Ana Botella asegura que no dimitirá porque se siente legitimada por las urnas
Seis de los 11 primeros nombres de la lista del PP se han ido o han caído por el Madrid Arena La tragedia en la que murieron cinco jóvenes le cuesta el puesto a dos de sus siete 'ministros'
La lista del Partido Popular encabezada por Alberto Ruiz-Gallardón obtuvo el 50% de los votos en las elecciones municipales madrileñas del 22 de mayo de 2011. Su principal promesa fue impulsar la creación de 150.000 empleos. Desde entonces, el paro ha aumentado en la ciudad en 29.353 personas (un 13,3%). Gallardón abandonó la alcaldía en diciembre, tras ser nombrado ministro de Justicia. De la lista original que conquistó aquellos comicios con mayoría absoluta, seis de los 11 primeros nombres, los principales, se han marchado o los ha barrido la tragedia del Madrid Arena.
La alcaldesa, Ana Botella, no cree sin embargo haber perdido legitimidad: "Las listas se votan en su totalidad. Nunca he pensado en arrojar la toalla", ha explicado esta mañana. La última baja de su equipo es precisamente su número dos durante este año de mandato, Miguel Ángel Villanueva, al que destituyó ayer aunque hoy, faltando a la verdad, ha querido hacerlo pasar por una dimisión voluntaria. "Decidí reestructurar el Gobierno cuando Villanueva presentó su dimisión", ha añadido. Eso tampoco es cierto. Los cambios estaban preparados, y el vicealcalde de enteró de su cese a las seis de la tarde. Esta mañana, Botella ha señalado: "No he perdido la confianza en Villanueva. Ha sido un colaborador leal que ha desarrollado todas sus competencias con el máximo esfuerzo y honestidad. Le aprecio en lo personal y en lo político".
Botella destituyó al vicealcalde para tratar de pasar página a la tragedia en la que perdieron la vida cinco jóvenes en la noche de ánimas. Sin embargo, no hay ningún indicio hasta el momento que apunte a una responsabilidad de ningún tipo de Villanueva en la tragedia. Las informaciones periodistas publicadas al respecto sólo han probado que conocía al organizador de la fiesta, Miguel Ángel Flores, pero nada indica, hasta la fecha, que maniobrase en su favor. Esta mañana, el fiscal general de Madrid, Manuel Moix, ha asegurado que "no hay datos para pedir su imputación, que es absolutamente improbable". Su cese tiene como objeto cortar cualquier relación del Ayuntamiento con la tragedia, una vez que otro punto flaco, Pedro Calvo, también dejó el cargo en noviembre tras ser imputado por el juez como responsable político de alquilar el pabellón municipal a Flores. Sin embargo, queda otro: Antonio de Guindos.
Lissavetzky: "Botella ha destrozado su escasa legitimidad"
“Madrid necesita un líder político y alguien que gestione bien y Ana Botella no tiene ni lo uno ni lo otro”, ha señalado hoy el portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky. En su opinión, el Gobierno local vive en una situación de “interinidad” tras sufrir dos restructuraciones en solo un año. Y el cese de su ‘numero dos’, Miguel Ángel Villanueva, “ha acabado con la escasa legitimidad de la alcaldesa”, cuya gestión considera “una chapuza permanente”. El vicealcalde ha dicho que se va para que se serene el Ayuntamiento. ¿Significa que la alcaldesa está intranquila? Y si lo está, ¿por qué?”, ha añadido. “Heredar el cargo puede ser legal, pero luego hay que legitimarlo y Botella ha destrozado la escasa legitimidad con que contaba”, ha concluido.
El delegado de Medio Ambiente y Movilidad ha perdido en esta remodelación las competencias de Seguridad, pero no se puede borrar que fuera responsable en el momento de la tragedia de la Policía Municipal y de los servicios médicos de emergencia (Samur). Las familias de las víctimas han pedido su imputación, aunque la fiscalía lo considera "prematuro". Botella le ha defendido esta mañana: "Es una de las personas más importantes en el Ayuntamiento; es un lujo tenerlo aquí". También ha "respaldado absolutamente" a la hasta ayer número dos de De Guindos, Fátima Núñez, que pasa de coordinar la Seguridad a llevar el distrito de Carabanchel.
La primera decisión de la alcaldesa, a principios de año, fue eliminar el área de Seguridad en aras de una supuesta austeridad. La integró así con Medio Ambiente y Movilidad, bajo el mando de De Guindos, que aglutinó más de la mitad del presupuesto municipal en sus manos. Ahora vuelva a obtener personalidad propia, y queda al mando de Enrique Núñez, uno de los políticos con mayor proyección en el Ayuntamiento (antes de la tragedia era concejal de Centro; cubrió el hueco de Calvo como delegado de Economía, encabezó la comision de investigación, y ahora asume una de las responsabilidades más peliagudas, en pleno conflicto dentro de la Policía Municipal).
"La situación objetiva es diferente a la del año anterior", ha explicado la alcaldesa para justificar su rectificación. Se ha referido de pasada al incremento de manifestaciones en la ciudad, pero en los últimos meses el Ayuntamiento se ha enfrentado a tres grandes crisis propias, y las tres en ese área: los disturbios en la fiesta de la MTV, el incendio en los túneles de la M-30 (que costó la vida a dos trabajadores y destapó graves fallos de seguridad en la instalación) y el Madrid Arena.
"Si se cometen errores, debemos preservar sobre todo la institución", ha dicho Botella. Ahora, la alcaldesa queda como única responsable, junto a De Guindos, que no ha rendido cuentas por la tragedia del Madrid Arena. Ayer, el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, pidió su dimisión de nuevo.
"Tenemos que tener una estructura más ágil y austera, adaptada a la realidad del presente. Creo en los Gobiernos compactos. Pienso que se pueden hacer todas las funciones con una mayor economía de medios. Los sacrificios que pedimos a los españoles tienen que reflejarse en sus gobernantes", ha dicho esta mañana Botella para justificar su reestructuración. Sin embargo, ha sido incapaz de cuantificar el ahorro previsto por estos cambios, que no suponen la eliminación de ningún área de Gobierno.
Seguridad recupera su espacio, pero lo hace a costa de Economía y Empleo, que se integran dentro de Hacienda, bajo el mando de Concepción Dancausa, la nueva primera teniente de alcalde y, por tanto, formalmente número dos aunque no se la denomine vicealcaldesa. Es decir, Empleo deja de tener un área de Gobierno propio y se suma a Hacienda, un área ha muy ocupada de por sí: desde las elecciones de mayo de 2011, el Ayuntamiento ha presentado cinco planes de ajuste consecutivos, y su deuda a los bancos, superior a 6.600 millones de euros, no sólo no ha disminuido sino que se ha incrementado al aflorar las facturas impagadas por Alberto Ruiz-Gallardon a los proveedores.
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