La secesión entra en la universidad
La Pompeu Fabra acoge un debate a siete bandas sobre el modelo territorial y social de Cataluña Más de 500 alumnos abarrotan el auditorio
El escenario político que se abre en Cataluña tras el 25-N llegó ayer a la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, con un debate a siete bandas que abarrotó el auditorio y que presenciaron más de 500 estudiantes. Ofició de presentador y moderador Nacho Corredor, el joven que preside la organización Deba-t.org.
El debate se estructuró en dos bloques (modelo social y modelo territorial), pero desde el principio se impuso el primero, tanto en las intervenciones de los diputados, como en la veintena de preguntas incisivas a los asistentes. Los mayores gestos de aprobación los cosechó Alfons López Tena (SI), con su “España nos roba” que repitió varias veces. Le replicó Jordi Cañas (Ciutadans), verbalizando su preocupación por que una parte del auditorio aplaudiera un discurso similar al de Umberto Bossi y la Liga del Norte.
Jordi Turull (CiU) y Santi Rodríguez (PP) recibieron ligeros abucheos. “No estamos expulsando el talento”, dijo el portavoz nacionalista, al que replicó Dolors Camats (ICV): “No solo no lo expulsáis, sino que lo animáis a irse”, en referencia a unas declaraciones de hace meses del consejero Andreu Mas-Colell.
Rocío Martínez-Sampere navegó entre dos aguas con el discurso federal del PSC, evocó la obra del tripartito y defendió el modelo de escuela catalana “que se están cargando entre CiU y PP”, dijo. “Tú eres un ejemplo de éxito de ese modelo, capaz de hablar en castellano y catalán”, espetó la diputada socialista a Cañas, ante la aprobación de los universitarios. Y el diputado de C’s no perdió comba para recordar las escuelas elitistas en las que habían cursado o cursan estudios los hijos de Artur Mas y de José Montilla.
En esta línea, Oriol Amorós (ERC) recordó que Alejo Vidal-Quadras, también llevó a sus hijos a escuelas que practicaron la inmersión en inglés, un método que tanto critica el eurodiputado si es en catalán. Amorós reclamó la independencia de Cataluña como la única garantía de salvaguardar el Estado de bienestar y advirtió de que no censuraría a ningún partido soberanista. Por eso, rechazó entrar al trapo cuando López Tena le reprochó que no hubiera una candidatura unitaria de todas esas fuerzas. Turull quiso evitar equívocos y pronunció la palabra “independencia”, para añadir después que la federación nacionalista no tiene reparo en hacerlo, pero matizó que le parecía más apropiado hablar de Estado propio por aquello de la soberanía compartida en la Unión Europea.
Santi Rodríguez arremetió contra el déficit que dejó el tripartito y el copago sanitario de CiU, para acabar diciendo que no hay margen para cambiar el modelo social que está aplicando Mariano Rajoy. También defendió al PP como partido autonomista y elogió el marco de la Constitución y del Estatuto, lo que sirvió a Camats para “celebrar” esas palabras y recordarle el recorte que vino tras el recurso de aquel partido ante el Tribunal Constitucional.
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