El sector naval revoca los peores augurios
Balenciaga y Zamakona logran cerrar contratos con el renovado sistema de incentivos fiscales Los astilleros se garantizan al menos dos años de trabajo
“La situación de los astilleros vascos es hoy muy distinta de la que imaginábamos en julio”, cuando todo el sector veía peligrar su futuro por la multa que Bruselas impuso a España por un uso indebido del antiguo tax lease (sistema de incentivos fiscales). La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, añade que los astilleros de Euskadi son los únicos de España que están consiguiendo remontar y empiezan a contratar pedidos con el tax lease vigente desde el pasado 1 de enero. “Balenciaga y Zamakona han demostrado mucha valentía y son un ejemplo para el resto” de constructores navales, dice.
Astilleros Balenciaga, de Zumaia, va a construir seis buques de aproximación a plataforma petrolífera. Zamakona, con gradas en Santurtzi y Pasaia, está cerca de cerrar la contratación de tres barcos y tiene avanzadas las negociaciones para otros dos. En ambos casos, son operaciones sujetas al nuevo tax lease, el sistema de financiación de activos aplicable a buques que ha aprobado la Comisión Europea. El Foro Marítimo Vasco considera que estas operaciones ponen de manifiesto “un cambio de tendencia positivo” que debe “animar a nuevos inversores a participar en la financiación de un sector naval vasco que ha dado sobradas muestras de su saber hacer”, asegura su presidente, Javier López de Lacalle.
Para los astilleros vascos, después de la tempestad ha llegado la calma. Balenciaga y Zamakona han logrado culminar acuerdos con el nuevo mecanismo financiero, después de que el Ejecutivo comunitario considerase ilegales las ayudas fiscales ingresadas por el sector en España entre 2007 y 2011.
Bruselas abrió un expediente que se resolvió el pasado 17 de julio con una sanción de 126 millones de euros que el Ministerio de Industria está obligado a recuperar, una cantidad muy inferior a los 2.800 millones que inicialmente se habían manejado.
Tapia: “Se está dando la vuelta al escenario que había a mediados de año”
En medio de aquella situación de zozobra, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, declaró que el reembolso del tax lease iba a suponer “una sentencia de muerte definitiva para la industria naval vasca”. Lejos de darse este desenlace, los astilleros están consiguiendo “revertir la situación”. Balenciaga, que ya había iniciado la construcción de dos barcos “a riesgo propio”, sin tener asegurada la financiación, ha conseguido hacer coincidir la entrega de estos pedidios con el encargo de seis nuevos buques para el grupo armador escocés Craig por un montante total de 90 millones de euros, lo que podría asegurarle tener trabajo hasta el año 2015.
Las gradas de Zumaia, fundadas en 1921 y con un centenar de trabajadores en la actualidad, han conseguido atar el acuerdo para entregar a partir de mediados de 2014 cuatro pequeños buques de 50 metros de eslora que realizan tareas de rescate y emergencias en plataformas petrolíferas, así como otros dos barcos de 58 metros de eslora aptos para transferir carga desde la cubierta. Balenciaga ya había construido un total de 23 embarcaciones para el mismo armador de Aberdeen.
Astilleros Zamakona, por su parte, está a punto de firmar un contrato para armar tres barcos en sus instalaciones de Pasaia, según explica su presidente, Pedro Garaygordobil. También tiene en cartera y ultima la contratación de otras dos naves para el astillero que posee en Santurtzi. “Está bastante adelantado y se está negociando la financiación”, apostilla.
El responsable de Zamakona sostiene que el nuevo tax lease es “una realidad” y que a la luz del mismo “se están constituyendo agrupaciones de empresarios para montar operaciones de barcos, lo que supone una posibilidad de competir con otras armas en el mercado internacional”. El sistema de incentivos que ha aprobado la Unión Europea está permitiendo que el sector naval “empiece a respirar” porque “ahora la fiabilidad es absoluta de cara a los inversores”, asegura Garaygordobil.
Otras firmas aguantan con la construcción de grandes atuneros
“Se está dando la vuelta al escenario que había a mediados de año”, comenta la consejera Tapia, quien lamenta las dificultades que está encontrando el principal astillero vasco, La Naval, que tiene pignorada un parte importante de su deuda con el Banco Santander, lo que le está creando “una gran inseguridad” para abordar nuevos contratos.
El astillero de Sestao, con más de 100 años de historia, cuenta además con el “hándicap”, dice la consejera, de que “se mueve en pedidos que rondan los 180 millones de euros”, por lo que se trata de “un astillero muy grande con respecto a los pequeños, pero muy pequeño frente a los grandes”.
Al margen de estos nuevos buques contratados por Balenciaga y Zamakona, otros astilleros privados vascos, como Murueta, están salvando la papeleta con la construcción de grandes atuneros congeladores. “Este año se estaban construyendo 11 atuneros al mismo tiempo en diferentes astilleros”, asegura Tapia. El sector también está explorando otros mercados como el de los “grandes yates” y los offshore —buques polivalentes de apoyo en alta mar—.
Fuera de Euskadi, solo el astillero gallego Barreras ha logrado nuevos contratos, principalmente en México, gracias a la entrada en su accionariado de Pemex, la petrolera de aquel país.
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