NCG se reducirá hasta alcanzar el tamaño de la antigua Caixanova
Los sindicatos temen una nueva ola de despidos impuesta por Bruselas
Tenemos la sensación que nuestros sacrificios nunca son suficientes. Nuestros planes nunca se cumplen, nuestro futuro nunca se escribe”. Los sindicatos de Novagalicia Banco (CC OO, CSICA y UGT), trasladan con estas frases el temor de los cerca de 5.800 trabajadores sobre la entidad, sumida en su séptimo plan de restructuración, con la incógnita de que todo está por definir, todo depende “de lo que pida Troika” (FMI, BCE, UE) a cambio del dinero para la recapitalización, 7.176 millones.
Según cálculos que realizan las centrales, los sacrificios que tendrá que hacer la entidad gallega para recibir la inyección de Bruselas harán que su tamaño termine en la horquilla de entre 30.000 y 40.000 millones en activos. Cuando se integraron, Caixanova tenía casi 32.000 millones en su balance frente a los 46.339 de Caixa Galicia. El argumento era, hace menos de tres años, que había que “ganar tamaño”, para afrontar el futuro. Ahora hay que perderlo. “Estamos trabajando para que el banco siga siendo una entidad gallega. Es cierto que será más pequeño, pero también que estará más saneado”, asegura un portavoz que asegura que no hay cifras cerradas. Los tres próximos años, si todo va según los planes actuales, NCG sufrirá una profunda reestructuración, mucho más dura que la vivida hasta ahora.
A partir del tercer año entrará en fase de venta, periodo que durará 24 meses. Para eso se venderán activos, entre ellos EVO Banco, creado hace menos de un año como una entidad independiente dentro de Novagalicia. Su estructura se apoya en las 120 oficinas que las cajas tenían fuera de Galicia y Asturias, con 640 empleados. No hay cifras de la rentabilidad de EVO ni ofertas sobre la mesa, aunque el presidente de NCG, José María Castellano, insiste en que hay “interés”, de otras entidades por hacerse con él. Fuentes internas añaden que se está preparando el cuaderno de venta.
Junto al traspaso de los activos inmobiliarios (créditos a promotores y pisos adjudicados), otra de las medidas será la venta de su 49% del Banco Gallego, que lleva meses preparando su propio plan para evitar ser nacionalizado.
Tensiones por la salida de Tellado
Oficialmente el despido del director financiero, Enrique Tellado, la semana pasada, obedece discrepancias en la defensa del proyecto trazado por la cúpula de la entidad, sin más detalles. Oficiosamente, la salida vino precedida por un choque entre Tellado y el consejero delegado, César González-Bueno, contra el modelo de negocio que el segundo defiende a través de la franquicia EVO Banco. Tellado trasladó esa y otras dudas sobre el diseño de NCG actual a los propios responsables de la Troika y eso, como recordó Castellano ante los sindicatos, “no se puede admitir”. La fisura ha enrarecido el ambiente entre los puestos directivos. Y a pie de calle, en las oficinas, la plantilla teme otra ola de indignados cuando a mediados de diciembre se conozcan las quitas a las que estarán sujetas las participaciones preferentes y subordinadas, que también afectarán a los accionistas actuales (Novagalicia e inversores privados). Su único consuelo es que, por ahora, los jueces han rechazado imputar al personal de oficina en los procesos de reclamación por las preferentes.
La Troika exige que el coste de la restructuración sea el menor de los posibles, lo que significa que la próxima ola de despidos será mucho más dura que las anteriores y en peores condiciones. NCG ha ejecutado dos ERE: el primero, para 1.230 empleados, se amplió a otros 350. La segunda regulación, actualmente en vigor y vigente hasta abril de 2014, busca la salida de 350 trabajadores. Por el momento se han adherido 130. “La reducción del empleo en el sector de las cajas (en España) de 2008 al 2011 es de un 11,1%. En NCG Banco pretendemos llegar a la reducción de plantilla del 48%”, braman las centrales, que calculan, aunque no lo hacen público, que los nuevos recortes que se avecinan pueden llegar a suponer más de 1.500 nuevas salidas.
Paralelamente critican que se hayan ampliado las contrataciones externas más allá de las necesarias, como la tramitación de los casos de participaciones preferentes, que está en manos de PWC. “Hay una lista interminable de empresas trabajando para nosotros mientras el banco echa gente a la calle”, resume desde UGT José Ramón del Pliego. Entre otras, los sindicatos señalan que la recuperación de deudas se ha dejado en manos de las firmas Promosoft y Geslico, mientras que el grupo inmobiliario ha fichado a Boston Consulting y para la simplificación de procesos se ha optado por la consultora Accenture.
En suma, la nueva vuelta de tuerca hace que llueva sobre mojado: “La situación dentro de NCG se parece al síndrome de la rana hervida: se va cociendo tan lentamente que muere sin haber intentado salir de la cazuela”, ironiza un empleado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.