Inmovilizado el ganado bovino de Colmenar por un brote de tuberculosis
La resolución de Medio Ambiente propone una caza intensiva en Colmenar Viejo
A partir de hoy el ganado bovino no podrá salir ni entrar en Colmenar Viejo (46.300 habitantes), si no cuenta antes con un riguroso análisis veterinario. La Comunidad de Madrid ha decretado este municipio como zona de especial incidencia de la tuberculosis, tras hallar que en 13 explotaciones había ejemplares con esta enfermedad. Las reses tendrán que ser sacrificadas y durante los próximos meses habrá una vigilancia más concreta para evitar que se propague a otros municipios o zonas limítrofes.
Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio explicaron ayer que las cabezas de ganado de más de seis semanas se someten a análisis periódicos para controlar que no se produzcan contagios masivos en las reses y que estas enfermedades degeneren en zoonosis, de forma que los animales las transmitan a través del consumo a las personas.
La resolución firmada por el director general de Medio Ambiente, Juan José Cerrón, recoge una detallada serie de instrucciones que deben cumplir los ganaderos de Colmenar Viejo. Para mover el ganado será “imprescindible” contar con la autorización previa de los servicios veterinarios de la Consejería de Medio Ambiente. Esta prohibición llega incluso hasta los traslados dentro del municipio. Tan solo podrán salir de la localidad, las cabezas que hayan obtenido la calificación de T3 (oficialmente indemne de tuberculosis bovina) y B4 (oficialmente indemne de brucelosis bovina). Esta última enfermedad, conocida como fiebre malta o fiebre ondulante, ataca a varias especies de mamíferos.
La resolución de Medio Ambiente obliga a que las labores de saneamiento se realizarán de forma coordinada en todas las explotaciones. Después y de manera consecutiva, deberán hacerse estos trabajos a los municipios colindantes. De hecho, los respectivos ganaderos deberán colaborar en el diseño de un calendario para la limpieza y desinfección de locales, instalaciones y elementos de manejo. Los responsables de los rebaños también deberán aislar a las reses que hayan dado positivo a los análisis de tuberculosis hasta que sean retiradas para su sacrificio. La orden también prohibe verter a los pastos el estiércol sin que haya madurado previamente tres meses en “un estercolero adecuadamente acondicionado para tal fin”.
La medida busca evitar los contagios entre la fauna y el ganado bovino
Fuentes de la Consejería explicaron que la medida se mantendrá hasta que desaparezca el riesgo para las reses y el eventual consumo humano. De hecho, la resolución establece una pauta muy concreta para evitar que cualquier animal infectado pueda entrar en la cadena alimenticia.
Las explotaciones que tengan fines comerciales dentro de esta zona de especial incidencia tuberculosis tendrán una reglas muy especiales. Los animales deberán proceder de explotaciones calificadas y permanecer en su nuevo ubicación un plazo mínimo de 30 días. “Las instalaciones, como naves y cercados, utilizadas deberán reunir condiciones estructurales que garanticen el aislamiento y estar expresamente autorizados para este fin por los servicios veterinarios oficiales”, obliga la orden. Y en caso de hacer movimientos no autorizados en una explotación destinada al comercio, las consecuencias son claras: “se sacrificarán todas las reses presentes en la misma”. “Dicho sacrificio no devengará derecho a indemnización alguna”, añade.
Un punto en el que incide la orden es en la fauna silvestre. A partir de hoy está prohibida la alimentación de los animales de caza en terrenos que no estén controlados. También se pide que se disminuyan los ejemplares de las especies implicadas en la transmisión de la tuberculosis, en su mayoría mamíferos. A todo ello se unirá “la investigación, detección y eliminación de animales positivos mediante análisis”.
“Los titulares de terrenos cinegéticos deberán establecer un sistema de recogida de residuos de caza en el campo y se intensificará la caza en el municipio a fin de disminuir la densidad de la población cinegética para la cual podrán otorgarse autorizaciones especiales”, establece la norma. Lo que se busca en todo caso es hacer todo lo que sea posible para reducir los contagios entre la fauna silvestre y el ganado bovino.
Este tipo de medidas solo se aplican cuando más del 5% de los rebaños de una zona dan positivo con una o más reses a la tuberculosis. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente explicaron ayer por la tarde que en 13 rebaños se encontraron animales infectados. Eso sí, no pudieron precisar el número de rebaños y de reses que hay en Colmenar Viejo.
La Comunidad de Madrid hace cada año unas 10.000 inspecciones en las más de 4.600 explotaciones ganaderas, que suman 1,6 millones de animales. Según explicó el consejero del ramo, Borja Sarasola, a principios de año, durante 2012 solo se hallaron irregularidades en menos del 4% de los casos analizados y la mayoría correspondía a irregularidades documentales. Tan solo se abrieron 20 expedientes sancionadores, lo que representa menos del 0,5% de las explotaciones ganaderas.
Pastos comunes
La prohibición de movimientos también afecta a la llegada de otros animales procedentes de otras comarcas, de forma que no podrán acudir a pastos abiertos y de aprovechamiento común.
Una cosa en la que incide la orden es que las explotaciones con reses contagiadas debe permanecer aisladas “hasta que no se hayan alcanzado unos índices adecuados de prevalencia de la enfermedad”. “Los pastos deberán disponer de elementos estructurales que garanticen el aislamiento sanitario de los animales, así como las instalaciones de saneamiento ganadero”, recoge la resolución.
La Comunidad de Madrid hace cada año unas 10.000 inspecciones en las más de 4.600 explotaciones ganaderas
La resolución de Medio Ambiente obliga a que las labores de saneamiento se realizarán de forma coordinada en todas las explotaciones. Después y de manera consecutiva, deberán hacerse estos trabajos a los municipios colindantes. De hecho, los respectivos ganaderos deberán colaborar en el diseño de un calendario para la limpieza y desinfección de locales, instalaciones y elementos de manejo. Los responsables de los rebaños también deberán aislar a las reses que hayan dado positivo a los análisis de tuberculosis hasta que sean retiradas para su sacrificio. La orden también prohibe verter a los pastos el estiércol sin que haya madurado previamente tres meses en “un estercolero adecuadamente acondicionado para tal fin”.
Fuentes de la Consejería explicaron que la medida se mantendrá hasta que desaparezca el riesgo para las reses y el eventual consumo humano. De hecho, la resolución establece una pauta muy concreta para evitar que cualquier animal infectado pueda entrar en la cadena alimenticia.
Las explotaciones que tengan fines comerciales dentro de esta zona de especial incidencia tuberculosis tendrán una reglas muy especiales. Los animales deberán proceder de explotaciones calificadas y permanecer en su nuevo ubicación un plazo mínimo de 30 días. “Las instalaciones, como naves y cercados, utilizadas deberán reunir condiciones estructurales que garanticen el aislamiento y estar expresamente autorizados para este fin por los servicios veterinarios oficiales”, obliga la orden. Y en caso de hacer movimientos no autorizados en una explotación destinada al comercio, las consecuencias son claras: “se sacrificarán todas las reses presentes en la misma”. “Dicho sacrificio no devengará derecho a indemnización alguna”, añade.
Fauna silvestre
Un punto en el que incide la orden es en la fauna silvestre. A partir de hoy está prohibida la alimentación de los animales de caza en terrenos que no estén controlados. También se pide que se disminuyan los ejemplares de las especies implicadas en la transmisión de la tuberculosis, en su mayoría mamíferos. A todo ello se unirá “la investigación, detección y eliminación de animales positivos mediante análisis”.
“Los titulares de terrenos cinegéticos deberán establecer un sistema de recogida de residuos de caza en el campo y se intensificará la caza en el municipio a fin de disminuir la densidad de la población cinegética para la cual podrán otorgarse autorizaciones especiales”, establece la norma. Lo que se busca en todo caso es hacer todo lo que sea posible para reducir los contagios entre la fauna silvestre y el ganado bovino.
Este tipo de medidas solo se aplican cuando más del 5% de los rebaños de una zona dan positivo con una o más reses a la tuberculosis. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente explicaron ayer por la tarde que en 13 rebaños se encontraron animales infectados. Eso sí, no pudieron precisar el número de rebaños y de reses que hay en Colmenar Viejo.
La Comunidad de Madrid hace cada año unas 10.000 inspecciones en las más de 4.600 explotaciones ganaderas, que suman 1,6 millones de animales. Según explicó el consejero del ramo, Borja Sarasola, a principios de año, durante 2012 solo se hallaron irregularidades en menos del 4% de los casos analizados y la mayoría correspondía a irregularidades documentales. Tan solo se abrieron 20 expedientes sancionadores, lo que representa menos del 0,5% de las explotaciones ganaderas.
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