Bautismo con swing

Corren nuevos aires en el Festival de Música de Cámara de Santa Cristina d´Aro. La filosofía artística diseñada por la violonchelista Amparo Lacruz apuesta por la música sin divismos, por la complicidad, la energía y el virtuosismo de músicos de primer nivel, dispuestos a compartir con el público el placer de la música de cámara. También hay un firme compromiso con la innovación en el diseño de formatos y la ampliación de repertorios, con voluntad de abrir puertas a otros géneros musicales.

En ese sentido, cobra especial significado la irrupción del jazz en la programación del veterano festival ampurdanés que organiza el Fòrum de Santa Cristina d´Aro, con el patrocinio del ayuntamiento de la localidad y de mecenas privados. Y gracias al talento y la inspiración de la cantante Susana Sheiman y el Ignasi Terraza Trio, el primer concierto de jazz en un festival que hasta la fecha solo había programado música clásica ha sido un éxito artístico.

El arte pianístico de Ignasi Terraza es una fuente de emociones y todas ellas respiran las mejores esencias del jazz clásico. Swing en estado puro y, también, matices exquisitos en la digitación, con la influencia de los grandes maestros —con el genial Oscar Peterson y el inolvidable Tete Montoliu a la cabeza—, filtrada por la sensibilidad de un músico con ideas propias que sabe rodearse de grandes artistas: la cálida voz de Susana Sheiman, de ricos y suntuosos matices; la fantasía y elegancia en el fraseo del contrabajista Martin Zenker; la seguridad, la precisión y la absoluta complicidad del batería Esteve Pi. Cuatro músicos de primera línea que conquistaron al público en un bautismo con swing de arrolladora energía.

Reinaron los clásicos en una velada centrada en el repertorio de grandes canciones incluidas en el disco Swing appeal que el trío del pianista catalán grabó hace un año en el sello Fresh Sound y que desde entonces ofrecen en directo en un espectáculo sin fisuras: magníficos temas de Duke Ellington, Cole Porter, Rodgers y Hart y otros grandes maestros en una sofisticada selección que huye de los títulos más trillados del repertorio. Ofrecieron un material jazzístico de primera, fresco y jugoso, a lo largo de un programa bien articulado y enriquecido por standards y temas de impecable factura del propio Terraza, que ofreció además su personal versión de la Cançó núm. 6 de Mompou.

Noche de buen jazz, vibrante, con encanto, defendida por cuatro grandes artistas en un singular espacio con muchas posibilidades —los jardines del Hotel Golf Costa Brava— pero que no acabó de funcionar por la excesiva distancia entre los artistas y el público, lo que restó calidez e intimidad a la velada.

Conviene revisar, pues, la logística, y también reforzar todo lo posible la promoción de los eventos: la calidad y entrega de los intérpretes merecía mayor afluencia de público.

Los cambios en el rumbo artístico de un festival precisan tiempo para asentarse y el bautismo jazzístico de Santa Cristina d´ Aro es un primer y contundente paso de gigante en el compromiso de ampliar los territorios musicales de un festival que está construyendo una oferta artística con personalidad propia.