Economía endosa a Ibarretxe casi uno de cada tres euros de la deuda pública
El Ejecutivo pasa al contraataque ante las acusaciones de insolvencia del PNV
El consejero de Economía, Carlos Aguirre, abandonó ayer el tono tranquilo habitual en su discurso para ponerse al frente del contraataque electoral del Gobierno contra los recurrentes ataques del PNV no solo a la política económica del Ejecutivo, sino a la propia solvencia de sus cuentas. En uno de sus discursos públicos de mayor dureza de la legislatura, pese a su tono sin altibajos, el consejero aportó una avalancha de datos para desmontar las tesis del PNV y de su presidente, Iñigo Urkullu, que insisten en la quiebra del Gobierno, su falta de liquidez y el excesivo endeudamiento que, acusan, va a dejar de herencia al próximo Ejecutivo. Un Ejecutivo que los peneuvistas se sienten llamados a ocupar.
Citando hasta los saldos de las cuentas corrientes públicas para despejar las dudas y centrar el agrio y previsible debate electoral sobre este asunto, Aguirre descalificó al tripartito de Juan José Ibarretxe por tomar decisiones económicas equivocadas y gastar el dinero público a manos llenas entre 2005 y su salida en 2009. Y ello hasta el punto de que el consejero endosó al tripartito la responsabilidad de cerca de uno de cada tres euros de la actual deuda pública acumulada del Gobierno, cifrada a fecha de hoy en 5.543 millones.
Las Diputaciones tienen pendientes aplazamientos por 572 millones
El consejero no llegó a acusar al anterior Gabinete de adoptar esas decisiones de forma “deliberada” o “de irresponsabilidad política”, como se le preguntó, por dejar un agujero de 1.425 millones de euros —casi la cuarta parte del presupuesto del AVE vasco— entre 2008 y el comienzo de 2009, incluyendo la carga financiera y los gastos paralelos, cuando la crisis ya galopaba en Euskadi.
Se limitó a decir que “se les fue la mano”, al hacer unos presupuestos expansivos para ese último año; al ampliar créditos para determinadas partidas en vez de ajustar gastos cuando las recaudaciones tributarias ya apuntaban a la baja, y al ejecutar en apenas cuatro meses, entre enero y abril de ese año, el 80% del presupuesto sin correcciones de ningún tipo, pese a saber que la recaudación iba a desplomarse. A final de año cayó en torno a 1.771 millones de euros.
Aguirre: “Es una infamia repetir que el Gobierno vasco está en quiebra”
Dirigentes del PSE sí creen, tras ver los números ofrecidos por el consejero, que el PNV maniobró para ahogar económicamente al Gobierno de Patxi López. “Recibimos una herencia envenenada”, se limitó a decir Aguirre, tras precisar que para abril de 2009, en vísperas de salir del Ejecutivo, el tripartito ya se había comido 1.616 millones de los 2.262 millones de remanentes que le quedaban de 2007. De esos 601 millones que teóricamente heredó López y su equipo, apenas usó 346. En diciembre de 2009, quedaban 255 millones de remanente en caja que no pudieron cubrir ni una sexta parte de esos 1.771 millones de euros de menos que recaudaron las tres Diputaciones, entonces en manos todavía del PNV, sobre sus propias previsiones. “Es indecente que encima nos culpen a nosotros de esto”, recalcó el consejero.
Urkullu: “Una broma de mal gusto”
El presidente del PNV y su candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, calificó ayer de "broma de mal gusto" que el Gobierno culpe al Ejecutivo de Juan José Ibarretxe de parte de su endeudamiento, pero no entró a comentar los datos concretos. Urkullu respondió a través de su cuenta en Twiter. "Es una broma de mal gusto y una falta de respeto que el Gobierno de López culpe de su endeudamiento al de Ibarretxe tres años después", escribió.
El parlamentario de su partido y vicepresidente segundo del recién disuelto Parlamento, Iñigo Iturrate, fue más prolijo en sus críticas y consideró “grotesco” que “a estas alturas” el consejero de Economía, Carlos Aguirre, intente endosar la culpa de la situación económica al tripartito “y no asuma la responsabilidad que le corresponde”. “Es la traca final de un Gobierno ineficaz e irresponsable, que ha decidido acabar sus días de la peor de las maneras”, abundó.
Iturrate incidió en que “lo cierto es que han multiplicado por diez la deuda, pasando de los 642 a los 6.500 millones de euros, con una actuación que hipoteca el futuro de Euskadi, el bienestar de los ciudadanos y la capacidad de acción de los próximos Gobiernos”. Cerca de mil de esos 6.500 millones correspnden a sociedades como la gestora del vizcaíno Bilbao Exhibition Centre, que supone casi 400 millones y que la nueva contabilidad europea obliga a computar en sus cuentas al Ejecutivo autónomo.
Iturrate añadió que el Gabinete va a gastar este año mil millones más de los que tiene y eso “solo va a servir para crear más deuda, más paro y más recesión”. Datos de los que tendrá que responder Aguirre, “en lugar de buscar las responsabilidades en otros”, concluyó.
“Posiblemente la deuda atribuible al PNV será más de uno de cada tres euros”, precisó Aguirre y recordó que el problema ya venía de atrás, de unas cuentas “desbocadas” en manos de los sucesivos Gabinetes peneuvistas, que iban creciendo a un ritmo del 10% anual desde 2005, con un déficit del 4% —ahora el objetivo es el 1,5%— y con una quiebra de recaudación de 2.800 millones en el periodo.
Y remató con una frase contundente que eleva el tono del enfrentamiento económico entre ambas formaciones: “Una infamia repetida por el principal partido de la oposición es que el Gobierno está en quiebra, que no puede hacer frente a sus compromisos, y que hemos disparado la deuda”.
A fecha de 20 de agosto pasado las Diputaciones adeudan al Gobierno 572 millones de euros por aplazamientos de pago solicitados y concedidos para solventar precisamente la falta de liquidez de las instituciones forales. Bizkaia tiene pendientes de pagar 59 millones, Álava, 155, y Gipuzkoa, 358 millones.
Aguirre no quiso polemizar sobre los aplazamientos de deuda que las Diputaciones están concediendo a las empresas por el pago de impuestos, y evitó extender la sospecha de que están siendo superiores para perjudicar al Gobierno, y recuperarlas en 2013, con un nuevo ejecutivo.
“La quiebra del sistema se hubiera producido” de seguir el PNV en el poder y no tomarse medidas “porque el gasto subió entre 2005 y 2009 un 41% y el PIB sólo un 12,7%”, concluyó.
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