esta actividad con la de empresario y guía turístico. Lo mismo ocurre con Mayan y numerosos agricultores locales porque cualquiera puede comprar paquetes de actividades tan variados como degustar los peces que uno mismo ha capturado en un restaurante local, así como practicar surf, realizar una ruta por las plantaciones de cítricos y cocinar las diferentes modalidades de arroz cultivado en la zona.
Todas las actividades son canalizadas por la Estación Náutica de Sant Carles de la Ràpita, una asociación de empresarios, colectivos e instituciones surgida en 2009, cuando la crisis económica empezaba a vislumbrarse y Rosa Rochet, técnica de Turismo del Ayuntamiento, decidió revitalizar el territorio aprovechando los recursos existentes tras acudir a unos talleres de la consultoría de economía del conocimiento Hèlix3C.
“Empecé a pensar en los productores locales como un modelo de cooperación, vi la posibilidad de recuperar oficios, crear productos híbridos. Ahora, por ejemplo, los pescadores no han dejado su trabajo, pero lo combinan con las visitas, así, además de poner en valor su oficio, ofrecen emociones a los turistas”, explica Rochet.
Con esta iniciativa turística, en la que no ha sido necesario realizar inversiones económicas, la localidad está saliendo indemne de la crisis. “Es un modelo de cooperación sostenible creado entre todos, estamos teniendo muchas reservas, en un momento de crisis económica nos hemos servido de la creatividad sin perder de vista la realidad de lo que somos como territorio”, cuenta Rochet.
Crearon un colectivo de cocina y hay 14 restaurantes y 14 productores implicados, unas 70 empresas asociadas y también tienen acuerdos con agencias de viajes y operadores turísticos. Rochet explica que la oficina de turismo recibe 200 visitas diarias de turistas y que el 25% contrata alguna actividad. La mayoría son barceloneses y rusos. En 2011 se vendieron 1.500 reservas, el 30% más que el año anterior. Para Hèlix3C, el de Sant Carles de la Ràpita es el caso más exitoso dentro de los planes de reactivación territorial que ofrecen. El proceso se remonta al año 2005, cuando consiguieron reunir a 120 empresarios locales y les sugirieron diferentes formas de reinventarse. “Estamos unidos a la marca Turespaña, competimos con las ciudades más importantes y eso nos ha dado prestigio”, explica Rochet.
“Solo saldremos de la crisis dejando de hacer las mismas cosas, activando el talento de las personas y uniéndonos, conjuntar voluntades es cocrear oportunidades”, afirma Pere Monràs, socio fundador de Hèlix3C. Según explica Rochet, en Sant Carles de la Ràpita muchos jóvenes se están interesando también por el proyecto, como los amantes del surf, quienes ven como su afición puede convertirse en un modelo de negocio asociándose con la estación náutica para ofrecer alquileres de tablas y clases particulares.
Monràs destaca la implicación del Ayuntamiento para sacar adelante estas iniciativas. “Es una red que ha ido creciendo, no puede hacerse solo con la magia de alguien. El interés del Ayuntamiento ha sido fundamental para unir al conductor de las barcas, al restaurador, al pescador y al propietario de los alojamientos. Se activaron todos los recursos existentes y se ha logrado incrementar el turismo, en especial el procedente de Rusia”, sostiene el socio fundador de Hèlix3C. Desde su consultoría Monràs también ha llevado a cabo experiencias similares, como en Matarraña (Aragón), donde hicieron un taller alrededor del mundo del caballo bajo el lema Conjuntar voluntades es crear oportunidades.
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