Lendoiro gana su último partido
El Deportivo aprueba un convenio de acreedores sin el apoyo de aquellos a quienes más debe
La carrera del Real Club Deportivo hacia su pervivencia como superó hoy una meta volante de especial relevancia al lograr aprobar en la junta de acreedores la propuesta de convenio promovida por el consejo de administración liderado por Augusto César Lendoiro, un acuerdo que aplicará para el club que con mayor deuda (160 millones de euros) ha entrado en procedimiento concursal el menor porcentaje de quita de entre esa treintena que recurrieron a esa posibilidad legal de descuento. Porque si la gran mayoría de esas entidades pactaron quitas de como mínimo el 50%, el Deportivo se quedará en el 33%, justo el porcentaje preciso para que no se abra una pieza de calificación judicial que pudiera conllevar responsabilidades penales o económicas para sus gestores.
Lo pactado en la Audiencia Provincial de A Coruña concede al club herculino dos años de carencia en los pagos y en los que se antoja imperativo el regreso del equipo a Primera División para lograr más ingresos y poner la vista en el horizonte de enero de 2048 cuando finiquitaría un plan de pagos que no contempla el abono de intereses. A expensas del visto bueno del juez, que debería llegar si no media la aceptación de recursos antes de fin de mes, el Deportivo cierra su convenio de acreedores pese a no contar con el apoyo de aquellos a quienes más debe. Porque nada queda solventado. El convenio se ha aprobado tras someterse a votación de aquellos acreedores con los que el club mantiene deuda calificada como ordinaria, apenas una quinta parte del total (unos 30 millones sobre un total de 160) y en la que no estaría integrada la que se mantiene con los bancos (unos 36 millones entre NCG, ahora con dueño venezolano, y Banco Gallego, recientemente adquirido por el Sabadell) ni sobre todo la que debe sustanciar con la Agencia Tributaria, con la que no ha llegado a acuerdos y sí tiene deuda ordinaria, pero no la suficiente como para decantar la balanza en una junta de acreedores de la que solicitó su suspensión.
A la postre Lendoiro obtuvo el apoyo de su plan gracias al apoyo del 59,44% de los acreedores con deuda ordinaria y sobre todo a la Asociación de Futbolistas Españoles y la Liga de Fútbol Profesional, que decantaron la votación, pero es justamente esa falta de sintonía con Hacienda, que se opuso al convenio aprobado al igual que la Tesorería de la Seguridad Social, la que nubla el futuro del Deportivo y donde seguramente hay que encontrar una de las claves del adiós de Augusto César Lendoiro a la presidencia del club que ha regido durante el último cuarto de siglo. “Hay acreedores muy relevantes que mostraron su oposición y ahora todo dependerá de lo que hagan”, explica Franciso Prada, adninistrador concursal del Deportivo. Se abre por tanto un impás de dos semanas en el que se barrunta un recurso de la Agencia Tributaria que podría dilatar el visto bueno del juez al convenio. Y aunque esa rúbrica llegase, en ese momento quedarían automáticamente levantados los embargos de Hacienda que en noviembre de 2012 asfixiaron al club y empujaron a Lendoiro a solicitar un concurso de acreedores que siempre quiso evitar. Con el fisco la deuda es de 95,9 millones de euros, 62 de ellos considerados de privilegio especial, es decir sin posibilidad de quita y negociables al margen del convenio. Durante el último año no se lograron tender puentes hacia un entendimiento mútuo, pero el acuerdo es ineludible, así siempre lo reconoció el propio Lendoiro, para la continuidad de la centenaria entidad en el fútbol profesional. Ahí se abre un nuevo escenario con la salida de los actuales gestores del Deportivo y la llegada de otro interlocutor que interaccione con los principales acreedores, un consejo de administración de nuevo cuño que saldrá de una de las tres candidaturas que concurren a la junta extraordinaria que determinará que equipo sucederá al de Lendoiro. Manuel López Cascallar, Germán Rodríguez Conchado y Constantino Fernández Pico, el principal favorito que ya incluso ha entablado conversaciones con Hacienda, lideran las opciones que concurrirán a la junta extraordinaria de accionistas del próximo día 21 para hacerse cargo de una complicada herencia que incluye recientes impagos con jugadores y empleados del club, que ni siquiera tras entrar la entidad en concursal y haberse frenado los embargos están al día en los cobros. Al menos Lendoiro se marcha con la sensación de haber cumplido su deber. “El convenio de acreedores es el futuro del Deportivo y hemos hecho el mejor de la historia del fútbol español para créditos ordinarios. Y eso no es rebatible”, zanja.
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