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Un mal momento para multas y ventas

La sanción que debe pagar a Orange supone más de un lustro de beneficios

P. G.

La profunda reorganización que debe afrontar el accionariado de Euskaltel llega en el peor momento para la operadora vasca. En este 2012 se han sumado tres cuestiones que, por separado, ya podrían haber desequilibrado las cuentas de la telefónica, pero juntas están suponiendo una auténtica revolución.

En primer lugar figura la crisis, que ha venido acompañada de una feroz competencia en el sector de las telecomunicaciones y ha estrechado los márgenes económicos de las empresas de manera considerable.

En segundo lugar, la sanción de 222 millones de euros que deberá de pagar Euskaltel a Orange. La compañía francesa demandó a la vasca en 2006 por romper su acuerdo comercial con Amena —actual Orange— y comenzar a ofrecer sus servicios de telefonía móvil con su competidora Vodafone. Ello le ha abierto un frente a Euskaltel que le obliga a ampliar capital y a diluir el control de su socio de referencia, Kutxabank. Y se suma a la revisión de las normas de contabilidad bancaria europea que penalizan a las participaciones mayoritarias.

Y, finalmente, este ejercicio ha terminado la vigencia del contrato de arrendamiento de la red de fibra óptica del Gobierno en un contexto político menos favorable para sus intereses con un Ejecutvio que no es del PNV, después de 30 años ininterrumpidos de andatosa nacionalistas.

El caso es que la multa a Orange, que supone más de cinco años de beneficios de la operadora, ha llegado en un momento en el que Kutxabank tiene que dejar de ser el accionista mayoritario. De la sanción, 111 millones se pagaron con recursos propios en junio pasado y una cantidad similar con un crédito de Kutxabank en julio.

En ese marco, el acuerdo para pagar al Ejecutivo la compra de la red en acciones es la solución menos mala. Hasta ahora. Euskaltel pagaba al Gobierno el 1,5% del total de los recursos brutos obtenidos con el uso de la red. La última anualidad ascendió a 3,5 millones de euros. Ahora hay que ver si los inversores acaban por cerrar la operación en los parámetros que ha diseñado el banco Citi, por encargo de Kutxabank.

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Sobre la firma

P. G.
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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