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jazz
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Chano sopla las velas

El Café Central celebra su 30 aniversario con la actuación del pianista gaditano

Chano Domínguez ayer en su primera noche de actuación en solo en el Café Central.
Chano Domínguez ayer en su primera noche de actuación en solo en el Café Central.SAMUEL SÁNCHEZ

El 18 de agosto hará 30 años que un grupo de estudiantes involucrados en la lucha antifranquista fundaron el Café Central en la plaza del Ángel sobre lo que era un polvoriento almacén de marcos y cristales. “Nuestra idea era crear un club de jazz en pleno centro de Madrid”, recuerda Gerardo Pérez, socio fundador, “y, aunque con muchos problemas y sin grifos en las cañerías durante los primeros meses, lo conseguimos”.

Ya nadie se acuerda de aquellos Mikropunto que ocuparon el escenario la noche de la inauguración. Pero lo que cuenta es que los padres de la criatura siguen dispuestos a dar guerra. Gracias a ello, hoy podemos rememorar sin nostalgia tantas noches de jazz y rosas en un club que hubiera merecido ser visitado por Ava Gardner en sus correrías madrileñas. Quienes hemos vivido sus días de gloria, solemos remontarnos a actuaciones memorables de George Adams y Don Pullen, Randy Weston, Mal Waldron, Lee Konitz, Sam Rivers, Tal Farlow...

Cartel de homenaje

  • Chano Domínguez. El pianista gaditano navegará por las fronteras entre el jazz y el flamenco hasta el 5 de agosto. 19 euros.
  • Zenet. El malagueño, showman y batidora de estilos musicales, tomará el escenario entre el 6 y el 12 de agosto. 15 euros (lunes, 14 euros).
  • Paquito d'Rivera Madriz Project. La estrella del latin jazz, acompañado de cubanos residentes en Madrid. Del 13 al 19 de agosto. 25 euros (lunes, 23).
  • Javier Colina & Perico Sambeat & Marc Miralta.Trío de talentos (saxo, contrabajo y batería), del 20 al 26 de agosto. 15 euros (lunes, 13).

Pero no todo tiempo pasado fue mejor. En 1994, el Central estuvo en un tris de cerrar. Se libró gracias a la generosidad de Tete Montoliu. El pianista accedió a tocar todo el mes de agosto en condiciones económicas muy ventajosas. Sus actuaciones a club lleno fueron el mejor lenitivo para un enfermo que recuperó el aliento.

Hoy la situación tampoco es ideal. No es solo la crisis, sino el horario de actuaciones impuesto por los nuevos vecinos que, a nada de instalarse, ya estaban protestando por un quítame allá ese solo. Total, que si en 1994 Montoliu hubo de acudir al rescate, 18 años más tarde será otro pianista quien deberá obrar el milagro de la multiplicación de los panes y las entradas: Chano Domínguez. La elección no es fortuita: salvando diferencias de estilo, Chano es lo más parecido al discípulo que pudo tener el catalán. Él se encargará de inaugurar la programación especial para festejar los 30 años. “Pretendemos que sea una celebración de la vida”, asegura Pérez. Victimismos, los justos.

La noche de ayer, primera de Chano, fue de lleno total. Será porque al jazzista lo tiene secuestrado su nuevo manager, toda una novia celosa, y es más fácil escucharlo en Osaka que en Madrid o Cádiz. Mal asunto. A Chano hay que seguirle la pista, y más si toca en solo, donde viene mostrándose como uno de los grandes.

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El gaditano lo toca todo, y bien. Da igual si son sus composiciones —con ese caminar entre el flamenco, el jazz y un algo que no se sabe bien qué es porque le pertenece solo a él— o las de Thelonious Monk. El gaditano le rindió pleitesía ayer con una interpretación convenientemente descoyuntada de la endiablada Evidence. Tampoco faltaron versiones del Fuego Fatuo de Falla, Gracias a la vida o La tarara, con la que pone al personal a hacer los coros. De postre, Michael Jackson: Black and white. A su estilo, claro.

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