Instituciones a la espera de consensos
La falta de acuerdo entre partidos impide la renovación del Consello de Contas, el Valedor do Pobo, la Fegamp y el escaño de senador autonómico
La bronca con la que ha empezado la legislatura y el divorcio total entre Gobierno y oposición, escenificado mil veces en el Parlamento, tiene efectos secundarios también sobre otras instituciones atenazadas a la hora de cubrir los puestos vacantes que requieren de mayorías reforzadas. Organismos como el Valedor do Pobo, el Consello de Contas, la Federación Galega de Municipios e Provincias e incluso el Senado mantienen desiertos algunos puestos relevantes, a la espera de que Gobierno y oposición se pongan de acuerdo en algo. Como Valedor, por ejemplo, sigue ejerciendo de interino José Julio Fernández Rodríguez, doctor en Derecho próximo al Partido Popular que asumió el cargo de manera provisional el pasado mayo cuando dimitió el titular, Benigno López, tras el escándalo que propiciaron sus declaraciones justificando los recortes y algunas noticias sobre sus viajes y sus gastos de representación.
Paradójicamente, la llegada de este interino que solo cuenta con el apoyo del PP ha contribuido a pacificar la institución y puso fin a la zapatiestas que abonaba su antecesor, este sí designado con el apoyo unánime de todos los grupos en tiempos del bipartito. La designación de su sucesor precisa del refrendo de tres quintas partes de la Cámara, con lo que los populares necesitan sumar otros cuatro diputados (bastaría el apoyo de uno de los grupos de la oposición) para acometerlo. No es previsible en el actual clima de confrontación que ni AGE, ni el Bloque, ni siquiera el PSdeG le vaya a prestar ese apoyo. Socialistas y populares admiten que no hay visos a corto plazo de una negociación que también debería abordar el caso del Consello de Contas, donde permanece vacía la silla que dejó el fallecido José Antonio Orza, exconselleiro de Economía de Fraga, y vence el mandato de otros dos conselleiros antes del verano.
Un par de puestos de perfil ejecutivo en la Federación Galega de Municipios e Provincias también aguardan por esos consensos que no acaban de llegar. Aunque socialistas y populares tenían un acuerdo cerrado prácticamente desde el nacimiento de la institución, también aquí han surgido discrepancias de última hora entre ellos.
El PSdeG, entretanto, espera para cubrir el escaño desierto desde las elecciones autonómicas en el Senado, cuando el secretario de Organización, Pablo García, cambió la Cámara Alta por el Parlamento gallego. Este nombramiento no requiere de mayoría reforzada, pero es tradición en el Parlamento gallego que los senadores por designación autonómica sean investidos con el acuerdo de todos los partidos mediante un sistema de turnos rotatorios.
La ruptura de relaciones entre las siglas mayoritarias también frustra la conversión de la Compañía Radio Televisión de Galicia en una Corporación que tanto socialistas como populares pactaron en la ley de medios públicos aprobada en noviembre de 2011. El proceso acumula retrasos derivados de la tardanza de la Xunta y de la dirección del ente público en tramitar la transformación prevista en la norma. El PSOE ha recriminado públicamente al Partido Popular sus incumplimientos. Critica que el mandato marco, las instrucciones para el funcionamiento de la futura corporación durante los próximos nueve años, llegase tarde y sin que apareciera especificado el plan de financiación. Desde el PP alegan que remitieron a los socialistas la filosofía general, con el objetivo de poder pactar las cuestiones más sensibles.
Solo cuando ambos partidos acuerden unos mínimos se podrá abordar la elección del director general que, según la ley aprobada en el Parlamento gallego, deberá contar con el respaldo de dos tercios de los diputados autonómicos (50 <TH>de los 75). Dicho de otro modo, para que por fin haya un gestor independiente de los medios de comunicación públicos, los populares están obligados a asociarse con el PSdeG o tratar de sellar una alianza con AGE que hoy se antoja más difícil.
Fuentes del PP aseguran que el liderazgo provisional de Vázquez en el PSdeG no facilita las cosas y temen que, de producirse un relevo, su sustituto tampoco vaya a propiciar un acercamiento a los populares recién aterrizado en la secretaría general. Los socialistas atribuyen a la mayoría reforzada de Feijóo los problemas para alcanzar consensos. Sostienen que las llamadas al diálogo del presidente son mera retórica que no se compadece con “el rodillo que luego aplica en el Parlamento”.
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